Cuando te observa (#1 trilogía Secretos olvidados)

Capítulo XXVI

Capítulo XXVI

—Lo siento —masculla Paula—. Por favor.

Mis ojos no aguantan más de tantas lágrimas. Escupo sangre, pero mi cuerpo está tan golpeado que no puedo mover ni un dedo, y todo, mientras veo todas las asquerosidades que le hace a mi amiga. Ella intentando defenderse, pero cayendo desmayada después de unos minutos.

Pero mi esperanza llega, cuando alguien comienza a golpear la puerta. Tan desesperadamente, que la termina abriendo.

Es Bryce, que, al ver la horripilante y perturbadora escena, le provoca una arcada y vomita ahí mismo. Seth se levanta, coloca delicadamente el vestido encima de Paula y luego me dirige una sonrisa sádica.

¡Maldito!

Bryce sin saber que hacer, se queda paralizado al ver a su hermana toda golpeada y a su novia desnuda, siendo abusada por el más grande monstruo que alguna vez haya conocido.

Seth camina hacia la puerta como si nada, y sale, pasando por el costado de Bryce, que sigue petrificado. Así, hasta que yo también caigo en la oscuridad, dejo de sentir todo y mis ojos se cierran por sí solos. Teniendo una última vista de Bryce alzándose las mangas, dejando ver el tatuaje de dragón que alguna vez se hizo junto a Ethan; y luego, cogiendo una barra de metal junto a la puerta.

 

Bryce

No puedo pensar muy bien, mi estómago y mi cabeza, me están dando vueltas, cuando estrello el fierro en contra de su cabeza. Él cae de inmediato al piso, pero parece no ser suficiente, porque al instante se levanta y me propicia un golpe en la cara, haciendo que suelte el fierro. Con el rostro palpitando, recupero un poco los sentidos y veo cómo Ethan viene corriendo hacia nosotros. Solo nos acompaña la luz del auto, así que uno solo reconoce siluetas y no rostros.

Ethan me empuja y se coloca en mi delante, listo para enfrentar a ese infeliz, que no tiene ni características para llamarlo ser humano. Pienso en llamar a la policía, pero sé cómo funciona la justicia con los que tienen dinero, y delante de nosotros, se encuentra el más claro ejemplo de rico que se sale con la suya.

Ethan lo tumba en el suelo y lo sigue golpeando. Hasta que todo sale mal, Ethan se lleva las manos a la cara, y cuando las aparta, éstas están empapadas de sangre.

En la mano de aquella bestia, se encuentra un pedazo de vidrio, y se quiere levantar, pero en mis manos ya tengo otra vez la barra de fierro, listo para matarlo. Matar es malo, el sacerdote en la Iglesia dice eso, pero… ¿qué hará Dios con este desgraciado?

Ethan se aparta de él, chillando de dolor, y yo… vuelvo a estampar el metal encima de su cabeza, una y otra vez, con la sangre chispeando en el suelo, pero es cuando me doy cuenta que no está cayendo en la cabeza. La sangre sale de su boca, porque le he molido el estómago.

Queda inconsciente, tirado en el piso, con un gran charco de sangre. Y un olor metálico esparciéndose por el aire.

Con un escalofrío y con una nueva sensación de vómito: me giro para ver a Ethan, que tiene la cara cubierta de sangre, y sigue chillando de dolor.

Lo obligo a levantar el rostro, y veo una gran zanja horizontal sobre sus labios, llevándose parte de sus mejillas y quijada.

—Debes ir a un hospital —mascullo, completamente desesperado.

No puedo pensar bien, mi hermana está rematada a golpes adentro de esa bodega y Paula se encuentra… ahí, con la sangre entre sus piernas.

—¡Dios mío! —el grito de Cassandra, me trae un poco a la realidad—. ¡¿Qué..?! —Llega a nuestro lado y puedo ver que tiene la cara pálida, y no se cree la escena que ve—. ¡¿Qué pasó aquí?!

Ella nos ignora a Ethan y a mí, y pasa corriendo para ver al que está tirado en el suelo.

—Lo mismo me pregunto… —dice Ethan, con la sangre ahogando sus palabras— … ¿Qué mierda pa-pa-só Bryce? Pau y ese tipo, yo los vi.

—Nos peleamos. Todo por Luz.

—Jesús, María y José. —Cassandra parece darse cuenta que Ethan también está grave—. Los llevaré al hospital.

Ethan ya un poco más calmado, se pone de pie a duras penas y se acerca a ver a ese tirado en el suelo, casi muerto.

—Fue una pelea —dice, e intenta levantarlo. Cassandra va en su ayuda y entre ambos, lo levantan.

—Si preguntan —le digo a Cassandra, que sigue igual que un fantasma por el shock—. Lo atropellaron. —Tampoco es que sobreviva, llegará tan moribundo que los doctores no podrán hacer nada, eso espero.

Cassandra no dice nada y con Ethan, se pierden calle abajo, cargando entre los hombros de ambos: el cuerpo de…

Caigo en cuenta que mi hermana y Paula siguen adentro. Entro de nuevo a la bodega y encuentro a Paula intentando ponerse el vestido, entre lágrimas, temblando y no por el frío. Me acerco a ella, pero se aleja de inmediato, llorando más fuerte.

—Soy yo —le digo—. Pau…

—¿Por qué no llegaste antes? ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué… por qué?!

—Hey, no dejaré que nada más te pase, vámonos ¿sí?




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