Cuarentena

Día: 11

Con cosas perdidas que encontramos, creamos una especie de almanaque con cuenta regresiva. Ya que vamos a estar cuarenta días encerrados en una escuela, por lo menos hay que planificar el entretenimiento. 
Hoy, en el día once, pondremos películas de terror viejas; las encontramos en la oficina de la directora. Al parecer se las esconde a sus hijos porque las ven delante de su hermanita de cuatro años. ¡Gracias por ser tan malos hermanos, hijos de la directora! Por ellos tenemos algo qué hacer ésta noche.
Jake, Dustin y yo, estamos en la cocina ayudando a la cocinera a poder hacer palomitas para todos. Ya que no conocemos los gustos, las haremos con caramelo, vainilla y salados. Yo las prefiero dulces. 
– ¿Ya sabes con quién verás la película? – Jake removía el caramelo en una olla de sopa.
– Con ustedes, ¿Con quién más? – Jake larga una carcajada.
– ¿Sabes para qué ponen películas de terror, verdad? 
– ¿Porque la directora no guardó películas de Marvel?
– Podría ser, pero no. Es para cuando quieres besar a una chica; pones una película de terror, ella se asusta y ahí estás tú para abrazarla.
– Eso fue lo más machista y de mente cerrada que has dicho. – Jake comienza a reír.
– Es broma, relájate. Es obvio que la verás con nosotros. ¿Quién va a abrazarme cuando me dé miedo sinó?
– Dustin podría. – Dustin se voltea y le da un abrazo con unas palmadas en la espalda.
– Para eso estoy, amigo. – los tres reímos ante el comentario de Dustin.

Salimos de la cocina, tres horas más tarde, justo a tiempo para la votación sobre qué películas veríamos primero; no reconozco ninguna de ellas porque en realidad no me gustan las películas de terror, así que ni siquiera voté. La votación se cerró y ganaron dos por mayoría, espero que no aburran, y si es así, siempre tendré los gritos de Jake para divertirme.
Hasta ahora no encontré ninguna película de terror que me asuste realmente. Creo que el verdadero miedo está cuando no sabes lo que sucederá, y la mayoría son demasiado predecibles. Entra en una habitación; la puerta se cierra sola; ella se voltea, intenta abrirla pero está inexplicablemente trabada; enfoque de espalda para ver que se encuentra completamente encerrada y en penumbras; y cuando la cámara cambia de ángulo, el fantasma está detrás de ella. Vaya, qué susto. El día que llueva de abajo hacia arriba, las películas de terror me darán miedo.

Llegó la hora, el cielo está lo suficientemente oscuro para que el gimnasio no se ilumine por luz natural; apagaron todas las luces, incluyendo los pasillos; Dustin, Jake y yo, ayudamos a repartir los tazones con palomitas. Sobraron muchas de vainilla, ¡Más para mí! El profesor de informática encendió el proyector; subió al máximo el volumen de los parlantes y que comience la película.
Era la típica blanco y negro de los años 60' o 70'; una pareja anciana la protagoniza. Al parecer se mudaron a una mansión "embrujada", típico; la mujer le advierte a su marido que escucha ruidos en las habitaciones vacías y que los muebles se movían solos. Como era de esperarse, el esposo le dice que está loca y que los fantasmas no existen. ¡Genial! Hasta en las películas los hombres ignoran nuestras advertencias. 
La pobre anciana insiste en que hay espíritus y llama a un exorcista; al final, el marido había muerto hace años. Ella quedó traumada por el suceso y nunca abandonó la casa jurando que él seguía con vida.
Toda la escuela estaba aplaudiendo, no dió miedo, pero el final fue interesante. Jake, por otro lado, está aferrado a mí brazo derecho y Dustin se ríe de su expresión traumática a causa de la película.

– ¿Qué es lo que te dió tanto miedo? – Jake seguía aferrado a mí brazo mientras yo comía palomitas de maíz con vainilla.
– ¡¿Cómo no te has asustado?! ¡El fantasma con la cosa! ¡Y la cabeza que flotaba! ¡Luego la puerta se cerró! ¡El anciano con triple voz! – hablaba tan rápido y entrecortado, que era inevitable contener la risa.
– Bueno, Jake, prepárate porque falta otra y dura dos horas. – Dustin puso énfasis la oración "dos horas" con voz gruesa, imitando la del anciano en la película.
Quizás las películas de terror no sean tan malas después de todo. Por lo menos no con Jake.

Segunda película. Unos adolescentes deciden ir a acampar a un bosque, festejando el final de las clases; aparentemente no fueron los únicos que tuvieron esa idea y el lugar estaba lleno de otros estudiantes. Siguieron su camino, encontraron otro bosque un poco más apartado y completamente vacío; el ambiente se puso turbio cuando uno de sus amigos se enferma a causa de una hiedra venenosa que rozó su piel mientras buscaban ramas para la fogata. El "líder" considera peligroso seguir con el campamento si uno de sus amigos estaba enfermo, además, tal vez era contagioso.
Envolvieron al joven en mantas, no sólo para no contagiarse, sinó que también volaba de fiebre. Caminaron y caminaron y caminaron hasta que inteligentemente uno de ellos cayó en la cuenta de que estaban perdidos.
Se hizo de noche y el frío campestre se hizo presente; además de eso, tenían hambre y sus mochilas estaban vacías, resulta que el amigo enfermo se había comido todo lo que traían porque ese era uno de los síntomas: anotojos exagerados. 
En mitad de la noche, los adolescentes van desapareciendo uno por uno, el chico que estaba enfermo se los comía porque necesitaba comer. 
A la mañana siguiente, sólo quedó uno con el caníbal; el único joven que quedaba, descubrió que su amigo se había comido a los demás. Debía escapar si no quería ser el próximo. 
En éste momento el adolescente con vida está escapando del caníbal, el cual quiere comérselo vivo. ¡Oh no! Acaba de tropezar y su pié está atascado en una rama; su ex amigo lo sigue de cerca, ya lo olió.
– ¿Todo en orden, Jaeny? – Inconscientemente me había aferrado al brazo de Dustin como Jake en la película anterior.
– Sí, todo en orden. Lo siento. – termino de soltarme de su agarre cuando el caníbal encuentra al chico y comienza a descuartizarlo vivo. Agarro el brazo de Dustin con fuerza y oculto mí rostro en él.
– Claramente tienes todo en orden. – Estoy asustada para golpearlo por su comentario irónico. – Tranquila, ya pasó. – observo la pantalla y todavía se lo está comiendo. Ésta vez sí lo golpeé. – ¡Oye!
– ¡No hagas eso!
– Creí que no te asustaban las películas de terror.
– ¡Yo también! 
Vuelven a encender las luces y todos nos observamos entre nosotros. Creo que sí es posible traumatizar a una secundaria completa. 
Un estudiante de un curso superior comienza a aplaudir para calmar un poco el ambiente.
– ¡Vamos, chicos, no estuvo tan mal! Deberían ver sus rostros, están para una foto. Aunque me sorprende de Jeany Montgomery, ya que a ella no le dan miedo las películas de terror. – en un segundo todos se voltearon a verme, algunos no me conocían pero siguieron las miradas de los que sí.
– ¿Cómo ese chico sabe eso? – Jake pregunta extrañado.
– No lo sé. Sólo lo saben ustedes, por lo menos yo se los dije a ustedes.
– Y como es que... – Dustin abre los ojos como platos. – ¿Escribiste sobre eso en tu diario? 
– ¿Por qué escribiría eso en mí... – me paro a pensar por un minuto. – Aguarda, ¡Sí escribí sobre eso en mí diario!
– Eso significa que ese chico tiene tu diario o al menos sabe quién lo tiene.
Dustin y Jake se pusieron de pie dispuestos a enfrentarlo, pero los paró en seco la directora. Ya era tarde, debemos estar en los sectores designados para dormir.
En la mañana averiguaremos si él es quien robó mí diario.



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En el texto hay: misterio, drama, amor

Editado: 15.04.2019

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