Cuenta la leyenda de un hilo rojo

¿Qué pasa en mi mente?

*Cada vez que veo mi alrededor pienso en si es verdad es lo que estoy viendo, si todas las personas son en realidad felices, y es que no hay duda en que lo sean, pero…en si, ¿Qué es la felicidad?, tal vez lo que vemos que es lo que nos hace sonreír, o simplemente un sentimiento. Pero ese no es el caso aunque todo siempre tiene relación con todo. Porque en la nada siempre hay algo y ese algo es el que nos hace pensar, sentir y vivir. O puede que no lo sea.*

-¡Ten cuidado estúpido!-grita un hombre por la ventanilla de su auto.

-¡Perdón señor!- exclama el chico desde su bicicleta.

*Les contare como empezó todo, estaba en clase de religión cuando me preguntaron sobre que pensaba de la vida, quien soy yo y la pregunta que me tiene así. ¿Soy feliz? Y de eso llegaron más y mas y mas preguntas a mi mente, pero eso no es lo peor.*

-Ya estoy en casa-dice a su madre.

-La cena está lista, sube la maleta y baja rápido. Tenemos que hablar- la madre termina de servir los platos.

*Fantástico, ahora ¿de que querrá hablar mi madre? No me he portado mal estos días y aunque he estado ocupado con mis pensamientos le he ayudado en lo que me ha pedido.*

-¿Qué ha pasado?-pregunta el chico sentándose en el comedor mientras su madre pone los cubiertos y se sienta a su lado.

-Iremos donde la abuela-da su primer bocado de los vegetales preparados-, mañana hablare en la escuela para que te den permiso unos días-termina.

-¿Qué le paso a la abuela?-dice el chico mientras come.

-No hables con la boca llena-el chico rueda los ojos-, y no le ha pasado nada, solo que tu tía me necesita. Y no-dice mientras que el chico pone cara de cachorrito-, no te dejare solo aquí en casa.

-Solo no quería atrasarme con las clases ya cuando falta solo unos días para vacaciones de verano-dice mientras se concentra en su plato acabando ahí la pequeña charla con su madre-. *Y no tener la dicha de tener tiempo libre y seguir matándome con mis pensamientos*-resopla por lo bajo.

Después de terminada la cena, la madre indica a su hijo que ya puede levantarse de la mesa para adelantar deberes y alistar  un poco de ropa, el chico se retira a su cuarto, cierra la puerta, se acomoda en su escritorio y frustrado pone su cabeza en la mesa con los ojos cerrados.

*¿Por qué solo ahora tengo estos malditos pensamientos-suspiro-, ¿qué pasa conmigo ahora? Aunque creo que no me entiendes porque no te conté la peor parte, pero es tan raro como yo en estos momentos. ¿Has soñado alguna vez con un lugar, una persona y una situación muchas veces?, me está pasando y cada vez siento que se quien es ella, porque ese cabello y sonrisa no puede ser más que de una linda chica, pero y si es así ¿Por qué siento que conozco ese lugar? Y ¿Por qué he estado soñado durante 4 semanas con eso mismo y hace ya 3 noches con la misma chica. Cada vez ella y yo estamos más grandes. La primera vez yo era un niño, la segunda tenía como 12 y la última-que fue anoche-tenía mi edad, o eso parecía. Y como si eso no me bastara, ahora cada vez que salgo a mi mente vienen lugares, como si fueran visiones, creo que me estoy volviendo cada vez más loco, y más porque ahora estoy hablando solo con mis pensamientos; ¡que hare!*

-Mejor leeré- saca un libro de su bolso y lo empieza.

Mientras que pasa las hojas, la mente del chico se va perdiendo entre las letras y sus pensamientos, pero esta vez es algo diferente.

*Estoy sentado un una banca de una plaza, la misma plaza donde la he visto desde que aquellos sueños vienen a mí, hoy estoy vestido de blanco con una gorra y bufanda negra, es raro porque no suelo utilizar bufanda ni tampoco vestirme totalmente de blanco, y ahí viene ella, con su mirada seria. Se ve tan malditamente hermosa con ese vestido negro, su saco blanco y su gorro. Camina decidida hacia mí, o eso parece. Pero de un momento a otro todo a mí alrededor se vuelve un caos, todas las personas corren menos ella, se ve humo en el cielo; pero parece que ella no lo nota. De la nada suenan disparos, y las personas corren aun mas rápido, pero parece como si corrieran en círculos porque vuelven al mismo lugar, la banca en la que me encuentro se empieza a mover, rápidamente me levanto y mi vista vuelve a la chica, sigue igual, como si nada estuviera pasando, mis gritos hacia ella aumentan, no sé que me está pasando pero tengo miedo, mis manos tiemblan, mi cuerpo tiembla. Levanto mi vista y ella me ve, por fin me ve. Pero ahora sus ojos están abiertos junto con su boca, una parte de su cuerpo esta doblado como si la hubieran golpeado por la espalda, no puedo creer lo que está pasando. Mi ropa blanca ahora esta manchada de rojo, de sangre. ¿De quién es la sangre? ¡Chica!, le grito cuando la veo mientras cae en cámara lenta, pero alguien la sostiene. No me puedo mover, la gente ahora me ve con terror; como si yo le hubiera disparado, como si lo hubiera hecho, pero no fui yo. Alguien la sostiene, ¿Quién es ese y por qué me está sonriendo? Le está quitando el gorro y su saco, la carga y se la lleva. Intento correr hacia ella pero las personas a mi alrededor me lo impiden-, ¡se la está llevando¡-grito al borde del llanto.*

-¿A quién se están llevando?-pregunta la madre poniendo una mano sobre el hombro del chico.




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