Cuarentena

Día 13

Ayer fue un día horrible. Un fragmento de mí diario estaba literalmente escrito en la puerta de un baño. No comí en todo el día; tampoco dormí anoche. Debo tener unas ojeras horribles.
Dustin intenta calmar a Jake, quien está molesto por no haber descubierto al ladrón de mí diario; siempre se pone de esa manera cuando no puede protegerme.

– Jake, tranquilo. No es tu culpa. – lo abrazo. No lo hago seguido, pero quiero que se calme. 
– Te acaba de dar un abrazo; si fuera tú, me calmo. – lo fulmino con la mirada ¡No soy tan fría! – No me mires así; es obvio que fue tu respiración la que causó ésta helada.
– Es cierto. Estás sorprendentemente cariñosa últimamente ¿Qué sucede? 
– ¡Ay chicos, por favor! ¿No puedo ser tierna con ustedes sin que me suceda algo?
– No. – responden al unísono.
– Pero ya que repartes abrazos... – Dustin alarga sus brazos en mí dirección con una sonrisa llena de intenciones.
– Para ti no hay abrazo. – me cruzo de brazos y me doy la media vuelta con los ojos cerrados.
– ¡Eso no es justo! – Jake suelta una carcajada. – Ahora por eso te abrazaré de todas formas. 
– ¿Qué? – me giré y choqué con el pecho de Dustin. Me rodeó con sus fuertes brazos y creó una cárcel para mí; hice el intento por zafarme, en vano, tiene mucha fuerza. – ¡Jake, ayúdame!
– Lo siento, hermanita. Tendrás que pagar las consecuencias de tus actos.
Sólo quiere un abrazo, dáselo y te soltará. – A regañadientes le devolví el abrazo, por un segundo pareció como si se hubiera relajado; me suelta.
– ¿Ves? No está mal ser cariñosa de vez en cuando. – me da unos golpecitos en la cabeza de niña pequeña.
– Podría vomitar. – finjo que se me revuelve el estómago por abrazarlo.
– ¡Eres un monstruo! – Dustin se da la media vuelta como si fuera el estereotipo de diva hollywoodense, provocándonos a Jake y a mí un ataque de risa. 
A veces creo que debería ser actor de comedia

Llegó el momento de revisar el calendario en el día trece. Todos nos acercamos a él y buscamos la actividad predestinada para hoy. 
¿Una fiesta de disfraces? Al parecer, el club de teatro, recordó que pidieron donaciones hace un año para una obra que realizaron para caridad. Al final, se canceló por lluvia y los vestuarios quedaron guardados.

Como si la fiesta de disfraces no fuera suficiente, agregaron a la actividad una pequeña gran trampa; en una caja pusieron papeles con distintas opciones de disfraz. Todos sacarán un papel al azar y, sin ver, intercambiarán con otra persona. Nadie sabrá el disfraz de nadie hasta la fiesta; los profesores estarán en los vestidores para revisar los papeles de cada uno y anotarán el disfraz que debe llevar en una lista. Aquel que rompa las reglas, será sancionado. 
Ojalá no me toque algo horrible.

Estamos en la fila para recoger el papel y posteriormente realizar el intercambio; la directora sostiene la caja con los papeles. Jake está detrás mío y Dustin delante como guardaespaldas.
Me volteo a ver a Jake, quien no para de moverse por los nervios.
– No es la fila para saber el día de tu muerte, relájate. – Dustin se ríe – ¿Intercambiarás conmigo? 
– Lo siento, le dije a Marc que intercambiaría el disfraz con él.
– Yo intercambiaré contigo. – Dustin se gira y me guiña el ojo izquierdo. 
– Ojalá te toque un disfraz de sapo.
– Si es así, ojalá tengas la mala suerte de ser la princesa.
– ¿Sabes qué? No te hace falta el disfraz. La cara de sapo ya la tienes incluída. 
– Bueno, en tu caso, sí te hace falta el disfraz. – ruedo los ojos, me cruzo de brazos y comienzo a marcar el ritmo con mí pié.

Es la hora de los intercambios; el profesor de gimnasia puso el temporizador y tocó el silbato. Todos comenzaron a correr con sus papeles en mano como ratas; Dustin, Jake, Marc y yo, estábamos juntos. Ya habíamos intercambiado y nos quedamos a observar cómo los demás enloquecían por intercambiar antes de que toque el silbato.
– ¡Cuenta regresiva! Diez... Nueve... Ocho... Siete... Seis... ¡Apúrense! Cinco... Cuatro... Tres... Dos... Uno... ¡Cero! ¡El que no intercambió ya no lo puede hacer! Ni siquiera lo pienses Joel. – Varios estaban suspirando por haber logrado el intercambio dentro del rango de tiempo. Otros, en cambio, estaban decepcionados porque se tuvieron que quedar con el disfraz que obtuvieron en el sorteo.

– ¡Ahora todos a los vestidores! Los profesores los ordenarán por división.

Nos dirigimos hacia la entrada del gimnasio y comenzamos a bajar por las escaleras en dirección al teatro.
La directora y algunas profesoras, se ofrecieron a maquillarnos. No sirvo para nada que tenga que ver con maquillaje; en la mañana sólo me delineo y me aplico rímel, a veces ni siquiera eso.
Me tocó el disfraz de Mégara, el personaje de ficción de Hércules. Es un vestido algo ajustado rosado, con un cinturón de tela lavanda, cuello canoa, hombros caídos, y está rasgado en la pierna izquierda. Tengo miedo de el que llegue a ser Hércules, si es que hay uno; hasta ahora no veo ninguna chica con ese disfraz.
La profesora de literatura quiso peinarme y maquillarme; recogió mí cabello en una cola de caballo, dejando algunos mechones de pelo como flequillo; el maquillaje consistió en un labial bordó matte, combinado con unas sombras entre la gama del rosado y el violeta. Me aplicó un delineado a lápiz en color marrón, acabó por aplicar un poco de rímel para alargar mis pestañas y voilà.
– Estás hermosa. – susurró en mí oído al ver mí cara de miedo. Nunca me habían maquillado así; mamá siempre trabaja y Jake... Bueno, no tiene paciencia para éstas cosas.
Miré a mí alrededor, sólo quedábamos cinco chicas en el vestidor. Me paré frente al espejo antes de irme, me agradaba el resultado.

La directora iba caminando a mí lado para asegurarse de que no volveré a caer por las escaleras; me tomó de la mano como si fuera una princesa, me ayudó a subir las escaleras, y me abandonó en la entrada del gimnasio.
Dustin, Jake y Marc estaban juntos platicando en un sector. Marc me vió parada allí y, sin dejar de mirarme, golpeó el estómago de Jake para preguntar si era yo. Mí hermano se giró y su cara de asombro fue inevitable; y Dustin no se quedó atrás, abrió la boca inconscientemente, espero que sea una buena impresión.
Comencé a caminar hacia ellos algo tímida por sus reacciones; Dustin vestía de caballero; Jake tenía un traje de sicario; y Marc... Realmente no sabría describir qué es.



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En el texto hay: misterio, drama, amor

Editado: 15.04.2019

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