Cuarto Creciente | Fanfic Twilight

Capítulo O2 - La Despedida

JASPER POV

 

Pasaron unos días, cuando me sentí listo para hablar y disculparme formalmente con Bella, estaba apenado y necesitaba saber que la torpe humana me había perdonado por su boca y no de palabras de mi hermano.

Las cosas habían estado bastante tensas entre Alice y yo, ella me evadía tanto como podía, había intentado hablar con ella pero parecía molesta la mayor parte del tiempo y muy pensativa, a veces pasaba todo el día fuera de casa y regresaba antes del amanecer. Rosalie y Emmett no había regresado aún a la escuela y había rumores de quererse tomar unas vacaciones, por otro lado Edward estaba distraído y más serio de lo acostumbrado, si los vampiros pudieran estar deprimidos, diría que él lo estaba.

 

Ese día esperé impaciente a que llegara Edward de la escuela, lo veía cabizbajo y afligido, pensaba que con mis intenciones todo se pondría mejor. Por supuesto le prometería que me mantendría alejado de ella por completo, hasta que ella fuera convertida en una de nosotros.

Apenas entró al recibidor de la casa, lo alcancé.

 

— Quisiera disculparme personalmente con Bella. —sentí que hablé rápido. Me observó por unos segundos y despues de sopesar lo que había dicho habló.

— No hace falta, Bella te ha perdonado, ella sabe que no fue tu culpa, sino de ella por ser tan frágil y torpe. —sus palabras denotaban un grado de dolor.

— Si, pero siento que eso le dará paz a mi mente. —dije.

— No hace falta, Jasper —colocó su mano sobre mi hombro y agregó— esta misma tarde tomaré un vuelo. Puedes venir conmigo, si quieres. De todos modos le he dicho a Bella que ya te has ido.

 

Entró a la casa. Me quedé allí atónito, mi cerebro vampiro estaba procesando todo, aquello se había vuelto una escena demasiado humana, había dolor y despedidas. Fui con Carlisle para tratar de mantener la calma y no caer en pánico.

Estaba en su despacho cuando entré de repente, no se sorprendió en lo absoluto y me pidió con amabilidad que me sentara.

 

— ¿Sabías de Edward y Bella? — pregunté.

— Algo me había comentado ayer, creo que tiene una decisión tomada. Además Alice lo vió. —me observó con cautela.

En cuanto pronunció su nombre una sensación extraña me provino, tenía días que no habíamos hablado.

— ¿Alice habla contigo? —dije frustrado— ella ha estado evadiendome.

— Tienes que hablar con ella, no pueden estar así, ustedes son una unión, no lo olviden. —siempre tan sabio.

— Parece que ella ha olvidado que lo somos. —dije con pesar.— pero Edward se va, abandona a Bella, Alice me evade y yo vivo con la culpa.

— Recuerda que nada de lo que está sucediendo es tu culpa.

— Ya no sé qué creer, pero agradezco mucho tu apoyo.

 

Hablar con Carlisle, esa vez no me había dado más paz, pero había intentado darmela, lo cual le agradecía. Subí a la habitación para encerrarme por algunos días más, tratando de sopesar toda la situación; pero entonces me encontré con Alice que iba y venía de su armario a la cama, estaba poniendo ropa en una gran maleta.

En cuanto me vio entrar se notó sorprendida y dejó lo que estaba haciendo, me miraba con sus ojos dorados sorprendidos por mi repentina aparición.

 

— Alice, ¿qué haces? —pregunté aún ajeno a lo que estaba sucediendo.

— Lo siento, Jasper —pronunció con coraje— me voy.

— ¿A donde? ¿por qué?  —solo podía mirarla y esperar que dijera algo.

— Yo… necesito un tiempo. —no podía creer lo que decía— necesito pensar con claridad, muchas cosas.

— ¿Qué cosas? —me perturbaba lo que me decía, parecía que hablaba con otra Alice— Necesito explicaciones.

— Jasper. —se detuvo un segundo y me miró— ya no puedo más.

— ¿Por qué estas molesta? —todo su pequeño cuerpo emanaba esa emoción con tanta fuerza. —¿Qué ha sucedido?

— Tu has sucedido… escucha —cerró los ojos unos segundos y continuo— ya no puedo, ni quiero cuidar más de ti, no quiero ser tu niñera, por mucho tiempo me he dedicado a cuidar de ti y sinceramente estoy aburrida de esta vida.

— Entiendo. —sus palabras habían sido duras y taladraban mi cabeza.— pero… recuerda que siempre habíamos sido un gran equipo.

— Hubo un punto en el que dejamos de serlo, Jasper. —me golpeaba con sus palabras una y otra vez.

Logró cerrar la maleta y con pesar la comenzó a arrastrar por la habitación hacía el pasillo y después bajó por las escaleras. Abajo todos observaban y guardaban silencio.

— ¿Entonces por qué esperar hasta este momento? —una furia interna comenzaba a emanar de mi cuerpo. —¿Esperar hasta el momento en que yo cometiera un error y huir?

— No. —se detuvo de tajo a media sala y giró sobre sus talones— Tu no eres la víctima en esto, no me hagas quedar como una cobarde.




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