Capítulo IV:
—¿Por qué está así? ¿Qué pasó? ¿Por qué dejaste entrar a una desconocida? ¿Y dices qué no puedes hablar con nadie? Y más importante… ¿POR QUÉ NO LLAMASTE A ALGUIEN? —Cassandra me regaña peor que a niño chico.
—La ventana, no tengo ni idea de quién la rompió —me defiendo— y no encontré mi celular por ningún lado, eso es lo que pasó.
—¿Por qué debería creerte? ¿Estás consciente de que estuviste toda la noche en peligro? —Me mira como si yo supiera quien lo hizo.
—Solo dejé entrar a la vecina porque vino a ver lo que pasó con la ventana, eso es todo. Y si no me crees, bueno…digamos que tampoco me importa.
—Amigo —Stan apoya su mano en mi hombro—. ¿Seguro qué no pasó nada más? —Sus brillantes y radiantes ojos celestes, me miran con cierta desconfianza.
Esto es increíble, todo mundo piensa que lo estoy inventando—. ¿Por qué mentiría con algo así? ¿Creen qué yo rompí esa ventana?
Mi habitación está completamente iluminada por el sol de la mañana, y eso no ayuda en mi concentración para tratar de sostener todo en mi cabeza.
—Dudo que fueran delincuentes —continúa diciendo Stan, pero tratando de evitar mi mirada—, pero los de la competencia, diría que ellos podrían tener algo que ver.
—No estamos en posición de culpar a alguien —le discute Cassy—. Si ese es el caso, no podemos hacer nada porque no tenemos pruebas.
Stan chasquea los dedos—. Las cámaras, están las cámaras de seguridad. Están tanto afuera como adentro.
De pronto me siento culpable de todo al escuchar eso
—Hice que las desinstalen, no me gustaba la idea de tener esas cosas en mi casa, sobre todo, si ni siquiera sabía que es mi casa.
Fue como un golpe en la ingle para Stan—. ¿Qué dices? ¡¿Estás loco acaso?! —Stan se pasa las manos por el cabello y comienza a caminar alrededor de mi cama—. ¿Te das cuenta del problema qué eso es?
Me comienzo a impacientar—. Inquietaba la idea de que me graben mientras estoy aquí, además, nunca iba a imaginar que ocurriera esto.
Stan se detiene delante de mí y se cruza los brazos—. El correo, te dije que ese correo no auguraba nada bueno. Es obvio que alguien está atentos a cada paso que das. Y quién más va a ser, sino son los de la competencia. Ellos por días han estado intentando averiguar todo sobre tu accidente, piensan que así tendrán un titular de primera, es que nunca pudieron aceptar que tu televisora tuviera mejor posición que la de ellos.
—Stanley —se queja Cassy entre dientes—. Estás olvidando por completo lo que hablamos antes.
—¿De qué hablaron? —pregunto curioso.
Cassy mira de forma acusadora a Stan, algo que me causa más curiosidad sobre lo que hablan cuando no estoy presente.
—Necesitas olvidarte de eso —dice volviendo a girar su cabeza hacia mí— y lo del correo, Stan me lo dijo y tu papá hizo que quitaran tus datos personales del sistema.
—¿Se lo dijiste a mi papá?
Él se encoge de hombros—. Antes, todo era confidencial entre nosotros, pero ahora, se trata de tu salud, hermano. Y con eso no se juega.
—Pero…
—Nada de peros. —Se nota que la situación entre los dos, la maneja Cassandra—. Debes estar tranquilo, no quiero esto otra vez. Y si tienes que dormir abrazando tu celular, entonces lo harás. Por favor, nadie quiere que tu vida corra peligro de nuevo, ya tenemos suficiente.
—O a nadie le conviene —murmuro.
—Tampoco dejes entrar a desconocidos. Aunque, si tienen tu confianza, puede que sea una buena forma para que vuelvas a socializar.
Dejo caer mis brazos hacia los costados, suspiro y digo—: ¿Por qué mejor no van y ven lo que hace el vidriero? Quiero estar solo de nuevo.
Stan gruñe—. Lo que quieras, “amigo”. Te golpearía, pero creo que con el golpe en la cabeza ya es suficiente.
—¡Stanley! —Cassandra le vuelve a reclamar y esta vez lo empuja, al parecer para hacerle una señal de que salga de la habitación. Así, los dos salen a empujones y me dejan solo.
—¡Y báñate! ¡Apestas! —grita Stan desde el pasillo—. ¡Ser un ermitaño no te cae nada bien!
Debo tener más cuidado con lo que digo, pero según yo, creo que soy el único que piensa que no estoy loco y que no he roto mi ventana a propósito.
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Han pasado doce horas desde que la ventana está reparada. Ahora, estoy considerando seriamente el volver a instalar las cámaras de seguridad de afuera, solo por seguridad.
No quiero pensar en cosas malas, y sobre todo en cómo la pasé anoche. Fue una noche horrible, pensando que en cualquier momento pueden venir y matarme. No paro de pensar en quién pudo hacer eso, pero tengo ciertas ideas.
Primero, puede que antes del accidente, yo pude haber creado ciertos enemigos y ahora quieren venganza. Y segundo, puede que solo esté pensando mucho en eso y pudo haber sido cualquier borracho jugando por un barrio de ricos, que se supone todos tienen alta seguridad, pero yo tontamente, hice que desinstalen todo antes de llegar aquí.