Danna sintió que a su corazón se le sumaba un latido, uno que se metió de golpe en la naturalidad de su ser, este latido lo había sentido en la mañana cuando el corazón se le hacía pequeño por alguna extraña razón que no entendía, este latido se sentía diferente, el instante fugaz que duro había marcado un nuevo ritmo a su corazón.
Sentía miedo por estos cambios, se había preparado mentalmente para el momento de sentir a su alma gemela, su ser estaba listo para lo que se viniera desde las emociones fuertes hasta las maneras de controlarlas, apenas podía controlar su temperamento y ahora añadiría las emociones de un desconocido en algún lugar del mundo, que pudiera ser mayor o menor a ella, que podría estar cerca o en algún extremo y también que pudiesen ser de un él o un ella.
La tarde se llevaba el primer día de una nueva vida nuevas emociones y sorpresas que podrían durar toda una vida con alguien de ahí fuera, una emoción que la llenaba de sensaciones que la hacían sentir invencible, pero también había la posibilidad de que sea un amor no correspondido el mundo no se rige por leyes, ni líneas rectas.
El rugir de su estómago cortaba sus pensamientos, se sintió avergonzada porque el hambre que sentía era el suyo.