📞 Noche después de clases — Llamada entre Nicole y Alex
Nicole estaba en su cuarto, con la luz tenue y el celular en la mano.
La llamada ya llevaba veinte minutos, pero ninguno quería colgar.
—¿Sabés que tenés una voz que me calma? —dijo Alex, con tono suave.
—¿Y vos sabés que cuando me decís cosas lindas me dan mariposas en el pecho? —respondió Nicole, sonriendo.
—Entonces voy a seguir diciéndotelas.
—Para que nunca se te vayan.
Nicole se rió bajito.
—Sos cursi.
—Sos mi culpa.
—¿Otra vez con eso?
—Sí.
—Porque desde que te conocí, no quiero ser otra cosa que alguien que te haga feliz.
Silencio.
Sonrisas que se sienten aunque no se vean.
—¿Y si mañana te abrazo en público? —preguntó Alex.
—Entonces mañana me voy a sonrojar… pero no me voy a soltar.
—Perfecto.
—Porque no pienso soltarte tampoco.
La llamada terminó con un “te quiero” compartido.
Nicole dejó el celular sobre la almohada, con el corazón latiendo suave.
👩👧 Nicole con su mamá
—¡Nicole! —llamó su madre desde la cocina.
Nicole bajó las escaleras, aún con la sonrisa puesta.
—¿Sí, mami?
—¿Estabas hablando con Alex?
Nicole se sonrojó.
—Sí…
Su mamá la miró con ternura.
—Se te nota.
—Tenés esa cara que ponías cuando eras chiquita y te daban tu postre favorito.
Nicole se rió.
—Es que… me hace sentir bien.
Su mamá se acercó, le acomodó un mechón de pelo.
—Entonces cuidá eso.
—Pero también cuidate vos.
—Lo hago.
—Y él me cuida también.
La mamá la abrazó.
—Me alegra verte así.
—Pero no te olvides que sos más que una historia de amor.
Nicole asintió.
—Lo sé.
—Por eso mañana voy a estudiar más que nunca.
☀️ Al día siguiente — En la escuela
Nicole llegó con el corazón acelerado.
Quería verlo.
Quería hablarle.
Pero también quería demostrar que el amor no le quitaba inteligencia.
En clase, se concentró.
Tomó apuntes.
Participó.
Michelle le dijo:
—¿Qué te pasa hoy?
—Estoy enamorada.
—Pero también soy capaz.
🕒 Primer recreo — Encuentro con Alex
El timbre sonó.
Nicole estaba con sus amigas: Angelina, Ernestina, Joselin y Hengely.
Reían, hablaban de cosas sin importancia.
Alex apareció en la puerta del aula.
La buscó con la mirada.
La encontró.
Nicole se levantó.
—Chicas, me voy con él.
Angelina sonrió.
—Ya son novios, ¿no?
Nicole respondió con una sonrisa tímida.
—Todavía no… pero ya lo siento.
Se fue con Alex.
Caminaron juntos por el patio, buscando un lugar tranquilo.
🌳 En el rincón del patio
Se sentaron bajo un árbol.
Nicole lo miró.
Frunció el ceño.
—Tu pelo está… raro.
Alex se tocó la cabeza, nervioso.
—¿Raro cómo?
—Como si te hubiera peleado con el viento.
—¿Querés peinarme?
Nicole sonrió.
—Sí. Me da ganas de acomodarte.
Alex dudó.
Pero luego asintió.
—Dale.
—Pero si me dejás lindo, te debo una.
Nicole se acercó.
Con las manos suaves, empezó a peinarlo.
Le acomodó los mechones, le alisó el flequillo, le dio forma con los dedos.
Alex se sonrojó.
—¿Siempre sos tan detallista?
—Solo con lo que me importa.
—Entonces soy afortunado.
Nicole se rió.
—Sos mi proyecto de belleza.
—¿Y si me dejás feo?
—Entonces te beso igual.
Alex se quedó en silencio.
Sonrojado.
Feliz.
Nicole terminó de peinarlo con los dedos, dándole los últimos toques con una concentración casi artística.
Alex estaba quieto, con las mejillas encendidas, como si cada caricia en su cabello le hablara directo al corazón.
—Listo —dijo ella, sonriendo—. Quedaste… wow.
Alex se rió, nervioso.
—¿Tan mal estaba?
—No.
—Pero ahora estás… más vos.
Sacó un pequeño espejo de su mochila y se lo ofreció.
—Mirá.
Alex se miró.
Se quedó en silencio unos segundos.
Luego sonrió.
—Salí perfecto.
Nicole negó con la cabeza, divertida.
—No necesitabas el espejo para verte lindo.
—Ya lo eras.
Alex bajó el espejo.
La miró.
—Es verdad.
—Porque vos me mirás como si lo fuera.
Nicole se sonrojó, pero no desvió la mirada.
Se quedó ahí, cerca, con las manos aún en su cabello.
—¿Puedo pedirte algo?
—Lo que quieras —dijo Alex, sin dudar.
—¿Podés disculparte con Dan?
Alex parpadeó.
No se molestó.
Solo bajó la mirada un segundo.
—Lo decís por lo que pasó el otro día, ¿no?
—Sí.
—Sé que te dolió.
—Pero también sé que no sos ese chico que responde con rabia.
—Sos el que me deja peinarlo en público.
Alex sonrió, con ternura.
—Tenés razón.
—Y si vos me lo pedís… lo hago.
Nicole le acarició la mejilla con el dorso de la mano.
—Gracias.
—Sé que no es fácil.
—Pero también sé que sos más fuerte de lo que creés.
Alex se levantó.
Se sacudió un poco el pantalón.
Y antes de irse, le dijo:
—Volvé a peinarme después.
—Capaz me da suerte.
Nicole rió.
—Capaz te da un amigo.
Alex caminó hacia la cancha, donde Dan lanzaba la pelota una y otra vez.
Nicole lo siguió con la mirada, con el corazón latiendo suave.
🏀En la cancha
Alex caminó con paso firme hacia la cancha de básquet.
Nicole lo observaba desde lejos, con el corazón latiendo suave.
Sabía que él lo haría.
Sabía que cuando Alex se compromete, cumple.