Capítulo 0004.1

Todos sabían lo que sucedió después de su muerte, nadie se atrevió a mencionarlo, no querían terminar torturados, un mundo de apariencia deslumbrante, con tres soles radiantes al horizonte, cualquiera desearía estar en él.

Sabían que quienes estaban al mando estaban mal de la cabeza, unos tiranos sedientos de poder, no tenían otras opciones, ellos habían llevado a su civilización a la cima de todas las demás, y mucho más en ese mundo que llamarán “fantasía”, los amaban, aunque tenerlos de frente era temblar de miedo.

¿Quien quisiera intervenir entre ellos? Todos murmuraban lo que sus líderes habían pasado, podría empatizar con ellos, sería mentira si las criaturas negaran que ellos hubieran hecho lo mismo o cosas peores. Nadie le importaba siempre y cuando no se formará una guerra de nuevo.

La aparente calma los alegraba.

En otro lado un hombre se movió con determinación, reuniendo ingredientes y preparando una comida de sus preferencias, tarareando una canción mientras sus manos se movían con agilidad en la cocina.

Pronto, la cocina se llenó con los sonidos de las ollas tintineando y las sartenes chisporroteando, frutas picadas, junto con una sinfonía de cuidado y devoción. 

Su corazón danzaba de felicidad al saber su paradero, cuando la volviera a ver la llenaría de mucho amor.

Era un pequeño secreto todas las atrocidades que algún día en el pasado llegó a cometer por culpa de su muerte.

Probó con la cuchara, un poco de la sartén, un sabor dulce con un ligero agrio, sonrió, nadie podría imaginar ver a alguien tan imponente de esa manera...