☀️ La mañana de Alex
La alarma sonó a las 6:15.
Alex abrió los ojos sin quejarse.
Por primera vez en mucho tiempo, tenía ganas de ir al colegio.
Y no por las clases.
Ni por el equipo.
Por ella.
Se levantó con una sonrisa tonta.
Fue a la cocina en silencio, para no despertar a su mamá.
Abrió la alacena, sacó harina, huevos, azúcar, y un molde en forma de corazón que casi nunca usaba.
—Hoy quiero hacer algo distinto —murmuró.
Mientras mezclaba los ingredientes, pensaba en su sonrisa.
En cómo lo miró el sábado.
En cómo lo hizo sentir.
Horneó los bizcochitos con cuidado.
Los guardó en una bolsita de papel, con una servilleta doblada en forma de flor.
Los metió en su lonchera.
Y antes de salir, se miró al espejo.
—Hoy se lo digo.
📝 Nicole en clase
En el aula de segundo C, Nicole estaba sentada junto a Michelle.
La profesora explicaba literatura, pero ellas susurraban bajito.
—¿Y entonces? ¿No te escribió más? —preguntó Michelle.
—No. Pero tampoco hace falta.
—Creo que… no sé. Me gusta estar con él. Solo eso.
Michelle sonrió.
—¿Y si te dice algo?
Nicole se encogió de hombros.
—No creo. Él fue claro. No quiere nada.
—Los chicos cambian de idea cuando se enamoran.
Nicole se rió bajito.
Pero por dentro… algo se movió.
Alex en su aula
Alex entró a primero B con la cara sonrojada.
Tenía la lonchera en la mano como si llevara un secreto.
Se sentó en su pupitre, pero no prestó atención a nada.
Solo pensaba en el recreo.
En el banco.
En ella.
Grey lo miró raro.
—¿Qué te pasa? Tenés cara de que te tragaste un foco.
Alex se sobresaltó.
—¿Qué? Nada. Solo… dormí poco.
Grey lo observó con media sonrisa.
—Ajá. Claro. Dormiste poco.
—¿Tiene nombre esa falta de sueño?
Alex se rió, nervioso.
—No molestés.
Pero por dentro, el corazón le latía como si ya estuviera en el recreo.
🧺 Recreo — El banco de siempre
Nicole salió del aula con su lonchera en mano.
Fue directo a su banco favorito, bajo el árbol.
Se sentó, abrió su comida, y empezó a desayunar tranquila.
No le importaba si alguien la veía comer.
Ese era su momento.
Hasta que lo vio.
Alex se acercaba.
Sin mochila.
Solo con su lonchera.
Y una expresión distinta.
Serena. Decidida.
—¡Hola! —dijo Nicole, con una sonrisa sincera—. ¿Querés sentarte?
Alex sonrió.
—Eso mismo te iba a pedir.
Se sentó a su lado.
El sol filtraba entre las hojas.
El ruido del patio parecía lejano.
Nicole le hizo preguntas:
cómo había dormido, si había estudiado, si ya había desayunado.
Él respondía con una sonrisa, pero su mente estaba en otra cosa:
cuándo sacar los bizcochitos.
Y lo hizo.
Sacó la bolsita de papel.
Se la ofreció.
—Hice esto para vos.
Nicole lo miró, sorprendida.
Abrió la bolsita.
Adentro, pequeños bizcochitos en forma de corazón, doraditos, suaves, con azúcar encima.
—¿Los hiciste vos?
Alex asintió.
—Sí. Pensé en vos mientras los hacía.
—Y… quería que tu desayuno fuera especial.
Nicole se sonrojó.
—Están hermosos. ¿Me pasás la receta?
Alex sonrió.
—Está en mi corazón.
Nicole se tapó la cara, riendo.
—¡Me hacés sonrojar mucho!
—Esa es la intención —dijo él, mirándola con ternura.
Ella volvió a sonrojarse.
Y él se enamoró un poco más.
💘 El momento
Nicole terminó de comer la mitad de los bizcochitos.
Se limpió los dedos con la servilleta en forma de flor.
Y lo miró.
No con curiosidad.
No con expectativa.
Con ternura.
Una sonrisa suave, sincera, que parecía decir: “Gracias por estar acá.”
Alex se quedó en silencio.
La miró.
Y algo en él se quebró.
No de dolor.
De certeza.
“Ya no quiero seguir callando esto.”
Respiró hondo.
Y lo dijo.
—Te amo.
Nicole parpadeó.
Como si no hubiera escuchado bien.
Pero lo había escuchado.
Cada palabra.
Cada latido.
Alex no bajó la mirada.
No se escondió.
—No sé cuándo empezó.
—Tal vez fue cuando me escuchaste sin que yo hablara.
—O cuando no me tuviste miedo.
—O cuando me hiciste sentir que no tenía que fingir nada.
Nicole se quedó quieta.
El corazón le latía fuerte.
Las mejillas encendidas.
Las palabras atrapadas en la garganta.
—No te lo digo para que me respondas ahora —agregó él—.
—Te lo digo porque ya no quiero que lo sepas por cómo te miro.
—Quiero que lo sepas por lo que siento.
Nicole abrió la boca.
Pero no salió nada.
Solo un susurro:
—Perdón…
Se levantó.
Y salió corriendo al baño.
💔 Alex se rompe un poco
Alex se quedó solo.
Con la bolsita vacía.
Con el corazón lleno de dudas.
“Tal vez no me quiere.
Tal vez la asusté.
Tal vez… fui demasiado tarde.”
Y aunque nadie lo miraba,
se sintió más expuesto que nunca.
🚺 Nicole en el baño
Nicole entró al baño de chicas con el corazón desbocado.
Se encerró en el último cubículo.
Se agachó.
Se tapó la cara con las manos.
Las mejillas ardían.
El pecho le temblaba.