Cuando nos volvamos a encontrar

Capítulo 37

Henry llegó por mí y le muestro mi cheque de paga, con una mezcla de emociones que me puso al borde del llanto, ya que tengo miedo de haber tomado la decisión equivocada y se lo hago saber. Él no tarda en abrazarme y empezar a susurrar las siguientes palabras a mi oído:

Cuando sientas que el miedo te arropa mi amor,
Cuando el llanto te oprima y no consigas tranquilidad,
No dudes aquí voy a estar,

Cuando no hayan respuestas
y la preocupación no te dejen dormir,
Y no te deje encontrar la paz
No dudes aquí voy a estar, hasta el final junto a ti

Para ayudarte a reír,
pa' que no pierdas la fe
Voy a bañarte de luz,
de la cabeza a los pies
Para ayudarte a reír, para llenarte de bien

Voy a cubrirte del sol y de la lluvia también
Voy a cargarte mi amor, cuando te duelan los pies
Para ayudarte a reír, para empezar otra vez
Aquí estoy yo,

Cuando el sórdido grito de la desilusión,
te atormente la vida
Respira que aquí estaré,
en las buenas y en las malas
Y en cada una de tus mañanas, junto a ti mi amor…

Cuando no entiendas el chiste
Y cuando te pongas triste,
voy a estar ahí
Pa' darte sombra en las tardes
Y decirte cuan grande tú eres para mí (Y hacerte cosquillitas)
Aquí estoy yo….“

Canción de Pedro Capó

Cada palabra que salía de sus labios llevaba impregnada sinceridad. Había contenido hasta ese momento las lágrimas, pero fue imposible continuar. Nunca me había pasado sentirme tan viva y querida en mi corta vida, y parece que leyó mis pensamientos.

—Estuve buscando las palabras adecuadas que te hicieran saber todas y cada una de las cosas que estoy dispuesto a hacer por ti —soltó un suspiro —escucha esta canción todos los días, hasta que lo memorices.

—Y si nos llegamos a separar en un futuro, ¿Aún lo cumplirás? —pregunto en un tono muy bajo.

—¿Qué te hace pensar que voy a permitir que te vayas de mi? —su mirada me hipnotiza —Esperé mucho para que llegaras a mi, ni muerto pienso dejarte ir.

La emoción que invadió mi pecho fue tal, que me lance a besarlo, cosa que lo sorprendió dado que él es quien siempre iniciaba los besos. Si en algún momento tuve dudas de sus sentimientos hoy han sido disipadas. Después de ese momento tan íntimo entre nosotros, le pedí que me ayudara a conseguir un vehículo para poder movilizarme hacia mi nueva aventura. No tardó en ofrecerse a llevarme él mismo, cosa que no podría aceptar, él también debe dedicarse a su trabajo. Acepté que lo hiciera hasta que yo pudiera conducir sola, aceptó con la condición de ser él quien me enseñara.

♧♧♧♧♧♧

Mi cumpleaños está a horas de llegar, Doña Carmina organizó una pequeña reunión para celebrarlo, me pidió que invite a mis compañeros de estudio. Henry ha estado muy sospechoso y eso a cualquiera lo pone en alerta.

—Henry estás actuando muy raro ¿pasa algo?

—No pasa nada Magaly. Mañana no podré estar contigo, tengo un asunto pendiente, pero te prometo estar para la hora de la reunión en casa de mi madrina.

Solo respondo con un movimiento de cabeza, no voy a ponerme en plan tóxico, aunque ganas no me hacen falta.

Es más de medianoche y no puedo conciliar el sueño, estoy ansiosa, nerviosa y demás. Creo que he empezado a escuchar cuchicheos fuera de mi habitación lo que está acrecentando mi miedo. Llegadas casi las cuatro de la madrugada, estoy empezando a quedarme dormida y de un momento a otro se deja escuchar un estruendo, que con lo adormilada, creí que era la tercera guerra mundial. Segundos después escuchó sonar las muy conocidas mañanitas. Me apresuré a ponerme lo más presentable posible y salí a la calle. Encontrarme con mis compañeros de clase y algunos amigos que había hecho en mis incursiones con el profesor, todos reunidos detrás de Henry, quien me veía con emoción, fue la experiencia más hermosa jamás vivida en mi corta existencia.

—Feliz cumpleaños mi amor. Este es el primero de muchos en los que te voy a consentir. —Prometió dejándome un beso en los labios.

—Gracias, gracias… —me salió en un hilo de voz.

Este es el mejor cumpleaños que he tenido, el desayuno junto a quienes acompañaron a Henry a darme esta sorpresa fue hermoso. Doña Carmina había preparado todo con anticipación, le había llegado a tomar tanto cariño, como ella también a mi.

—Feliz cumpleaños Magaly, recuerda que la vida puede ser difícil, pero nunca te dejes vencer por nada ni nadie. —Me dijo en medio del abrazo que me dió.

—Doña Carmina muchas gracias por todo esto, no lo merezco…

—Yo solo ayudé a Henry, en todo caso dale las gracias a él, mira que por ninguna de las chicas, con las que antes estuvo, hizo nada parecido. —me guiñó el ojo divertida.




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