A veces el mundo se desmorona frente a nuestros ojos, tal vez, solo lo pueden ver aquellas personas a quienes el mundo les parece un infierno hecho en tierra. Sufren en silencio y se ahogan en su propia agonía. Nadie está solo, somos nosotros quienes a veces sentimos aquella soledad que nos mata poco a poco. Confiamos en quien nos muestra una sonrisa. El enemigo o incluso la muerte, puede estar a nuestro lado o incluso algún desconocido que nos cayó bien en el lugar menos pensado.
Si tienes que llorar, llora, pero jamás finjas una sonrisa, no le haces daño a los demás, te haces daño tú mismo.
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Nota final:
Gracias a todos ustedes, que se tomaron el tiempo de leer esta historia. Espero que les haya gustado.
Importante:
Para quienes tienen la historia en su biblioteca, y de aquí en adelante reciben notificaciones de nuevos capítulos, no es importante, solo voy a estar resubiendo los primeros capítulos, donde están editados los saltos de tiempo, para evitar confuciones, ya depende de ustedes si los vuelven a leer. Besitos y nos leemos muy pronto en la segunda parte de esta historia, aún quedan muchas cosas que contar y quedaron un tanto confusas de este primer libro.