Faltan 5 para las 6 de la tarde y Mei se encuentra acomodando los nuevos libros que llegaron después de que se fuera el escritor, pero la chica en su momento no tenia cabeza para acomodar libros ya que la conferencia la había dejado con mucho estrés.
-Se cree que sabe todo por ser uno de los críticos más reconocidos de este lugar-dice molesta poniendo los libros en orden-, oh! Miren, soy Mate Spinoza y con mi critica dañare la imagen de quien quiera-trata de imitarlo con una voz chillona-. Cree que porque es un crítico todos se van a callar ante él-resopla por lo bajo-, me hubiera encantado quitarle esa sonrisa sínica que…
-Lo hiciste-habla Teo sorprendiéndola por la espalda.
-Sr. Teo, perdón. No lo escuche.
-No te preocupes Mei, debes estar cansada por lo que paso hoy, así que mejor ve a descansar y ya mañana terminas-le pone una mano en el hombro antes de sonreír-. Ya casi cerramos.
-Lo hare-le sonríe y se dirige por sus cosas para irse-, hasta mañana Sr. Teo.
-Hasta mañana.
**
*Mis pies por alguna extraña razón me trajeron a un lugar cerca de la casa de la abuela; es un parque donde hay un gran árbol y unas sillas alrededor, es muy bonito y tranquilo. Son las 6:45 de la tarde, está empezando a oscurecer y el atardecer se ve maravilloso, estoy sentado en una banca, la más apartada de las demás y con los ojos cerrados me esmero por escuchar el viento.
La tarde de hoy fue supremamente relajada, después del café fuimos al centro a pasear y a hablar de todo lo que habíamos hecho en todo este tiempo, pasar el día con Jess fue increíble y ahora ella estaba adelantando tarea para cuando entrara a clase. En Brado salieron unas semanas antes a vacaciones de recompensa por unos juegos ganados, o eso escuche decir.*
-Maldito crítico sabelotodo-Andrew escucha a alguien hablar-, se cree el maldito dueño del mundo pero es solo un amargado. Mira, soy Mate Spinoza y lo que pienses me da igual porque lo único que importa es lo que yo diga-intenta imitarlo nuevamente.
Andrew voltea y se da cuenta de que es una chica que está algo molesta hablando sola mientras que hace algunos gestos divertidos que lo hacen reír-¡Oh, mira! Sr. Spinoza-coge una piedra y la lanza-, no podrás conmigo-se sienta poniendo sus manos sobre su cabeza intentando calmar el dolor-, no dañaras mi carrera si ni siquiera ha iniciado.
-Creo que si puede hacerlo-habla el chico sin voltear a verla, solo viendo al frente y sonriendo.
-*Mier…* ¿Me estas espiando?-pregunta sonando algo apenada y asustada.
-¿Parezco alguien que te este espiando?-habla sin voltear.
-¿Qué haces aquí entonces?
-Hasta donde sé, este parque es un lugar público y cualquiera puede venir a pasar el rato.
-Lo siento, es solo que estoy algo estresada-dice sentándose en una de las sillas, soltando un suspiro.
-Por lo que acabe de escuchar, estas en problemas-suspira también.
-Solo fue una pequeña discusión pero todo estará bien.
- Claro, todo estará bien después de discutir con Mate Spinoza, uno de los mejores críticos del continente-suelta una pequeña risa-. Que inteligente.
-¡Gracias por el apoyo!-se altera un poco-y ¿no era que no me estabas espiando?-voltea a verlo, pero él sigue con su vista al frente.
-No hay de que, doy apoyo los lunes. No cobro mucho –intenta bromear a lo que recibe un pequeño grito ahogado por parte de la chica-. Y es imposible no escucharte cuando somos los únicos en este lugar.
-Si que sabes como molestar a las personas-suspira pesadamente.
-Tu si que sabes como meterte con críticos.
-No sabes lo que paso.
-Y tampoco me interesa, pero lo que si te digo es que con Spinoza es mejor no meterse.
-Eres un grosero, y creo que ya es un poco tarde para el consejo.
-Eso lo sabría cualquiera, Spinoza en su tiempo de juventud fue de los mejores críticos de la historia, con el tiempo se fue volviendo algo duro.
-No lo defiendas, parece como si fueras un gran admirador-se mueve en su silla.
-Y si es así ¿habría algún problema?-se levanta con una sonrisa sínica y voltea a verla.
-Pues no me sorprendería ya que me has mostrado que eres un estúpido-se levanta-igual que él-se voltea quedando cara a cara con mirada retadora.
*Es la chica del parque-su sonrisa crece-, y parece que no suelta para nada su cuaderno-ríe audiblemente.*
-Eres un completo idiota-resopla y da la vuelta para empezar a caminar a su casa.
-Espera-con un movimiento rápido la sostiene del brazo.
-¿Pasa algo?-se suelta del agarre molesta y algo extrañada.
-Lo siento-se acomoda un poco-, solo quería hacerte una broma.
-No vi el chiste por ninguna parte pero está bien-suspira-, ya tuve suficiente con lo que paso hoy-voltea nuevamente para seguir caminando.
*No la dejes ir estúpido, ¡no la dejes ir!*
-¿Quieres hablar de lo que paso?-la para nuevamente.
-Creo que dijiste que no te importa-lo mira.
-Solo fue una broma-sonríe-, si quieres desahogarte es bueno que lo hables con alguien.
-Entonces, ¿te importa?
-Solo no quiero que sigas hablando sola y que la gente te vea como si estuvieras loca-bromea esta vez recibiendo una sonrisa de la chica.