Cuando te conocí

Capitulo 2. Primera Clase

—Entonces tenemos algo en común. Ambos somos extranjeros —respondí inmediatamente. 

—¿Cómo lo sabe? ¿Acaso es alguna fan? —dijo viéndome de reojo. 

—¡No! Es solo que... —mi voz temblaba— su pronunciación no es la misma que los coreanos, por eso lo pensé. 

Lian dejó salir una risita. 

—Es una broma —añadió— si me ha visto en la televisión es obvio que sabe que no soy coreano, sino chino. 

Es un alivio que lo haya razonado así, mis explicaciones no habían sido necesarias.  

A decir verdad, cuando hacía alguna pregunta yo le respondía de forma breve porque me sentía un tanto cohibida y con mucha más razón si se trata de Lian. No es que lo vea como un hombre perfecto como suelen hacer sus fans, pero su aspecto físico no dejaba de impresionarme a pesar de, tener puesta una vestimenta casual. Tenerlo a mi lado se siente como estar con aquel chico atractivo que siempre has mirado desde lejos, con la única diferencia de ser conocido por una nación entera. 

—¿Hay alguna forma en que quiere que lo llame? —pregunté con gran curiosidad. 

Él estaba terminando de batir la masa de galletas que estábamos preparando. 

—Perdón —dijo apenado apagando la batidora— no la escuché. Me habló ¿verdad? 

No es que la batidora fuera muy ruidosa, es que mi voz no es lo suficientemente fuerte. Esa es una de las razones por las que a veces prefiero no hablar, para evitar la vergüenza de decir lo mismo de nuevo. 

Le repetí mi pregunta.  

Noté que se mantuvo pensativo por unos segundos. 

—Esa es una buena pregunta —respondió finalmente con una media sonrisa—. Todo mundo sabe mi nombre, así que no encuentro una forma especial de llamarme. Dadas las circunstancias, la llamaré maestra Yanet y usted puede… hablarme de manera informal, incluso decirme "oppa" como algunas suelen decirme aquí —dijo un poco avergonzado. 

—Creo que… me sentiría extraña al llamarlo de esa forma. Prefiero solo decir su nombre, ¿está bien? 

Me es muy difícil expresar totalmente lo que pienso por temor a la reacción de la otra persona, así que, el que estas palabras salieran de mi boca era un gran avance.  

—Para ser sincero, no me gusta que me digan "oppa" pero no se puede evitar tampoco. Está bien con solo llamarme por mi nombre.  

Así que, tiene que soportar cosas que le desagradan sin hacer alarde ello, como yo. 

Parecía estar cómodo con mi respuesta. 

Observé mi celular y me di cuenta que era la 1 am. Mi hermana me había enviado un mensaje preguntando si podía hacer una videollamada, me apresuré a contestarle para evitar que me llamara en medio de la clase. De un momento a otro mi celular sonó, se trataba de ella, rechacé la llamada pero volvió a hacerlo.  

—Adelante, puede contestar —dijo Lian dándose cuenta de la situación.  

—Gracias, es solo un momento —contesté apenada por la interrupción y me alejé un poco. 

 

"Bueno..." 

"¿Por qué rechazas mis llamadas? Eh, no me digas que aún estás trabajando a estas horas, deberías estar durmiendo."

"Es solo temporal, hay un… pedido que debemos de hacer para un cliente."

No estaba convencida de decirle la verdad.  

"Está bien. ¿Cómo te has sentido? La última vez nos dijiste que sufriste algunas crisis en la noche y no habías podido dormir."

"Sí, solo estoy un poco cansada pero mañana tengo el día libre así que, te marco para hacer videollamada ¿okay? 

—¡Maestra Yanet! —gritó en ese momento Lian, acercándose a mí. 

"¿Estás con un hombre? Habías dicho que solo trabajas con mujeres. ¡Dios mío! ¡¿Estás en una cita?!

"¡No! ¡No es lo que piensas! Después te explico, tengo que irme. Adiós." 

 

—¿La interrumpí? Perdón, pensé que ya había terminado. Es que, hay un problema. 

Guardé de inmediato mi celular en mi pantalón. 

—Está bien, ya acabé.

Me acerqué a su área de trabajo y me encontré con un pequeño desastre. 

—He intentado guardar la masa de galletas en el plástico que me dijo, pero no puedo, siempre que lo intento se rompe. 

Di por sentado que sabría hacerlo, ya que es una tarea tan natural para mí mas no para él. Esta vez le expliqué cómo enrollar la masa y cubrirla con cuidado para que el plástico autoadherible no se rompiera. 

Mientras hacia esto, mi mente estaba dispersa. No sé me ocurre qué explicación le voy a dar a mi familia, por el momento mi hermana solo escuchó una voz masculina pero los malentendidos se esparcen rápido entre ellos y sé que pronto me llenarán de preguntas. Ciertamente tampoco puedo decirles de este trabajo temporal como maestra de un artista, pues estoy descuidando mi sueño debido a esto. Una de sus condiciones para que viniera a este país fue, sin importar qué, cuidar mi salud y mi seguridad. 

—La masa la dejaremos en el refrigerador hasta la siguiente clase y entonces, podremos darle forma y hornear las galletas. ¿Tene alguna duda sobre lo que vimos hoy? 

—... No, creo que todo está claro. 

—Muy bien, hemos acabado —le dije. 

—Mi camioneta está afuera esperándome, gracias por la clase de hoy —expresó con una leve reverencia. 

—De nada, espero que lo haya disfrutado —dije sonriendo levemente. 

Salió de la pastelería y desapareció de mi vista. Aún me sorprende el nerviosismo que tuve que disimular. Mi encuentro con él fue tan inesperado y rápido. 

No veía a Lena por ningún lado de la pastelería. ¿A dónde se habrá ido? 

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LIAN 

—Hyung, ¿Qué pensarías si una mujer y un hombre están solos? 

Le pregunté con gran curiosidad, mientras estaba sentado en la parte trasera de la camioneta. 

—¿¡Estas interesado en alguien!? —volteó a verme con sorpresa. 

Me reí ante su extraña conjetura. 

—Tienes razón, eso es imposible ahora —continuó hablando–. Pensaría que están saliendo o por lo menos hay algún interés, a menos que, sea por cuestiones de trabajo. Las personas de mi edad pensamos eso pero, los jóvenes de hoy son muy libres y puede no significar nada. ¿Por qué lo preguntas? 




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