Cuando seamos Tú y Yo

*

–¿Cómo va tu herida?– pregunto Ana acercándose a Danna, que descansaba cerca del alfeizar de  la ventana de su habitación, la noche anterior habían armado una pijamada para festejar que todas acabaron el colegio y que ahora entrarían a la universidad con la promesa de los buenos deseos y la de volverse a ver los fines de semana o los recesos.

–Sana muy bien el doctor dice que no es nada serio y es muy posible que no me quede una cicatriz, por suerte no es un corte profundo es más como superficial en unos días estará completamente sano– sonrió Danna mirando el parche sobre su palma.

–Creo que tu alma gemela es un idiota, si no son los golpes ahora son los cortes creo que deberías hablar con él y decirle que se comporte– tercio Kerrie acercándose con un tarro de helado en sus manos –y creo que sé la manera– sonrió maléficamente.  

–No voy a escribir sobre mis brazos, lo intenté, pero siento que no me quiere contestar– mintió, en su interior estuvo a punto de hacerlo, pero se detuvo ante la incertidumbre de lo que podría pasar después.

–Esta vez te contestara quiera o no y no necesitaras escribir nada–

–¿Cómo pretendes hacer eso?– se acercó Ana para tomar una cucharada de helado.

–Bueno no se los iba a mencionar, ya que pensé que cuando Danna conociera a su alma gemela esta se comportaría o sería capaz de contestarla, pero no voy a permitir que la siga tratando así a mi amiga, por lo que…– se detuvo ante una pausa dramática.

–¿Qué?– dijeron Ana y Danna

–Visite un lugar donde te leen la mano, predicen tu futuro y esas cosas, la Pitonisa que ahí atiende me hablo de un truco o creo que dijo plegaria, en realidad no importa me hablo de un ritual para conectar con tu alma gemela y es genial porque fui a que me hablara de mi futuro y acertó en muchas cosas antes de terminar me recomendó esto…– se puso a pensar en el nombre exacto –misa o ruego algo así con unos trazos intrincados llamados– hubo una pausa mientras su mente buscaba.

–Eso suena más a una mentira para sacarte dinero– añadió Danna

–Puede sonar así, pero les aseguro que funcionara no perdemos nada solo implica una oración y unos dibujitos– añadió englobando las palabras intrincadas.

–Sí solo implica eso creo que podríamos intentarlo– dijo Ana apoyándola.

Ahora Kerrie y Danna se quedaban mirándola, Ana las sorprendía cada día, aquella chica que apoyaba las buenas ideas y declaraba un error aquellas que saldrían mal, ahora las apoyaba hablando con fluidez y seguridad, algo extraño pasaba aquí.

–¿Desde cuándo esa actitud?– pregunto Kerrie.

–Desde siempre, solo– titubeo –quiero ver a mi amiga tranquila que ya no pase malos ratos con su alma gemela, que se conozcan compartan cosas juntos, se quieran, se…– detuvo la palabrería se estaba poniendo nerviosa y estaba soltando todo lo que pensaba.

–¡Ana!– grito alegre Kerrie abrazándola.

–De acuerdo, lo haré, creo que no sucederá nada– dijo Danna acomodándose en su cama –lo haremos esta noche– dijo mientras abrazaba una almohada ocultando su rostro del cual una sonrisa quería nacer, pero ella callada por el rubor.

En su interior quería cruzar unas palabras con su alma gemela saber por qué era así con ella o consigo mismo y si era posible, saber cómo era él. Sus padres le enseñaron el valor de las personas por lo que son, pero la idea de poder ver y si fuera posible cruzar unas palabras era algo que también quería, las ideas de su cabeza la llenaban de emoción imaginando el color de sus ojos, el de su cabello, su voz, fue en un repentino destello que recordaba el rostro del chico con el que cruzaba su camino repentino en el festival.



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En el texto hay: decisiones, primer amor, destino elegidos

Editado: 10.08.2021

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