Cuando seamos Tú y Yo

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Liam fue hacia la bodega donde habían entrenado días antes del festival, todo seguía en su lugar el polvo sobre ellos lo demostraba nada faltaba a excepción de Gabriel de quien no sabía nada y cada vez aquello era una mal señal. Recorrió cada rincón de la bodega, estaba perdido en sus pensamientos e ideas no tenía ni la más mínima idea de por dónde empezar, las instrucciones de Pitonisa habían acabado en la despedida de su casa ahora era cosa de él, hacer lo correcto, ‘¿Por dónde comienzo?’ pensó frustrado de no saber qué hacer.

De pronto el crujir de algo llamo su atención, palpo el bolsillo de su pantalón confirmando que la pequeña caja de metal seguía en su lugar, miro a su alrededor en busca de algo con que atacar o protegerse.

Sus pasos se volvieron ligeros mientras se acercaba al origen de aquel ruido.

La tensión se sentía en el aire, si algo saltaba de improviso se agacharía y tomaría varios cascajos desparramados en el piso y así crear un obstáculo para escapar o atacar, estaba preparado no era la primera vez que algo lo sorprendería ni la última, mientras más se acercaba la tensión aumentaba, su cuerpo a pesar del cansancio y el breve descanso en casa seguía sin fuerzas para una pelea frente a frente así que su única opción era la de noquear a su atacante tan pronto como este apareciese.

Faltaban unos metros su respiración provocaba un leve sonido.

Cuando de pronto una lata caía al piso y a su lado un ratón que mordisqueaba un directorio telefónico antiguo.

Liam respiro profundo relajo los músculos de su cuerpo tensados para el ataque, lleno sus pulmones en una inhalación continua y profunda lo suficiente como para llenarlos pulmones por tope de su capacidad para después exhalar muy lento.

–Gabriel juro que si te encuentro te mato con mis manos– dijo mientras se dirigía a la salida, ‘¡Agáchate!’ escucho mientras su cuerpo descendía velozmente esquivando algo que se dirigía a su cara, se agachó tan pronto como pudo lo había esquivado por centímetros, intento levantarse y alejarse, pero su cuerpo no respondió como esperaba seguía sin energías suficientes.

–Niños estúpidos– dijo una voz llena de ira lanzando un golpe al rostro.

–¡Liam!– grito Danna levantándose de su cama no recordaba el momento que se había quedado dormida, su respiración era errática mientras sudaba frío, varios recuerdos volvieron a su mente, una mujer a punto de llorar con una pequeña niña asustada, una mujer hermosa en un auto antiguo, a ninguna de aquellas personas las había visto antes.

‘Pitonisa’ pensó, de pronto una oleada de imágenes y pensamientos volvían a inundar su mente ‘runas, plegaria, ¿Gabriel?’ se sentía confundida aquellos recuerdos eran de Liam, pero esta vez se sentían más vivos como si los hubiera experimentado en carne propia, aunque era como caminar mientras las luces parpadearan rápidamente ‘La bodega’ pensó.

–¡Agáchate!– dijo Danna notando que algo se acercaba a toda velocidad a su rostro y después solo silencio.

Todo aquello era confuso las imágenes iban y venían las memorias de Liam eran caóticas siendo la tristeza lo que más dominaba.

–Liam… está en peligro– se dijo levantándose de la cama buscando un mapa de la ciudad en la aplicación de su celular ‘las calles eran’ pensó mientras trataba de recordar la ubicación de la bodega.

–Flores– susurro recordando un pequeño letrero en la esquina de una casa marcándola en la aplicación de mapas. Se internó en sus memorias o bueno, en las memorias de Liam –flores, flores– las imágenes se volvían flashes lo que provocaban un fuerte dolor de cabeza mientras se centraba en ellas –flores, flores, flores y…– Danna apretó con su mano derecha las runas de su antebrazo izquierdo necesitaba un poco de la conexión con Liam –y Claveles– dijo emocionada al ver en su memoria la esquina casi imperceptible de una señal.

La dirección coincidía con una que se marcaba en el mapa estaba a un par de kilómetros.

Danna tomo el transporte para llegar a aquel lugar, marco a sus amigas, pero ninguna respondía por lo que les había dejado un mensaje con la dirección para encontrarse apenas lo leyeran. Cerca de una hora tardo en llegar a la bodega ya era algo tarde, por suerte recibía el mensaje de sus amigas que la alcanzarían en unos minutos.

–¡Liam!– grito Danna entrando por la puerta oxidada de la bodega –¡Liam!– repetía buscando una señal de él sin obtener nada, sus dedos rozaban la entrada donde había visto aquello que se acercaba a su rostro, pero en ese lugar no había nadie, cuando noto unas pequeñas gotas sobre el piso, se agachó deseando que aquella idea que su mente sostenía no fuese real, hasta que las yemas de sus dedos se manchaban con aquella sustancia rojiza corroborando lo peor ‘sangre’.  

Tomó su celular y empezó a marcar al número de emergencia –Hola… ¿Policía? Quiero reportar… ¿Hola? ¿Hola?– la llamada se cortaba, la batería estaba cargada y las barras de señal estaban completas, era algo ilógico, volvió a marcar –Hola ¿policía?– no hubo respuesta alguna.

Trato de marcar a sus amigas, pero en ese instante sintió algo detrás de ella, algo que respiraba por lo profundo una mirada que le heló la sangre y el cuerpo, intento dar un paso a la salida cuando de repente algo tiro de ella hacia la oscuridad con tal fuerza que sentía que su cuerpo era engullido por completo, intento gritar, pero era inútil poco después solo existía el silencio.



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En el texto hay: decisiones, primer amor, destino elegidos

Editado: 10.08.2021

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