Cuando seamos Tú y Yo

***

La noche tenía un encanto místico uno que invitaba a la magia y la brujería a nacer y desatar sobre el mundo mortal su encanto o también pudo deberse al ambiente místico que creaba Kerrie mientras apagaba todas las luces de la habitación y cubría hasta el más leve rastro de luz fugaz del exterior que se filtraba por las ventanas.

–¿Segura que todo esto es necesario?– pregunto Danna acomodando las almohadas en el piso de tal forma que crearía un círculo con ellas.

–Sí, todo es necesario– reafirmo por quinta vez Kerrie.

–¿La comida a domicilio del restaurante que te gusta también?– pregunto Ana acomodando sus cosas para encontrarlas en la mañana al despertar.

–Bueno quien le puede decir no a un combo especial de alitas de pollo– pregunto esperando que alguna de ellas le apoyara, nadie negó, era verdad que no era necesario, pero tampoco había quejas de que no serían exquisitas.

–Te juro que si en esa mochila guardas una Güija esto se acaba aquí– impuso Danna a la sombra danzante de la mochila de Kerrie que permanecía cerca del círculo hecho con almohadas a modo de fortaleza.


–Sabes que no creo en esas cosas como la Güija– continuó automática Kerrie preguntándose qué alita comer primero.
 

La habitación se debatía entre la oscuridad y la luz, las velas danzaban con el movimiento de las chicas, bailaban en dirección de una mientras regresaban por la dirección de la otra, las velas no eran aromáticas así que la mezcla de aromas era una de las cosas que no debían preocuparse, pero el conjunto de todas ellas y sus llamas provocaban un calor leve nada sofocador.

La comida fue servida a un lado de Kerrie y cerca de Danna, Ana no comería, aunque lo haría poco después llevada por la tentación. Las tres chicas se colocaron equidistantes una de la otra en el interior del círculo formado de almohadas, las velas se colocaron en lugares firmes, fuera de todo aquello combustible si se llegase a caer, con todo Danna tenía una jarra de agua preparada en algún lugar de la habitación sumida en la oscuridad de la danza de luz y sombras.

–Ahora nos tomamos de las manos– dijo Kerrie con voz tenue y un deje de misticismo.

–Después hablaremos en lenguas y mis padres me matarán por ser poseída por un demonio– acompaño Danna.

–Ese ritual será otro día– corto Kerrie severa de que sus amigas pensaran que todo era un simple juego.

–¿Cómo piensas conectar con su alma gemela?– añadió Ana.

Kerrie las soltó y acerco su maleta para después sacar de ella una pluma de ave y un tintero vacío, acompaño otro frasco de plástico igual de pequeño que en cuyo interior contenía tinta china según la etiqueta.

–Primero que nada, apagan sus celulares– señalo el suyo cuya pantalla estaba oscura

–Sabes que no puedo hacer eso, si mis padres me llaman debo...– dijo Ana

–Bueno no lo apagues, pero ponlo en silencio–

Danna vio la cómica discusión de sus amigas mientras apagaba su celular que guardaría en la mesa de noche a un lado de la pared apenas tanteando con los dedos para no dejarla en el filo del mismo, el misticismo le encantaba desde pequeña sentía que el mundo tenía algo oculto que nadie ve, pero que está en frente como un aura indescriptible.

–¿Estamos listas?– dijo Kerrie después de haber dicho toda solución posible a los peros de Ana. –Danna extiéndeme tu mano–

Danna dudó de si aquello fuese una buena idea, después de todo lo que le había hecho pasar su alma gemela pensaba que era mejor tomar la cura y cortar esta conexión su aquella alma no se preocupaba por cuidarse sabiendo que estaba ella conectado a todo lo que le pasaba tal vez…

–¿Danna? ¿Me escuchas? ¡Hey, Danna!– dijo Kerrie chasqueando los dedos.

–Lo siento, solo que no me parece una buena idea, ya saben lo que paso la otra vez con las sensaciones de mi alma gemela, podría esta vez ser peor, no lo he sentido en estos últimos días y me da miedo descubrirlo–

–Porque está muerto– tercio, Ana.

Kerrie y Danna intercambiaron una mirada de asombro, jamás se imaginaron que aquellas palabras salieran de Ana.

–Sé que lo he dicho más de mil veces, pero en verdad ¿Estás bien?– dijo Danna volviendo a la realidad de golpe.

–Lo estoy– sonrió Ana – era una broma, es que últimamente he estado viendo películas de terror con mi alma gemela y me tiene un poco traumada aquello de los espíritus, muerto vivientes y cosas así–

–Aja películas– añadió Kerrie con una leve sonrisa.

Ana se sonrojó, era casi imperceptible por la tenue luz.

–¿Podemos continuar?– pregunto disgustada Kerrie aunque la pregunta del cambio repentino de Ana quedaba suspendida en el aire para ser atrapada después.

Los pequeños instrumentos fueron colocados en el centro del círculo, un tintero lleno de tinta negra, una pluma de ave, una aguja y el celular de Kerrie con las instrucciones del ritual.

–¿La aguja para qué?– pregunto Danna, sabiendo que si todos esos objetos eran para el ritual de ella la aguja no sería exactamente para mantener algo en su lugar con algunas puntadas.



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En el texto hay: decisiones, primer amor, destino elegidos

Editado: 10.08.2021

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