🌙 Videollamada nocturna
La noche estaba tranquila.
Nicole estaba en su cama, con el celular apoyado en una almohada.
En la pantalla, Alex sonreía.
—¿Sabés cuánto te quiero? —preguntó él, con voz suave.
—Decímelo otra vez.
—Mucho.
—Más que al básquet.
—Más que a los fines de semana.
Nicole se rió.
—Entonces es serio.
—Muy serio.
Hablaron de cosas de novios.
De lo que harían si vivieran cerca.
De lo que sentían cuando se miraban.
Antes de despedirse, Alex le dijo:
—Mañana te espero en el recreo.
—En nuestro banco.
Nicole sonrió.
—Ahí estaré.
🏫 Nicole y Hengely
Al otro día, Nicole estaba en clase, tomando apuntes tranquila.
La profesora explicaba algo de biología.
Nicole escribía con concentración.
De pronto, Hengely se sentó a su lado.
—¿Podés ayudarme con algo?
—Claro —respondió Nicole.
Hengely se acercó más.
—Me empezó a gustar un chico de 2do B.
—Se llama Carlos.
—Es muy guapo… pero me da nervios.
Nicole se iluminó.
Muerta de chisme.
—¿Carlos? ¿El de las cejas perfectas?
—¡Sí! Ese mismo.
Nicole sonrió.
—Tenés que mirarlo dos segundos más de lo normal.
—Y después hacer como que no te importa.
—Funciona.
Hengely se rió.
—¿Eso hiciste con Alex?
—No. Yo me tropecé frente a él.
—Y me ayudó a levantarme.
—Ahí empezó todo.
🍃 Camino al recreo
Cuando sonó el timbre, Nicole salió al patio.
Hengely la alcanzó.
—¿Me acompañás a hablarle?
Nicole dudó.
—Me encantaría… pero ya tengo planes con mi novio.
—Pero te doy otro tip: no lo pienses tanto.
—Sonreí. Eso siempre funciona.
Hengely la abrazó.
—Gracias.
—Sos la mejor.
Nicole caminó hacia su banco preferido.
Se sentó.
Sacó un libro de medicina.
Le gustaba la medicina.
Le gustaba entender cómo funcionaba el cuerpo.
Tal vez porque quería aprender a curar lo que no se ve.
😢 El chico que la molesta
Mientras leía, un chico se le acercó.
Era conocido por molestar.
Y hoy, eligió a Nicole.
—¿Así que vos sos la novia del base estrella?
Nicole lo miró, sin responder.
—¿Te creés especial por eso?
—Seguro ni te mira cuando no hay gente.
—Sos linda, pero hay muchas como vos.
—Y él… él va a aburrirse.
—Todos se aburren.
Nicole sintió el nudo en el estómago.
Las palabras le dolían.
—¿O pensás que vas a durar?
—No sos tan interesante.
—Solo sos “la chica del momento”.
Nicole bajó la mirada.
Los ojos se le llenaron de lágrimas.
No quería llorar.
Pero no pudo evitarlo.
💥 Alex interviene
Alex venía caminando hacia ella.
La vio.
La entendió todo en un segundo.
Nicole lloraba.
El chico seguía hablando.
Alex se encabronó.
No hizo ruido.
Se acercó.
Y le dio un puñetazo que lo tiró al suelo.
El chico se quedó en shock.
La cara le quedó morada.
Alex, agitado, lo miró con furia.
—¿Vos hiciste llorar a mi novia?
Nicole lo vio.
Se levantó.
Lo abrazó llorando.
Alex la sostuvo.
La acarició.
—No voy a permitir que alguien como él se te acerque jamás.
El chico se levantó del suelo, con la cara roja y la mandíbula tensa.
—¡Estás loco! —gritó, señalando a Alex—. ¡No podés pegarme así!
Alex no respondió.
Solo abrazó más fuerte a Nicole, que seguía llorando en su pecho.
La protegía con el cuerpo, como si el mundo entero pudiera lastimarla.
Un profesor que había visto todo se acercó rápido.
—¡Ustedes dos, a dirección! ¡Ahora!
Alex asintió sin discutir.
Se separó un poco de Nicole, le levantó el mentón con delicadeza y le dio un piquito en los labios.
—Ya vuelvo, ¿sí?
Nicole asintió, con los ojos húmedos.
Alex miró al chico con una mirada tan fría que lo hizo retroceder un paso.
Caminaron en silencio hasta la oficina de la directora.
Los hicieron pasar.
—¿Qué pasó? —preguntó la directora, seria.
Alex habló primero.
—Le pegué.
—Porque lo vi hacer llorar a mi novia.
—La estaba insultando, acosando. No lo pensé. Solo reaccioné.
El chico se cruzó de brazos.
—¡Mentira!
—Ella estaba sola, yo solo hablaba. Él vino y me golpeó sin razón.
—¿Sin razón? —repitió Alex, con la voz tensa.
La discusión subía de tono.
Hasta que la puerta se abrió.
Nicole entró.
Los ojos rojos, las manos temblorosas.
—¡Fue por mi culpa! —dijo, con la voz quebrada—.
—Yo… yo fui la que lloró.
—Él me dijo cosas feas.
—Y Alex solo me defendió.
Alex se levantó.
Se acercó a ella.
La tomó del rostro y la besó.
Un beso lento, firme, lleno de todo lo que no podía decir con palabras.
Cuando se separaron, Alex miró a la directora.
—Sé que estuvo mal pegarle.
—Pero también estuvo mal lo que él hizo.
—Hacer llorar a una mujer no es algo que se deja pasar.
La directora los observó en silencio.
Luego miró al chico.
—Estás suspendido por tres días.
—Y vos, Alex… no vuelvas a usar la violencia. Pero entiendo por qué lo hiciste.
—Pueden irse.
Alex tomó la mano de Nicole.
Salieron juntos.
De vuelta en el banco, Nicole se sentó a su lado.
Todavía tenía los ojos húmedos.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó, en voz baja.
Alex la miró.
Le acarició la mejilla.
—Porque vos no tenés la culpa de nada.
—Y porque era la única forma de hacer que te calmaras.
—Verte llorar me rompe por dentro.
Nicole se sonrojó.
Bajó la mirada.
Pero no pudo evitar sonreír.