Cuando seamos Tú y Yo

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Los días pasaron uno tras otro sin detenerse, cada uno arrastraba consigo los segundos cercanos al cumpleaños de Danna, para esto falta, los exámenes y las notas la mantuvieron ocupada despega de la realidad.

Danna descansaba bajo la sombra de un árbol plantado a los pies del edificio de rectoría del Instituto, su sombra era cálida palpable en el sol de medio día que iluminaba todo a su alrededor, los exámenes habían acabado se sentía orgullosa de haber pasado todos ellos, y que ahora solo faltara la ceremonia de cierre.

Una sonrisa se escapó de sus labios al recordar el rostro de Kerrie al recibir la noticia de que había pasado con las justas, mientras Ana no se preocupaba de ello, siempre ha sido una niña muy inteligente que casi nunca necesitaba dar los exámenes finales. Ahora que lo miraba desde esa perspectiva son polos opuestos que en vez de repelerse se apoyaban una a la otra, Kerrie le enseñaba un mundo de aventuras a Ana y Ana le enseñaba el mundo real lleno de obligaciones, deberes y lecciones, mientras Danna estaba en medio de ello, a veces siendo una rebelde sin causa con Kerrie y en otras siendo el ejemplo de esfuerzo y perseverancia junto a Ana.

La alegría de Danna reflejaba la calma de una vida llena de altibajos.

–¡Cuéntame más!– grito una chica a unos metros de Danna –¿Cómo fue? Que sentiste?– sonaba entusiasmada con cada pregunta.

–Mira fue algo extraño estábamos conversando por mensajes cuando de repente sentí cosquillas, no pude aguantar la risa que me reí tan fuerte que desperté a mis padres– contesto su amiga con el tono de una voz que guardaba aquel recuerdo aun vivido.

–¿Cosquillas?, tú crees que él te las estaba haciendo o ¿Se lo estaban haciendo a él?–

Danna se volteó boca abajo contra el césped, no era necesario seguir prestando atención a la conversación sabía perfectamente de que hablaban.

–Almas gemelas– susurro con la cabeza cubierta con su mochila para no escuchar aquella conversación.

Poco después paso sus manos por sus costillas en un intento de hacerse cosquillas. La mente de Danna esperaba que sus emociones y sentimientos sean bien recibidos, no tenía manera de saber si su alma gemela estaría en estos momentos sintiendo el calor de su piel, el picor de su rostro en contacto con el césped todo era un remolino de dudas e incertidumbres.

–¿Me sientes?– musito –si quieres puedes darme una señal, ¿Te gusta el frío? O ¿El calor?– las palabras no eran dirigidas a nadie en especial solo esperaba que de cierta forma su alma gemela la escuchara a pesar de que ella aún no pudiera.

–A mí me gusta el frío– dijo Kerrie que se había acercado de puntillas.

Danna pego un pequeño brinco del susto.

–Venga Danna no tienes que disimular– Kerrie se sentó a su lado –no sabrás lo que él piensa o sienta, hasta que cumplas 18–

Danna avergonzada se levantó limpiándose las hojas secas pegadas al pantalón deportivo, la hierba que se había pegado en su camiseta blanca para después limpiarse el resto de polvo.

–¡Ah!, por cierto– el tono de Kerrie cambio a uno lleno de emoción –falta poco para tu cumpleaños y quería saber si podríamos hacer una pijamada–

–¿Una pijamada?–

–Sí, es que cuando yo cumplí 18 no pudimos hacerlo por lo de las clases, bueno porque tenía recuperación al día siguiente y bueno tampoco sugerí la pijamada en casa de Ana por sus padres–

Danna y Kerrie no olvidarían ese día en casa de Ana, al llegar les recibió su padre un hombre cuyo carácter no era nada suave y su madre es alguien que tampoco se oponía a la ley de su esposo.

No creo que Ana pueda ir– dijo Danna recordando el detalle de los padres –y tú tampoco creo que puedas, aunque pasaste la mayoría de materias aún tienes que rendir el suspenso de matemáticas–

La emoción de Kerrie fue decayendo poco a poco.

–Bueno tienes razón, será una lástima, aunque no del todo– sonrió Kerrie con una nueva estrategia brillando en su mirada –mientras todas podamos ir al festival–

–¿Qué pasará con Ana?–

–De eso no te preocupes, mi madre nos va a acompañar– sonrió nerviosa

–¿Tu mamá?–

–Sí, bueno… es que era la única manera de que los padres de Ana le dieran permiso, y de que me dieran permiso, pero no tienes de que preocuparte mi madre es una mujer muy buena nos va a cuidar bien como fiera con sus cachorros en brazos, además de que bueno vamos a divertirnos y ella también quería ir–

Ahora todo concordaba, a la final todos ganaban en esto. La madre de Kerrie que iría al festival y que las cuidaría, Ana teniendo permiso que tal vez sea hasta las 6 de la tarde y de paso tiene la cuartada perfecta para el permiso con Danna.

–Destino– dijo Danna en voz baja, en lo que Kerrie le explicaba el plan complicado para poder ir al festival.



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En el texto hay: decisiones, primer amor, destino elegidos

Editado: 10.08.2021

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