Cuando te observa (#1 trilogía Secretos olvidados)

Capítulo X

Capítulo X:

Presente

Seth

Sangre, es lo único que hay en mis manos… sangre.

Hace mucho frío y no puedo parar de temblar, he dejado a dos malas personas en ese cuarto y necesito escapar de este lugar.

 

Se supone que no debíamos quedarnos dormidos. Estas pesadillas ocurren con más frecuencia, ¿serán de alguna manera lo qué pasó?

No.

Eso es imposible, porque me atropellaron, es ilógico que tenga las manos con sangre si eso fue antes de que me golpearan la cabeza.

Me giro a ver a la chica que duerme plácidamente a mi lado, como se ve que ella si disfruta de sus sueños, no como yo que estoy paranoico por cualquier cosa y, sobre todo, después de como Stan me mintió de una forma tan descarada; hasta por un momento casi me lo creí, pero sus expresiones y poca falta de práctica en la actuación, lo delataron al instante.

Con un pequeño salto del susto, me levanto del sillón para contestar el celular, que para mi mala suerte, está en la mesita que alejé para no chocarme cuando me quede dormido.

—Buenos días —saludo sobándome los ojos y sacando una que otra lagaña de paso—, ¿qué sucede?

Al otro lado del celular, puedo asegurar que Cassandra se acaba de reír sarcásticamente—. ¿Qué pasó? ¿Me dices qué pasó, después de lo que me acabo de enterar?

—Pregunto qué pasó, porque no sé de lo que te acabas de enterar.

—Sé que no me haces caso cuando te digo que no veas noticias y esas cosas, pero sé perfectamente que no me escuchas y te importa tres pepinos lo que diga. —En serio se escucha furiosa.

Y puedo asegurar que no se de lo que habla—. Si me dices de qué te acabas de enterar, quizá entienda un poco.

—¿En serio no has visto las noticias?

—No, y ya ni me interesa verlas.

Parece que por un momento se queda muda, pero si no fuera por su respiración agitada, cualquiera diría que cortó la llamada—. Tu confirmación a la reunión con los inversionistas, tu asistencia a la gala Indeana, para darte una idea, la rehabilitación de una nueva agenda para los próximos dos meses.

Eso cae como un balde de agua fría—. ¿Qué dices? Eso es imposible.

—No es ninguna equivocación, ¿en serio no sabes?

—Claro que no, ¿crees que no lo sabría si se trata de mi agenda?

Cassandra no dijo nada por un rato, pero cuando por fin lo hace, no se escucha molesta, sino preocupada.

—Hablaré con tu padre, es algo que se puede solucionar, solo que es muy extraño ¿Has hablado con alguien estos días?

—Contándote, son solo Stan y tú.

Ella no vuelve a decir nada por un rato.

—Bien, no es algo por lo que debas preocuparte —balbucea sin pena alguna.

—Piensas que no te estoy diciendo la verdad ¿no? Piensas que yo hice eso, pero yo…

—Tú no debes preocuparte, aquí afuera lo estamos manejando muy bien. —Cassandra se escucha más calmada, pero eso no quita que yo esté molesto.

Quiero decir un sinfín de palabras, pero por alguna razón no logran salir de mi boca.

—Adiós. —Es lo único que puedo pronunciar.

—Espera. También quería decirte que no voy a estar en los próximos dos meses, voy a viajar a ver a mi mamá, por lo que no podré asistir. Pero te aseguro que no estarás desatendido, el Dr. Kilman irá en mi lugar.

—Claro —digo por último y corto la llamada.

Estoy por voltearme para tratar de procesar esto, cuando siento que alguien me rodea con sus brazos por la cintura. Casi asustado, giro mi cabeza y me encuentro con una Lucía con los ojos cerrados y un poco de baba seca al costado de su labio.

—¿Qué…

Intento soltarme, pero está muy aferrada a querer abrazarme así. La veo bien y me doy cuenta que no abre los ojos, está dormida.

Ah, seguro es sonámbula.

—Liz… Liz —digo despacio, pero no parece querer despegarse.

Esto me pasa por no comer verduras.

Estoy tan débil que una chica me abraza y no puedo alejarla.

—Seth —murmura—. Estoy sola.

—No estás sola —dictamino. Le sostengo las manos y hago que su agarre se afloje un poco, lo que aprovecho para girarme y quedar casi cara a cara con ella—. Liz, pequeña Liz, si escucharas que no estás sola y abrazas a un chico por la cintura.

Para esto uno nunca está preparado.

Tengo que ser lo más cuidadoso posible, he escuchado que a los sonámbulos no se les debe despertar ¿o era al revés?... Ash, como sea.

Comienzo a avanzar lentamente, un paso a la vez, y para mi sorpresa Liz también comienza a caminar para atrás, el sofá no está muy lejos y es más fácil.




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