CAPÍTULO TRES
"EMMA OLIVER, la chica borracha. Te encontré"
Verla en ese parque se me hizo difícil irme sin dejar huella… pero gracias a una señora que venía con su perro y me dijo «¿Qué miras, loco?» hizo que ahora me encuentre cocinando unos fideos con milanesa de pollo en mi casa.
Para algo se aprende Manuelito
Ajá, ahora cállate
CUANDO TE ROMPEN EL CORAZÓN…
Domingo, 2017. Los Ángeles (Abril)
Siendo la una de la tarde, la directora de la escuela Green School me llamo por aquel uniforme de deporte que debo de utilizar. Busque universidades prestigiosas en Washington D. C pero ninguna me llamaron la atención, si tengo que sacrificar mi carrera de periodista durante 2 años para irme a una que me enseñen a como crecer mi negocio y ganar dinero —o tal vez siendo capitalista, —hizo que me durmiera en pleno día.
Una llamada me despertó. Era ya de noche, observaba a todos lados para mirar si realmente estaban llamando, agarro mi celular y respondo —Hola, ¿Quién habla?
—Hola soy yo, Santiago, tú amigo —habla con un tono de decepcionado
—Ah hola, ¿Qué hay?
—Nada por aquí, ¿Tú? ¿La encontraste? ¿Conociste amigos? ¿Te olvidarás de nosotros?
—Si la encontré y estoy demasiado aburrido por aquí, solo falta un año para que comience las clases y no sé que haré hasta que termine el año
—¡¿Qué?!
—¿Cómo que qué?
—¿No la haz hablado? ¿Cuándo piensas venir de vuelta? ¿Le dirás ala verdad?
—La perdí, no sé donde vivirá pero el próximos año la veré y no diré nada —si ella no recuerda —y no pienso irme así de rápido, esa ruta de irme hasta aquí es agotador
—Aghj
—Calma, todo irá bien
—No, no irá bien. Estás enamorado de esa chica y no creo que vuelvas, pero bueno todo es tu felicidad. Me llaman, debo de irme. Adiós
—Santiago, espera…—cortó. Bajo el celular y me planteó que iré a hacer este año lleno de aburrimiento.
Diciembre 2017, Los Ángeles
Los meses pasaron no tan aburridos como pensé, Los Ángeles es una maravilla de ciudad y no solo por las luces de noche y la buena comida chatarra que hay, sino que conocí personas que me ayudaron en conocer aquella parte de California. Aprendí a cocinar como un plato de Cleam Chowder. Aprendí el idioma del italiano como el alemán, aunque para ser sinceros el italiano me sale mejor y fluido que el otro. Contraté a mujeres como hombres para el mantenimiento de la casa, fui a un concierto de The Weeknd y me fascinó.
Volví a cocinar, vi películas, escuché puro Guns N’ Roses durante el Paseo de la Fama que se encontraba en Hollywood y ahora es como me encuentro en las letras de ella mirando los fuegos artificiales por año nuevo.
—Feliz año nuevo, Manuel —dice Raúl al otro lado de la llamada
—Gracias, igualmente. Feliz año
—Yo no conseguirás una pareja en el 2018, serás tú con la chica borracha
—De ahora en adelante la dejaré de llamar así, no sé… no me gusta llamarla así
—Ok, normal. Santiago está con otra novia ¿sabías?
—No, Santiago dejo de hablarme hace tres semanas porque le dije que esa chica la quería por el dinero
—Cierto, es verdad —suspiró, —Oye bro, ¿Estás seguro que si te mira, no se pueda aprovechar por tu dinero?
—No, no lo creo porque no diré esa parte
—Ah ok, oye Manuel, puede que ese año o el próximo te visite porque me ha llamado la atención una universidad que hay por allá
—¿Ah sí? —pregunto
—Sí, se llama Universidad San Lorenzo, dicen que muy pocas personas entran a esa universidad porque es muy caro y sus calificaciones son de las de 20 para arriba
—Woah, bueno yo lo miré pero no me llamo la atención estudiar ahí
—Ah bueno ya debo irme, hablamos el próximo año
—Ok, adiós
Lunes, 2018. Los Ángeles (Marzo)
Suena la alarma.
Despierto medio dormido al apagar la alarma ruidosa que Carmen, mi sirviente, me lo compró para ir a la escuela. Me echo en la cama para seguir durmiendo pero fue mala idea porque me llego un zapato en la cabeza, gruñí y me levanté, Carmen Flores se encontraba con los brazos cruzados y la vestimenta que iría.
La escuela….maldita sea, la escuela.
Me levanto de la cama de golpe y agarro la ropa, doy una ducha demasiado rápido para luego vestirme, iba con un pantalón de color azul claro y un polo blanco y una chamarra del mismo color de mi pantalón. Agarre mi mochila azul y caminé hacia la escuela.
Minutos después, siendo las 6:46am llegué a clases. Mire a todas partes si la encontraba pero no estuvo, más bien me encontré con muchas mujeres mirándome muy atrevidas y un chico con cara de sorprendido, pero lo ignoré entrando a la dirección.
Ahí dentro me encontré con una chica que estaba dejando unos carteles contra el machismo y por un momento me sentí cómodo al verlo, no era machista, tampoco feminista solo era parcial en ellos bandos. Sólo quería la paz en general. Mire hacia la directora que se encontraba ocupada con la maquina de su costado y volví a observar a la chica que de pronto se le cayo sus carteles y libros al piso. ¿La ayudé? No, no la ayudé porque en ese momento un chico llego y se fue con una sonrisa juguetona, fruncí y volví a mirar a la chica… ah, era eso.
La chica se había agachado de una mala posición que se le veía las piernas desnudas y parte de su braga, voltee medio nervioso por si le digo que le ví pero solo trato de voltear y hacerle gestos y señas a la chica, la chica me ignora hasta que le entiende y se levanta de golpe. Al mirarla me quedo riendo porque además que verla, me doy cuenta que era la chica que venía buscando desde que la ví… era Emma.