- Ya lo veras - dicho esto, él prosigue a bajar el paraguas causando que ambos nos empapemos en cuestión de segundos.
Al sentir el contacto del agua en mi piel un escalofrío recorre mi cuerpo, está fría, muy fría. El solo esta ahí parado con la cabeza hacia arriba y con los ojos cerrados disfrutando de la sensación que le produce esto. Supongo.
- ¿Cómo te atreves? - le pregunto con los puños cerrados a mis costados y con los ojos entre cerrados.
- Dijiste que te gustaba la lluvia y pensé en hacer de esto algo divertido - abre los ojos y me observa con la sonrisa más tierna que he visto.- Disfruta del momento, te ves algo estresada, solo despeja tu mente y déjate llevar ¿si?
Es cierto, estoy un poco estresada, pero quién no en una situación así.
Relajo mi cuerpo y ahora soy yo quien lo mira con una sonrisa maliciosa. Su sonrisa tierna cambia por una de preocupación cuando nota que lo mira de esta manera.
- ¿Y ahora por qué tú me miras así? .