Me desperté con unos fuertes golpes que tumbaban mi puerta, confundida y con un dolor de cabeza que me hacía ver nublado, cuando me paré de la cama a abrir me di cuenta de que estaba en ropa interior y eso me resultó muy extraño, lo último que recordaba es que anoche subí al auto de Anabelle pero simplemente no tuve oportunidad de pensar en nada más. Abrí la puerta y era mi madre y mi abuela.
—¿Estabas durmiendo cariño? —preguntó mi madre.
—¿Te sientes bien Lisi? —preguntó mi abuela que me llamaba así cariñosamente—tienes muy mal aspecto.
—Vinimos a buscarte para llevarte al salón de belleza. Aún no te has bañado¿qué sucede Elizabeth? Hoy es tu boda—exclamó mi madre eufórica.
—Voy a bañarme—dije corriendo a la ducha intentando evitar sentir el malestar que tenía.
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Ya estaba con mi vestido de novia, esperando la música que iniciara el momento de mi entrada, ese día no había hablado nada con Edgar. Cuando la música comenzó todos los presentes se pusieron de pie y aunque aún me dolía un poco la cabeza caminé feliz y sonriente con mi hermoso vestido de novia hacia el hombre que amaba, tomada del brazo de mi padre. Edgar tomó mis manos sonriendo feliz.
—Estás preciosa—pronunció mirando el hermoso vestido de bodas que llevaba. El padre comenzó a decir una palabras.
—Elizabeth Gómez acepta por esposo a Edgar Duarte para amarlo y respetarlo en la riqueza y la pobreza, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte los separe.
—Sí, acepto—respondí con seguridad.
—Edgar Duarte acepta como esposa a Elizabeth Gómez para amarla y respetarla en la riqueza y la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe—preguntó y la pantalla enorme que estaba para reproducir la música se encendió con una canción romántica de fondo y unas fotos mías acostada en ropa interior con el stripper de mi despedida de soltera. Lo peor ni siquiera estaba dormida, me veía con los ojos abiertos y la ropa interior con la que desperté esta mañana, llevé ambas manos a mi boca y cubrí mis labios con espanto. Lo peor no recordaba absolutamente nada de la noche anterior. Edgar el hombre que amaba me miró fijamente, lleno de rabia e ira, miró la pantalla fijamente sin poder creer que lo que veía mientras todos los invitados comenzaron a murmurar.
—Dime que eso es mentira Elizabeth, ¿es un montaje verdad? —cuestionó y yo me quedé muda, sin saber que decir, sin saber si era cierto o no, nunca me acostaría con otro hombre que no fuera él, lo amaba, por ninguna razón iba a serle infiel al hombre que amaba y con el que quería pasar el resto de mi vida, pero esas fotos dejaban mucho que decir y yo no recordaba absolutamente nada. Él lanzó su anillo al piso, su mirada de amor se convirtió en odio.
—No acepto, nunca me casaría con alguien como tú, me has engañado todo este tiempo ¿Qué querías Elizabeth? ¿Cómo has fingido tan bien todo este tiempo? ¿Cuánto vale tu amor? Hubieras dicho el precio desde el principio y no habríamos llegado tan lejos—dijo marchándose y yo me arrodillé llorando mientras todos mis conocidos, familiares e invitados miraban la escena desconcertados.
—¿Qué demonios hiciste Elizabeth? —mi padre se acercó a mí furioso, me tomó por el cuello de mi vestido y me obligó a pararme—No crié una prostituta ¡no!—gritó pegándome una bofetada que me hizo caer al piso mientras muchos comentaban y usan sus teléfonos para grabar todo lo que ocurría, me quedé allí tirada, llorando. Sin saber que pasó, sin pider justificarme, odiándome a mí misma.
—Vamos Lisi—me abuela se acercó, me tomó del brazo y me ayudó a levantarme, no dijo una sola palabra, me sacó de allí, de en medio del escándalo público y ya no tenía la menor idea de que iba a ser de mí a partir de ese momento...
Hola, parece que a Elizabeth le jugaron sucio ¿qué opinan? Estaré actualizando días intermedios
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Editado: 03.09.2025