Dustin y yo regresamos al gimnasio juntos. Su brazo pasaba por encima de mis hombros y yo sostenía la mano que colgaba de mí lado derecho. Jake no puede ocultar la emoción, sonríe de oreja a oreja al vernos llegar.
– Veo que los tortolitos volvieron a la normalidad. – Dustin golpea a Jake en el hombro por el comentario.
– Gracias, si no lo hacías tú, lo hubiera golpeado yo. – le confesé.
– Hasta se ponen de acuerdo para golpearme ¡Me fascina! – lo fulmino con la mirada. – De acuerdo, ya paro.
Tocan el silbato. Ya es media noche, debemos ir a dormir.
Ésta vez, Dustin, durmió con nosotros. Se acomodó boca arriba en medio de Jake y yo.
– ¿Sabes, Rosser? Te extrañé. – Se voltea a verme con una sonrisa y, algo de sorpresa combinado con felicidad, en su mirada.
– ¿Sabes, pequeña Montgomery? También yo. – vuelve a la posición anterior y ni bien cierra los ojos, ya se duerme. Buenas noches, Dustin.
Ésta mañana la directora nos levantó aún más temprano de lo normal. Al parecer estuvo contando los días al igual que nosotros y está emocionada por anunciar que estamos a la mitad de la "estadía". Cada vez la cuenta regresiva se vuelve más pequeña. Ya que estuvimos cuarenta días encerrados en la escuela, nos darán un mes más de vacaciones. Estar aquí no fue tan malo después de todo.
Creo que voy a ponerme analítica y emocional de nuevo, pensar en el destino me vuelve de ésta manera. Sin la tormenta, no nos hubiéramos quedado encerrados cuarenta días aquí; no hubiera creado lazos más fuertes con mí hermano de los que ya tenía; no tendría una amistad tan hermosa e inquebrantable como con Dustin; nunca me habría disfrazado para un baile; jamás conocería a Austin Gillespie... Ahora que lo pienso, en realidad no lo conozco. Pero tuvimos unos momentos tan únicos e inolvidables que aún así espero que me encuentre. Partiendo de esa base, podría preguntarle a los muchachos. Ellos conocen a cada uno de los estudiantes de la secundaria Rosemarie, tal vez puedan decirme quién es.
Jake y Dustin jugaban a lanzar una pelota de tenis, es increíble lo que logra el aburrimiento. Me habían colocado en el medio para ver si era capaz de atraparla, les advertí que era trampa, se aprovechan de su altura. No soy necesariamente baja, pero ellos me llevan unos quince centímetros, lanzan la pelota alta y yo no logro atraparla.
– Chicos, aguarden. Creo que ya quedó claro quiénes ganaron, ¿Podemos hablar? – ambos se observaron por encima de mí cabeza y asintieron ante la propuesta. Es mí oportunidad de preguntar.
– ¿De qué quieres hablar? – Dustin tomó una botella de agua de su mochila y comenzó a beber de ella.
– Austin Gillespie. – se atragantó mientras bebía y comenzó a toser. Jake le da unos golpes en la espalda hasta que se calma.
– No soy un experto pero creo que Rosser lo conoce.
– Dustin, ¿Tú lo conoces? – mí pregunta estaba tan llena de esperanzas que mí hermano sintió curiosidad.
– ¿Por qué preguntas por él, Jeany? ¿Acaso tengo cuñado y no lo sabía? ¿Voy a ser tío? – sentí de pronto cómo si mí piel quemara, comencé a sonrojarme.
– Cállate. Sólo tengo curiosidad por el chico nuevo, nada más... – Jake arquea una ceja. No sirvo para mentir – Bueno... Hay algo. – Dustin observa espectante. – Platicamos en la biblioteca a oscuras y...
– ¡Genial! – me interrumpe – Platicar a oscuras en una biblioteca. La perdimos, Jake. Debió sentir que tocaba el cielo con la punta de sus dedos.
– Como estaba diciendo antes de que me interrumpiera, la noche de la fiesta de disfraces, bailamos y nos besamos.
– ¡Ja! Lo sabía. – mí hermano es como un niño, le fascina tener la razón cuando sospecha de algo. – Describe cómo es físicamente.
– Ese es el problema... No lo he visto aún... – Dustin comienza a reír.
– ¿Cómo puedes sentir algo por alguien al cual no has visto? – Tiene razón. Tal vez estoy delirando, otra vez. – Pero... – Se detiene un momento a pensar lo próximo que dirá – el verdadero amor no es físico, por lo tanto, pequeña Montgomery, puede que llegue a gustarte por el simple hecho de hablar con él.
– ¿Eso significa que sabes quién es?
– Eso significa que debes procurar que las luces estén encendidas la próxima vez. – ambos comenzaron a reírse. Fue una mala idea preguntarles.
Terminamos de conversar exactamente un minuto antes de que nos trajeran el almuerzo. Le sugerí a los muchachos la idea de un concurso de karaoke. Jake insistió en que me anotara y, luego de ese sueño/delirio que tuve, tal vez sea una señal y deba intentar.
Creí que el calendario estaba vacío a partir del día veinte, pero nos llamaron para revisarlo. Tal vez haya algo interesante y el día no sea tan aburrido después de todo.
¡Por fin! Veinte días aquí y por primera vez ponen una actividad que no implica un esfuerzo de mí parte para realizarla. La directora también está sorprendida por lo que haremos hoy, pero está más que encantada de que alguien se haya interesado en ir a la biblioteca.
Al parecer habrá un show de teatro o algo parecido, aún creo que es una excusa para que no falte ningún estudiante. Jake estaba quejándose de la actividad, Dustin parecía preocupado, y varios chicos del equipo de básquet se veían muy emocionados para lo que era la actividad en sí. Tal vez les gusta leer, no voy a prejuzgar a nadie.
Ya era el horario de ir a la biblioteca, no voy a mentir, contaba los minutos. Sí, lo sé, soy una lectora compulsiva, pero no puedo evitarlo. Cada libro es como una puerta hacia el alma del autor; sus pensamientos, sentimientos, emociones, recuerdos, todo está en la manera en la que escribe cada libro. Es algo de veras impresionante si lo analizas bien.
– Jeany, – Dustin me sujeta del brazo izquierdo – tal vez no debamos ir. Es decir, habrán muchas personas, a ti no te agrada cuando hay demasiada gente, ¿Verdad?
– Hace veinte días estoy rodeada de personas. Creo que podré aguantar una hora más. – me suelto de su agarre y sigo caminando. Siento que de nuevo me sujeta, ésta vez más fuerte que la anterior.
– No me siento bien, por favor, quédate conmigo.
– ¿Qué te sucede? Sueltame, voy a ir. Dile a Jake que se quede. – Oí que continuaba llamándome, pero aceleré el paso y me perdí entre la gente para que no pudiera encontrarme. No entiendo por qué se comporta así.