Cuando Regreses

CAPITULO 6

EL MUNDO DE LOS ANHELOS.

(6)

ANGEL.

Vamos en el auto, rumbo a la aventura más peligrosa que he decidido enfrentar, la volteo a ver unos segundos, percatándome que sigue en la misma posición que la deje la última vez que la vi, ella solo observa por la ventana, lo que le ofrece la cuidad con su aura más triste de lo normal, nunca me ha gustado ver a una persona triste, soy del pensamiento que todos tenemos mucho por lo que luchar y que la vida es muy corta, para despreciarla en la tristeza.

Aunque algo de su aura, fue precisamente lo que me atrajo, el misterio y la tristeza, que reflejaba era una miel para un oso, y la curiosidad por saber porque era así, me llevo a perderme en su mundo, quería poder tener la posibilidad de cambiarla, quería ser quien llevara un poco de brillo a su vida, no se lo que esconde o a que le huye, solo sé que quiero ser parte de esto, quiero saber porque sus ojos siempre contiene una tristeza que se, le está carcomiendo el alma, algo que sea a vuelto una necesidad para mí, necesito ganarme su confianza, para saber cómo comenzar a ayudarla.

Me saca de mis pensamientos, el ringtone de mi celular, una canción poco conocida, que provoca que ella se voltee a mirarme, con una mirada de alguien cansada, observo el aparato vibrador, viendo que el nombre de su padre es el que aparece, deseo contestar para decirle que estamos bien pero su susurro no me lo permite.

— No le respondas, por favor — Retiro mi mira del celular con un suspiro, le dedico una miradita, para después regresarla al camino.

— Tengo que hacerlo en algún momento, se preocuparan — y aunque tenía razón, mis acciones llegan a mi cabeza, cuando ella me dijo que quería irse, no lo pensé dos veces, sabía que necesitaba un escape y yo quise ser quien la ayudara.

Estoy por devolverle la llamada a su progenitor, pero solo me basta verla a los ojos, ella no quiere eso, respiro profundo, despues de unos meses por fin se está abriendo a mí, no lo arruinare haciendo esa estupidez, guardo el celular en la cajuela que está cerca de ella, me dedica una diminuta sonrisa, que para  mi representa la gloria, nunca le había visto una sonrisa, siempre se la pasa con la mirada perdida y triste.

— ¿A dónde quieres ir? — Pregunto por cortesía, pues tenía planeado llevarla a un lugar especial para mí, ella se demora en responder y la compadezco, debe ser difícil para una persona, la cual solo se comunica con monosílabos como sí o no, mantener una conversación, estoy por decirle que no me tiene que responder que me de las indicaciones, pero ella habla suave.

— No lo sé, puedes dejarme en cualquier esquina — La escucho y me volteo a verla indignado.

— Ósea, sabes que me voy a llevar el regaño de mis padres y de tus padres, por sacarte así y aparte no responderles sus llamadas y tú me quieres sacar de la aventura — Indignado comienzo a negar con la cabeza, ella me observa sorprendida — Dime a dónde vas, yo voy contigo — Deseaba que no supiera, pues de verdad quería llevarla a uno de mis lugares favoritos, ella me voltea a mirar y veo la duda en sus peculiares ojos, se lo que debe estar pasando por su mente.... porque estas haciendo esto y aunque tengo claro el porqué, me lo reservo, pero después de unos minutos se da por vencida, suspira y regresa su mirada a la ventana recostándose en ella.

— No lo sé, tu decide.

Al escuchar eso una sonrisa se crea en mí, porque sé exactamente a donde llevarla — Que bien, se te ve que no conoces lugares buenos.

Ella no me responde, solo se dedica a respirar y soltar el aire, sin voltearme a ver, de mi parte yo tengo una sonrisa, manejo y después de unos minutos veo el letrero que me avisa que estamos saliendo de la cuidad.

(....)

Mis nalgas arden, mis manos duelen y las ganas de dormir me están comenzando a consumir, llevo 4 horas manejando, pues el lugar al que la quiero llevar se encuentra en la otra cuidad a la que estamos a cuatro horas, pero verla a ella dormida, con esa paz hace que cualquier cosa valga, duerme con tanta tranquilidad, provocando que no pueda quitar la mira de ella, ¿Cómo una mujer tan linda y con un futuro prometedor, puede ser capaz de atentar contra su vida?

Sé que la depresión es un fenómeno mundial, por el cual muchos adolescente pasan, algunos los afectan más que a otros, pero, ¿es tan grande su estado de depresión para atentar contra su vida?, si vemos a luz desde mi punto de vista, es una chica la cual no tenía la necesidad de lastimarse, tiene padres amorosos, los cuales le dan todo, es una chica inteligente, hermosa, la cual si vieras pasar frente a tus ojos, solo dirías tiene la vida perfecta, pero en el momento que compartes palabra con ella, te das cuenta de que no es así, ella esconde una tristeza que transmite con solo verla a los ojos, y esa es mi meta, desde que me atreví a hablarle, cambiar eso, quiero que su mirada transmita más que dolor, tristeza, angustia, para cambiarlo por cariño, esperanza, luz y amor.

Veo cómo se gestiona en su asiento, balbuceando palabras que no entiendo, solo sé que le están provocando daño, esto me lleva a detener el auto en una esquina, en la oscuridad que nos aguarda y correr mi asiento para tomarla delicadamente de los brazos, ella está sudando, algo extraño ya que el aire acondicionado está a toda potencia, cuando logro sacarla del estado,  me observa y respira de manera agitada, traga profundo, sus ojos están llorosos yo simplemente le dedico una sonrisa, la cual ella intenta devolver pero se queda a la mitad, baja la mirada como si sostenérmela fuera un delito o algo que no puede hacer, ve mis manos en sus hombro y se gestiona, provocando que yo las retire de inmediato.

— Lo siento, solo veía que tenías una pesadilla.

— Lo que te atormenta en sueños, muy pocas veces son pesadillas a veces, son los recuerdos.




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