Cuando seamos Tú y Yo

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La carpa que había señalado el grandullón en aquel mapa no tenía nada de especial, Liam y Gabriel esperaban toparse con muchos guardias de seguridad, una entrada VIP, un cartel que indicara solo personal autorizado algo que les diera la idea de lo que iban a robar, en su lugar se encontraron frente a una jaima cuya entrada era amplia permitiendo ver todo a su interior.

Varias alfombras se extendían en la entrada en donde algunos jóvenes permanecían sentados descansando se podía ver el sudor en sus rostros, los cabellos alborotados, la ropa húmeda posiblemente de sudor, dentro de la jaima se vislumbraban varios almohadones de todos los tamaños en forma de mesas improvisadas junto a mesas de madera robusta, encima de ellas varios tragos de todos los colores.

Ambos entraron sin que nadie percatara su presencia.

Una chica se acercó a ellos, vestida con un brasier y una pantaloneta al puro estilo de una fiesta en la playa, ofreciéndoles tragos de varios sabores en una carta sin fin.

–¿Vienen juntos? Si quieren pueden traer a sus almas gemelas– dijo la chica con una sonrisa amable.

–Estamos juntos– corto Gabriel –él es mi alma gemela–

–Espléndido– continuo la chica como si las palabras “almas gemelas” fuese una contraseña o palabra clave para que empezara a funcionar.

–Puedo servirles las recomendaciones de la casa y no se preocupen todo es gratis, no duden en decirme que les gustaría servirse, nuestras bebidas llevan un porcentaje de alcohol muy bajo, pero también tenemos tragos con altos grados…– sus palabras desbordaban sin freno alguno.

–Allá– dio un sutil golpe con su codo al costado de Liam apuntando a dos grandullones ocultos tras varias cortinas de color negro en el fondo de la jaima –ahí debe estar nuestro tesoro– sonrió como si saboreara la victoria.

Liam miro a los alrededores no encontró a ninguno de los otros equipos, se extrañó de que tampoco se hubieran topado con alguna pareja en la entrada, solo los chicos y chicas disfrutando de bebidas de todos los colores en vasos de todas las formas imaginables.

–Seré la distracción– dijo Gabriel jalando consigo a Liam a una de las mesas, la única forma de encontrar lo que venían a robar era pasar por la entrada frontal los laterales y la parte trasera de la jaima se rodeaba de carpas de más productos y promociones, tratar de entrar a ese lugar por otros medios les tomaría algo de tiempo aunque era posible que otro equipo ya lo hubiese hecho y estese dentro, así que se arriesgaron hacerlo por enfrente entrando para que Gabriel sea la distracción mientras Liam se escabullía.

–Toma todas las cajas que puedas, no nos dijeron cuántas serian así que si puedes hacerlo tómalas todas y ponlas aquí– Gabriel le extendió la funda de una almohada enorme a la que le había sacado todo su relleno –Si puedes escapar por atrás hazlo, yo me las apañaré solo, llega con todo y no te preocupes por mí no olv…– se detuvo al notar que la señal para hacerlo era ahora.

Con la cabeza señalo a la entrada una de las parejas entraba por ella, el chico cargaba a su pareja en los hombros ambos fingían estar felices y entonados por la bebida, si no los hubieran visto antes pensarían que son una pareja normal disfrutando del festival.

–¿Quieres una bebida mi amor?– pregunto el chico levantando la mirada.

–Una para los dos, pero antes bájame que no siento las piernas– respondió feliz.

–Mierda– dijo Gabriel acercándose muy cerca a Liam –debemos hacerlo ahora–

Liam acento con su cabeza.

La chica desapareció en un instante de la vista de todos, mientras su pareja se acercaba a la barra improvisada en búsqueda de la mesera.

–¡Una cerveza por favor!– grito esperando que alguien lo atendiera –¡mejor dos!– su acto de parecer embriagado era perfecto.

–¡Amigo!– dijo Gabriel acercándose a él.

–Vete de aquí– susurro el chico dándole un abrazo fuerte a Gabriel.

–Me vas a ayudar a conseguir esas cajas quieras o no– dijo Gabriel abrazándolo con más fuerza –¡Cuánto tiempo!– grito emocionado.

Liam se recostó entre una multitud de almohadones desapareciendo en su interior.

–¡Eres un idiota!– grito Gabriel empujando al chico que cayó de espalda.

Los grandullones se tensaron con la intención de atacar si fuese necesario.

El chico se levantó tambaleando, lanzo una palabrota para después abalanzarse sobre Gabriel que lo esperaba con los brazos abiertos.

Fue ahí cuando los grandullones se separaron de la entrada que resguardaban, en esos segundos Liam aprovecho para entrar reptando, el piso dejo de ser suave tornándose duro y metálico la luz también cambio de tonalidad a una tonalidad fría un par de pasos y el ambiente cambio totalmente hasta entrar en lo que parecía una especie de sala médica dentro de ella había mesas metálicas con pipetas y frascos de cristal con etiquetas donde se escribían un montón de letras y números, muestra L#22 decía una de los tubos, instrumentos médicos usados para análisis, repisas llenas de tubos de ensayo llenas de sangre y otras sustancias en varias jeringuillas selladas, en una de las paredes un enorme armario metálico con las puertas abiertas de par en par con una chica frente a ella llenando una mochila con las pequeñas cajas metálicas.



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En el texto hay: decisiones, primer amor, destino elegidos

Editado: 10.08.2021

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