Cuando seamos Tú y Yo

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–¡A las escaleras!– señalo Liam apretando el brazo de Danna, el lugar se llenaba de escombros de las explosiones de los automóviles parecía un campo de batalla en plena guerra, los cristales les rodeaban lo que impedía que pudieran tomar otra ruta, sea lo que sea que los estuviera atacando los tenía atrapados en el edificio.

Danna se paralizó del miedo; Liam se agachó junto a ella, no sabía exactamente si era por la guerra que se desataba fuera o por aquello que había visto antes de que todo comenzara.

–¡Danna!– grito Liam agitándola –¡Reacciona!– continuo, pero Danna mantenía el cuerpo rígido –Estarás bien lo prometo, te sacaré de esto– la abrazo resguardándola en sus brazos las palabras no debían ser solo dichas, sino también sentirlas para que pudiera reaccionar, Liam se debía sentir más seguro que nunca.

Danna sintió el calor de Liam cubriéndola, las explosiones retumbaban por todo el lugar, se podía palpar la onda de choque tras cada explosión, los cristales disparados a toda velocidad en todas direcciones algunos de ellos cayéndole como una fina lluvia, pero en tanto caos Liam le transmitía seguridad y confianza, por lo que apretó los puños tan fuerte como pudo para reaccionar, clavándose las uñas en las palmas en el proceso, sentía el dolor, sentía el palpitar del corazón de Liam en el cogote, su respiración agitada que demostraba que por más que quisiera aparentar seguridad, una parte de él moría de miedo al igual que ella.

–Vamos– susurro Danna apenas audible, lo suficiente para que Liam lo escuchara con la conexión de las almas.

Liam se levantó mirando a su alrededor, aún se escuchaban varios estallidos cortos, pero el caos se había tomado un tiempo para un respiro.

–Debemos salir de aquí sea lo que sea que estuviera afuera es preferible evitarlo–

Liam sintió como la mención de aquella cosa ahí a fuera provocaba que su cuerpo temblara, provocado por el miedo de Danna.

–Deben tener una puerta trasera– dijo Liam levantando a Danna su respiración era errante. –saldremos de esta, te lo prometo– trato de calmarla mientras se dirigían a un pasillo alejado.

–¡MALDITO MOCOSO!– se escuchó retumbar desde fuera, aquella voz era tosca y carrasposa, la voz de monstruo una mezcla de algo gutural. –Te mataré con mis propias manos–

La entrada se destruyó de varios golpes Zagan lanzaba puñetazos que lo destrozaban todo a su paso como si las paredes estuvieran hechas de arenisca, de su cuerpo goteaba una espesa sustancia parecida al alquitrán con un fuerte olor a amoniaco y azufre, el hedor era muy contaminante que te escocía la garganta con cada respiro –¡Devuélvemela!– grito lanzando un golpe a una de las enormes columnas del edificio, este vibro unos segundos, los suficientes como para mover todo dentro de su interior, varios objetos al filo de sus estantes caían mientras las ventanas vibraban.

–¿Qué es eso?– susurro Danna ocultándose detrás de una puerta de servicio, se alejaron de la recepción en búsqueda de una salida, pero Liam había insistido en querer ver que era lo que les perseguía.

–No lo sé, jamás lo había visto, aunque…– Liam se detuvo, parecía haber notado algo en aquel monstruo –se parece a Zagan quien me secuestro, pero diferente como si hubiese pasado por una trituradora para luego cubrirse de una neblina negruzca.

–¿Qué eso que le escurre?– indico al líquido que escurrían por sus heridas y su boca.

–Sea lo que sea, debemos alejarnos ha lanzado autos como si fueran muñecas de trapo y está destruyendo el lugar buscándome– fue en ese instante que Liam entendió.

–Danna– dijo acercándose frente a ella, el rostro de Danna reflejaba cansancio, tenía varios cortes provocados por las explosiones y los cascajos que le habían caído encima     –me está buscando solo a mí, aun si le entrego lo que está buscando no creo que me deje ir con vida–

Danna miro a Liam, él era más alto que ella, podía ver la ropa desgastada por el maltrato como si lo hubieran arrastrado por el asfalto por varios metros, el cabello despeinado en mechones empolvados mezclados con sudor que perlaban su frente y sentir su respiración agitada sobre ella –No te quieras hacer el príncipe ahora y dejarme a mí el papel de la princesa en peligro, ¡Esto no es un juego!–

–Sé que no es un juego, por eso quiero salvarte, por andar en juegos y comportarme como un niño terminamos aquí, salvarte es… – ‘lo único que me importa’ pensó sin decírselo. –que tenemos que encontrar una puerta trasera por ahí escaparas mientras yo llamo su atención–

Danna estuvo a punto de decir algo, pero Liam le tapó la boca mientras observaba en dirección a la primera planta, Zagan había parado de vociferar y eso le preocupo.

–¡Abajo!– grito Liam tirando de Danna consigo al piso, el monstruo los había encontrado, se podía ver la furia en su mirada, las venas que latían resaltadas en su piel, el alquitrán que escurría por las heridas y su sonrisa desencajada con un pedazo de mejilla arrancado de un tajo.

–Te arrancaré la cabeza– dijo con una sonrisa sardónica.

–¡Las escaleras!– señalo Danna bajo el cuerpo de Liam que lo cubría.

El monstruo jugaba con Liam, podía respirar el miedo que se evaporaba por sus poros una fragancia irresistible que alimentaban sus ganas de matarlo.



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En el texto hay: decisiones, primer amor, destino elegidos

Editado: 10.08.2021

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