Brianna-
—Ya que estamos todos reunidos, necesitamos hablar de nuestro siguiente destino.
Saboreo la deliciosa lasaña que Tamara preparo para nosotras. Las manos de esa mujer deben de estar bendecidas.
Marcus nos mira fijamente, todos estamos inmersos en la exquisita comida.
—¿Podrían dejar de comer unos segundos? —pregunta calmado —. Me siento como si fuera su padre —comenta en dirección a su esposa. Ella ríe.
—Chicos, escuchen a Marcus, por favor —continuamos comiendo. Lo siento Marcus, pero está muy delicioso como para detenerme —. Quién acate la sugerencia le daré más postre —los tenedores dejan de sonar contra la vajilla. Nos quedamos en silencio sin hacer ningún movimiento mirando hacia Marcus.
Tamara suelta una carcajada observando a su marido, éste sonríe sin mostrar los dientes.
—Bueno, cómo decía. Quería avisarles que nos quedaremos solo 15 días aquí, hable con el detective Hammond y está de acuerdo, luego nos iremos a la siguiente propiedad que tenemos planeada.
—¿Nos dirán a dónde iremos? —pregunta Estrella.
—No, por su seguridad no podrán saberlo —asiente desanimada.
—No es tan malo, así nos vamos a llevar la misma grata sorpresa que cuando llegamos aquí —comento tratando de levantarle el ánimo.
—Si, tienes razón —me sonríe. Le sonrió de vuelta.
—Lo que quiero pedirles —continúa Marcus —, es que disfruten de su estadía aquí. No es la mejor situación pero deben de sacar lo positivo de cualquier oportunidad, se encuentran en una hermosa casa, juntos una hermosa playa privada a la cual pocos tienen acceso, por ello, quiero que tengan buenos recuerdos y que gocen cada segundo aquí.
Le sonrió a Marcus. Eso fue tan lindo de su parte.
—Por ello ustedes tienen prohibido mencionar a Carlos, y van a cumplir con el itinerario que les hemos hecho, sin excusas —soltamos una risa.
—¿Cuándo hicieron un itinerario? —cuestiona Hannah viendo a los chicos.
—Tenemos uno para cada localización —confiesa Chris.
—Como ustedes son nuestras huéspedes nos pareció justo llenarlas de sorpresas —agrega Ethan.
—Nuestro deseo de corazón es que saquen algo bueno de todo esto, porque seguimos juntos, podemos hacer nuevos recuerdos —Alex toma mi mano sobre la mesa —. ¿Les gusta la idea?.
—¡Me encanta! —exclama Jazmín emocionada —, ¿A ustedes no? —nos mira.
—Por supuesto que sí —concuerda Estrella sonriendo. Jazmín toma su mano emocionada.
Mientras ella esté de acuerdo con este plan, todo saldrá bien. Observó a Marcus y asiento sonriendo cuando su mirada se fija en mí.
Tengo fe en ustedes chicos, y me complace saber que ninguno me ha decepcionado.
—¿Qué es lo primero en el itinerario? —pregunta Casie —. También es sorpresa para mi —mira en nuestra dirección.
—Pues desayunar —se limita a decir Chris. Ella voltea los ojos —, espera a mañana para que te sorprendas, será fabuloso.
—¡Cielos Tamy! Está cena te quedó deliciosa —suelta Taylor haciéndonos reír —. ¡Adoro tu comida! —le da otro bocado.
—Ya sabemos de dónde saco Marcus su lado culinario —bromea Jazmín.
—Te dije que todo lo que sé, lo he aprendido de mi esposa.
—Pero nunca mencionaste que era una diosa en la cocina —suelta Hannah —. Es lo más delicioso que he probado en mi vida.
—No exageren —responde Tamara con modestia —, solo quise hacer algo diferente para darles la bienvenida.
—Pues, nos encantó está bienvenida —Jazmín le sonríe.
Desde que llegamos aquí está de mucho mejor humor, quizás esta idea descabellada de huir no fue tan descabellada.
Dolió irse de la cuidad, dolió dejar todo lo que conocíamos para escondernos quién sabe hasta cuando, pero ver a Jazmín sonreír así, sonreír como siempre lo hacía, hace que ese sacrificó valga la pena
—Hannah, ¿Podrías pasarme los platos que están en la mesa?.
Hannah toma los platos y se los entrega a Marcus.
—Termino aquí, y damos por concluida la limpieza —anuncia Marcus.
Coloco la escoba a un lado y seco mi frente. El resto aún no ha terminado sus quehaceres, limpian la cocina entre risas y bromas.
—Bueno, terminé. Me despido —anuncia Marcus.
—No te vayas Marcus, eres chévere —bromea Ethan, suelto una carcajada.
Marcus voltea los ojos con una sonrisa en los labios. El día de hoy está mucho más risueño y comunicativo en comparación con la semana que estuvimos a su cuidado, estar cerca de Tamara debe ser el factor relajante aquí. Estar junto a ella debe de calmarlo, en cierto sentido, se justo como se siente.
Observó a Alex reír junto a Estrella.
—Chicos será mejor que se vayan a dormir, mañana tenemos un gran día por delante —dice Tamara cómo si fuera nuestra madre.
—Ya saben, nada de ruidos fuertes —nos a punta a todos —, saben a lo que me refiero, hay una menor de edad aquí y no quiero que le ensucien la mente —los chicos, y Hannah, sueltan una carcajada, las demás nos limitamos asentir.
¡Que buen comentario, Marcus! ¡Estás muy simpático!.
Llevo la escoba hasta su lugar, y me apresuró a llegar arriba. Estoy tan cansada, las horas de vuelo junto con el mini colapso que tuve me dejaron agotada.
Abro la puerta de la habitación,e deshago de mi ropa cuando entra Alex. ¡Perfecto! Tenía que entrar en el preciso instante en que estoy en ropa interior.
Me observa descaradamente, busco con la mirada algo con que cubrirme, pero no, no hay nada.
—¿Podrías dejar de mirarme? Me siento como una hamburguesa en un gimnasio —busco mi pijama en la maleta.
—Solo pensaba en la suerte que tengo —volteo los ojos —, entró a la habitación precisamente cuando estás en ropa interior, es muy bueno para ser una coincidencia, ¿Acaso estabas esperándome?.
¿Es en serio? Que conclusión más ridícula.