Brianna-
—¡Ya voy! —camino lo más rápido que mis uñas recién pintadas me permiten.
¡Ese estúpido timbre comenzó a sonar justo en el momento de mi pedicura! Agradezco que nadie este viéndome caminar de esta manera tan ridícula.
Abro la puerta sin preguntar quién la toca.
—Sabes que hacer eso es peligroso, podría ser un asesino —comenta Alex.
—No creo que los asesinos pudieran entrar al edificio sin la llave de la puerta principal —me quitó de la puerta para que entré.
—Puede esperar a que alguien entre o salga del edificio —se encoge de hombros.
—¿Estás viendo muchas series de asesinatos, de nuevo?.
—Quizás, pero eso no me quita la razón —sonrió.
—Tendré más cuidado —lo tranquilizó —¿Qué haces aquí? Deberías estar trabajando.
—Jazmín me llamo pidiendo que te trajera está caja de rosquillas —la coloca sobre la mesa.
¿Cómo no la había notado?.
—Es su manera nuestra de agradecimiento por lo de Ethan. Me alegra saber que no va ahorcarme mientras duermo —rió —. ¿Quieres algo de beber?.
—Lo que sea está bien —se encoge de hombros.
—Prepararé chocolate entonces —me encaminó a la cocina.
—Yo lo hago, este es tu día libre y tienes que aprovecharlo.
—No tienes que hacerlo.
—Quiero hacerlo —me sonríe —. Solo necesito que coloques los materiales en la mesa.
—Está bien —saco de los cajones todo lo necesario. Cuando terminó me siento en la barra de la cocina a observarlo.
—¿Pensabas que a Jazmín no le iba agradar lo que hiciste?.
—Ella ha estado ignorando a Ethan desde lo que pasó entre ellos en la reunión —asiente como si supiera exactamente de lo que hablo —Me pareció una buena oportunidad para que hablaran de ello. A demás para que Jazmín se diera cuenta de otras cosas.
—¿Qué cosas? —no respondo. Parece notar mi incomodidad porque agrega: —Lo siento, no es de mi incumbencia —sus ojos destellan sincero pesar.
¿Debería decirle? No es que sea un secreto ni nada por el estilo, pero no quiero dañar a Jazmín.
Aunque sería bien tener una opinión masculina de todo esto.
—Jazmín ha cambiado desde que terminó con Ethan —confieso —A decir verdad todas lo hemos hecho —él asiente ligeramente —. Estuvo de idiota en idiota todos estos años, pero el peor de todos es Carlos. Es él rey de los imbéciles y heredero de los idiotas —suelta una risa —Se aprovechaba de Jazmín cuando supo que estaba loca por él, la usaba para que le hiciera cosas, la llamaba para que tuvieran sexo y luego se desaparecía por un tiempo. Hasta que Jazmín se cansó, le dijo que quería una relación real y no eso.
» Ese mismo día Carlos le pidió tener una relación con ella, a lo que ella acepto. Pero nada cambio, sigue llamándola o buscándola cuando necesita algo de ella o cuando quiere tener sexo. Antes de que volviera a ver a Ethan ya había decidido a terminar con Carlos. Pensé que necesitaba un empujoncito, que al pasar tiempo con Ethan iba a recordar que él es lo único real que ha tenido en ese aspecto.
—Estoy seguro que lo entenderá. Comprenderá que es tu manera de decirle que merece algo mejor —me consuela.
—Si, espero que sí —susurro —Me alegra mucho que estés aquí, hablar contigo me relaja en verdad —le sonrió.
—A mí también me alegra —me devuelve la sonrisa —Fue una idea estupenda la de Jazmín pedirme que viniera —continúa preparando el chocolate.
Me quedó atónita por su trabajo. ¡Jazmín también trata de decirme algo! Por eso envío a Alex aquí. Lo miro moverse por la cocina, tenerlo tan cerca de mi me hace sentir tan feliz que podría estar aquí por siempre.
Lo entiendo Jazmín, lo entiendo.
—¡Me rindo, Alex! —levanto la mano en señal de rendición. Me mira sin entender lo que quiero decir —Me rindo ante ti, ante lo que siento. ¿Quieres que volvamos a estar juntos?.
—Me encantaría —sonríe sinceramente. Me levanto de mi asiento, me lanzo a sus brazos y lo besó.
Me corresponde el beso. Unimos nuestras frente, no puedo evitar sonreír.
—A los chicos les causará gracia que seas tú quien me lo haya pedido —sonrió.
—Sabes que tengo tendencia a robarte los momentos.
—Creas nuevos momentos, así que no me molesta —sonreímos mirándonos —El chocolate está listo ¿Vemos una película?.
—Si, me gustaría.
—¡Brianna! —gritan mi nombre desde el pasillo.
—¡Aquí estoy! —grito de vuelta. Escucho pisadas en el pasillo.
Aparecen todas al abrir la puerta.
—¡Hola Alex! No sabía que estabas aquí —exclama Estrella.
—Se ve que estás bien acompañada —me guiña el ojo Hannah.
—Dejen la estupidez y vengan acá, les guarde rosquillas —caminan rápidamente hacia mí.
—¡Está riquísima! —Estrella hace una expresión de satisfacción.
—Parece que estás a punto de tener un orgasmo —comenta Hannah haciéndonos reír. Le da una mordida a su rosquilla —¡Oh cielos! ¡Si es una delicia! —hace la misma expresión que Estrella —¿Dónde las compraste? —mira a Alex.
—En ese nuevo local de rosquillas que tanto hablo Carter en la mañana —responde Jazmín.
—Si hubiera sabido que eran tan deliciosas lo habría acompañado hace mucho tiempo —asegura Hannah.
—¿Te quedarás a cenar? —pregunta Estrella mirando a Alex.
—Me encantaría.
—¿En serio vas fingir modestia a estás alturas? —reprocha Hannah —Puedes quedarte a dormir, si quieres.
—Bueno, voy a cocinar —anuncia Estrella levantándose.
—Te ayudo —caminan hacia la puerta.
—Yo también las ayudo —se ofrece Alex.
—No tienes que hacerlo —asegura Estrella.
—¡Si! —exclama Hannah —Así tendremos una cena decente —mira a Estrella.
—Ridícula —Estrella voltea los ojos. Y los 3 salen de la habitación.
—¿Cómo te fue con Ethan? —pregunto cuando estamos solas.