🍽️ Después del almuerzo
Nicole terminó de comer con su madre, quien le había preparado arroz con pollo y jugo de chinola.
La conversación fue tranquila, con risas suaves y alguna que otra pregunta sobre la feria.
Pero en su cabeza ya giraba otra cosa: cómo vestirse.
Subió a su cuarto, cerró la puerta, y se puso a revolver el armario.
Sacó varias prendas, las dejó sobre la cama, y empezó a probarse frente al espejo.
Cada outfit tenía su propio aire:
Se tomó fotos.
Tres en total.
Y se las mandó a Alex.
📸 La indecisión
—¿Cuál te gusta más? —escribió.
Alex tardó unos minutos.
Cuando respondió, fue con su estilo de siempre:
—Te ves linda con cualquiera 😍
Nicole frunció el ceño.
Se tiró sobre la cama y escribió:
—¡No me digas eso! Elegí uno.
—No quiero parecer desesperada, pero… ¡ayúdame!
Alex respondió rápido esta vez:
—La foto 3.
—La del pantalón corto y la blusa cute.
—Me gusta cómo se te ve.
—Y sí… capaz soy un poquito pervertido 😅
Nicole se rió.
Se sentó de nuevo frente al espejo.
Miró el outfit.
Y escribió:
—Lo sos.
—Pero está bien.
—Me lo voy a poner.
👕 Él también se arregla
Un minuto después, Alex le mandó una foto suya.
Camisa negra, jeans ajustados, y el cabello peinado con más cuidado que de costumbre.
La luz del cuarto le daba un aire serio, pero dulce.
Nicole lo miró.
Y escribió:
—Te ves muy guapo.
—Como para que me dé nervios verte.
Alex solo respondió con un emoji sonrojado.
Y un “Nos vemos allá ❤️”.
Nicole se quedó mirando la pantalla.
Y pensó que, por primera vez, no solo quería gustarle.
Quería que él la mirara como si ya la quisiera.
🚌 En la escuela
El patio estaba lleno de estudiantes.
Los profesores organizaban la salida en dos autobuses: uno para los chicos, otro para las chicas.
“Para que haya más tranquilidad”, decían.
Nicole se montó con sus amigas.
Buscó con la mirada.
Pero no vio a Alex.
Justo cuando se sentó, su celular vibró.
“Ya estoy en el bus. Te veo allá 😘”
Nicole sonrió.
Se acomodó el cabello.
Y pensó que, aunque no lo tuviera al lado…
Ya lo sentía cerca.
🌄 El camino en autobús
El autobús avanzaba por una carretera rodeada de árboles altos y campos abiertos.
El sol filtraba su luz entre las ramas, creando destellos dorados sobre el vidrio.
Nicole iba sentada junto a Michelle, mientras Hengely se reía con unos audios que escuchaba con un solo auricular.
—¡Miren eso! —dijo Nicole, señalando un lago pequeño que brillaba a lo lejos.
Michelle se asomó por la ventana.
—Parece de película.
Nicole sacó su celular y le tomó una foto.
Luego otra, a un grupo de flores silvestres que crecían junto a la carretera.
Y una más, a un árbol solitario que parecía inclinarse hacia el camino.
—¿Para qué tantas fotos? —preguntó Hengely.
—No sé —respondió Nicole—.
—Capaz para acordarme de que hoy… estoy feliz.
Michelle sonrió.
Y Hengely le revolvió el cabello con cariño.
—Estás rara.
—Pero linda rara.
🎪 Llegada a la feria
El autobús de las chicas llegó primero.
El lugar estaba decorado con banderines, música suave, y el aroma de algodón de azúcar flotando en el aire.
Nicole bajó con su mochila cruzada y el celular en mano.
Miraba a todos lados, pero buscaba a dos personas en especial: Alex y Dan.
—¿Ya llegaron los chicos? —preguntó a una profesora.
—Están por llegar —respondió—.
—En cinco minutos.
Nicole se quedó cerca de la entrada, junto a Michelle y Hengely.
El autobús de los chicos apareció al fondo, y uno a uno empezaron a bajar.
Nicole se estiraba para ver entre ellos.
Hasta que vio a Dan.
—¡Dan! —gritó, levantando la mano.
Dan la vio y se acercó con su estilo despreocupado.
—¡Ey, Nicole! Qué linda estás hoy.
—Gracias —dijo ella, amable—.
—¿Y Alex?
Dan se rascó la cabeza.
—Se sentó hasta atrás.
—Dice que le gusta ver todo desde lejos.
—Pero ya sale… en algún momento.
Nicole se rió.
—Ay, qué dramático.
—Seguro está haciendo una entrada épica.
Michelle se rió también.
—O se quedó dormido.
💙 El abrazo y los lentes
Unos segundos después, Alex bajó del autobús.
Tenía la camisa negra, los jeans ajustados… y unos lentes redondos azules que no llevaba en la foto.
Nicole lo vio.
Y sin pensarlo, corrió hacia él.
Lo abrazó fuerte.
Con los brazos alrededor de su cuello.
Y él la rodeó por la cintura, sonriendo como si el mundo se hubiera detenido.
—Te extrañé —dijo Nicole.
—Yo también —respondió Alex, bajito.
Pero cuando se separaron, Nicole lo miró con atención.
—¿Y esos lentes?
Alex se los acomodó.
—¿No te gustan?
Nicole frunció el ceño.
—Me recuerdan a alguien.
—A Shantell.
—Y no me gusta recordarla.
Alex la miró, sorprendido.
Se quitó los lentes.
Y los guardó en el bolsillo.
—Está bien.
—Me gustan, pero… puedo usarlos otro día.
Nicole bajó la mirada.
Y pensó que, a veces, los gestos pequeños también son pruebas de cariño.
📝 Actividades de bienvenida
Ya todos reunidos, los anfitriones del viaje —dos profesores y una guía externa— se pararon frente al grupo con megáfono en mano.