Jazmín-
5 minutos más y termino con mi rutina. Hacía tiempo que no venía al gimnasio, seguía pagando la cuota mensual pero me quedaba con Anna viendo cualquier cosa en la televisión.
Contempló la cuidad desde la ventana. Fue una buena idea colocar las máquinas frente a una ventana, así puedo correr en la caminadora y distraerme con las personas que van pasando.
La cuidad es muy hermosa y cada habitante de ella es una historia sin contar.
El sonido de un botón me saca de mis pensamientos.
Observó a la máquina de al lado y me encuentro con un rostro conocido.
Esto tiene que ser una broma.
—¿Qué haces aquí? ¿Ya es tu turno de venir a conquistarme?.
—No, vine hacer ejercicio —responde comenzando a correr —Pero planeo comenzar a conquistarte en... —observa la pantalla de la caminadora —10 minutos. Bueno, 9 minutos con 20 segundos para ser exactos —suelto una risa.
—¿Cómo me encontraste?. Recuerdo haberte respondido con un no rotundo cuando me preguntaste en dónde entrenaba.
—Tengo mis métodos —subo la ceja —. Está bien, le pregunté a Annie en dónde estabas.
¡Traidora! Aunque pensándolo bien me dio la oportunidad de ver a Ethan ejercitarse. Si, debería agradecerle cuando llegue a casa, le compraré un postre.
—Espero que eso no haga que te molestes con ella —continúa —No quería causarle problemas.
—No está bien, ya veré cómo le devuelvo el favor.
—Hola, Jazmín —saluda mi ex entrenador pasando junto a mí. Demonios —. Tiempo sin verte por aquí, aunque puedo notar que la falta de ejercicio no te he afectado en nada —me detalla lascivamente.
¡Demonios!.
—Si, he estado muy ocupada últimamente —respondo sin más.
—¿Quieres que te enseñé algunos ejercicios de estiramiento cuando termines tu rutina?.
¡Ay no! Esa era la clave que teníamos. La usábamos cuando alguno de los dos quería tener sexo.
Miro a Ethan de reojo, tiene la vista fija en la ventana aunque en su rostro hay evidente molestia.
Puedo escuchar la risa de las chicas a la distancia. ¡Carajo!.
—No gracias, no es necesario —trato de sonar casual.
—Ya tiene a alguien que le ayuda con esos estiramientos —agrega Ethan metiéndose en la conversación. Mi ex -entrenador se va sin decir nada.
Quedamos en completo silencio. ¿Qué debería decirle? Pues nada, no tenemos ningún tipo de relación a parte de ser ex -novios.
No tengo porque darle explicaciones, entonces ¿Por qué me siento tan mal?.
Ethan detiene la máquina y baja de ella en cuestión de segundos.
Imitó su acción y lo sigo.
—Ethan —levantó un poco la voz, no se detiene —¡Ethan! —frena en seco —. ¡Lo siento! ¿Okay? No sé porque me estoy disculpando pero en serio me siento mal porque hayas escuchado eso —me sincero —También quiero que sepas que tengo novio. Sin embargo, desde que llegaste no me siento a gusto con él —se voltea. ¿Fui de demasiado sincera?.
Si, estoy segura que sí.
—Soy yo quien debería pedir disculpas, no tuve que comportarme de esa manera. Es que no podía estar ahí más tiempo —hace una pausa —. ¿Quieres ir por un helado? Como muestra de paz.
—Me encantaría —sonrió —. Pero antes tengo que hacer una llamada.
—Entonces eres profesora en un instituto —asiento —. No pensé que fueras a trabajar de algo así, si mal no recuerdo querías ser traductora en una empresa —bota su servilleta en un contenedor de basura.
El parque a esta hora está un poco solitario, los niños son quienes le dan vida y la mayoría se encuentra en la escuela. Es una lástima, hace un día increíble.
—Intenté ser traductora, pero nada salió como esperaba. La mayoría del personal administrativo domina muy bien el inglés así que no tenían un puesto fijo de traductor. Termine desempleada sintiéndome miserable, luego Anna consiguió trabajo en el instituto y me dijo que había una vacante para profesor de portugués —relato —Tiempo después me asignaron más horas como profesora de inglés. Y siendo sincera adoro ese trabajo —sonrió.
—Me alegra saberlo —me sonríe de vuelta.
—¿A qué te dedicas?.
—Trabajo en una empresa nueva de telecomunicaciones. Acaba de mudar su sede principal a esta ciudad.
—Entonces tuviste suerte.
—Si, podría decirse que sí —divaga.
Me siento tan jodidamente bien en este momento. Con solo caminar por este parque, comer un helado y una conversación casual, me hace sentir realizada.
Quizás no necesite las cenas lujosas a las que Carlos me lleva, ni sus extravagantes regalos.
Solo necesito sentirme así de bien, y empiezo a creer que eso no depende de donde esté, sino a quién tenga a mí lado.
—Jazmín, quería decirte... —lo irrumpe el sonido de mi teléfono.
¡¿Quién se atreve a llamarme en este momento?! ¡Si eres tú Brianna avisándome que voy a llegar tarde a trabajar te ahorcó!.
Observó la pantalla.
Ojalá hubiera sido Brianna.
—Me disculpas unos minutos —pido suplicante.
—Está bien, no te preocupes.
Me separo a una distancia prudente de Ethan. Espero que desde aquí no pueda escuchar lo que digo.
Contesto la llamada.
—¿Hola?.
—Bebé, ¿Estás ocupada justo ahora?.
—Estoy bien, gracias por preguntar —digo sarcástica.
—¿Estás ocupada? —repite un poco más exigente.
—Si, lo estoy —digo mirando a Ethan.
—Tenía en mente ir a buscarte, traerte a mí casa y luego...
—Ya entendí —lo corto —. Pero en serio estoy ocupada. Será otro día.
—¿Puedo pasar buscándote cuando salgas del trabajo?.