Cuenta Pendiente

Capitulo II «Un Comienzo»

Mikeyla 

Me asegure que Nat haya salido, una ves ella fuera del edificio busque como ayudar a Martín, las voces se escuchan fuerte hací que deben estar del otro lado de la puerta de entrada a la bodega, sobre la mesa esta el control del televisor que se encuentra en la cocina, lo tomo con el único plan que tengo en mente, con cuidado de no dejar caer algo y que me descubran subo a la mesa y por la ventana apunto al tv con su control remoto y lo enciendo buscando un canal de musica y subiendo el volumen a lo máximo.

El rostro de Olga cambio en un instante, tornándose de un color rojo que por momento creí iba a explotar, cosa que sucedió, comenzó a dar de gritos regañando a quien fuera que allá encendido el televisor, una vez ella salio en busca de alguien a quien castigar, baje de un salto y abrí la puerta

— Martín vámonos

Camine hasta la salida esperando que Martín me alcance para salir, cruzamos esa puerta con la adrenalina a mil, sabiendo que en menos de una hora la capitana nos estaría buscando por todos lados, Nataly se encontraba al otro lado de la calle escondida detras de un auto, corrí hasta llegar a ella Martín siguiendome detrás

— Por Dios, pensé que los habían atrapado

— Eso fue..... — una carcajada salio de su interior — intenso, gouuuuuu, creo que la capitana castigara a medio internado 

— y me siento culpable por eso — en realidad lo lamento por las demás, pero si nos descubrían nosotras seriamos las castigadas - eran ellas o nosotros

— si, y no tenia ganas de soportar un castigo mas de Olga, ya no — Nat me abrazo — Mikeyla somos libres

Mi amiga me soltó y se acerco a Martín, este abrió sus brazos esperando un abrazo que no llego, por lo contrario Nataly lo golpeo en el brazo.

— ¡¡Auch!! ¿porqué el golpe? — Martín se quejo 

— ¡por zopenco....!

Mire a mi amiga y ambas teníamos la misma idea, una sonrisa picara nació en mis labios, sin que pudiera evitarlo ambas golpeamos a Martín cada una en un brazo

— ¡AUCH..! ¿¡Chicas..!? — su rostro era entre duda por nuestra reacción, disgusto y diversión

— Uno, dos, tres.... — dijimos y el chico frente a nosotros cubrió sus brazos como reacción 

No recibió golpe alguno, sus ojos permanecían cerrados... Nat y yo nos pusimos de cuclillas y besamos una mejilla cada una, el abrió sus ojos con sorpresa y nos vio nosotras sonreímos después de todo el nos ayudo.

— ¿¡ Y ahora..!? — su vos sonaba sorprendida

— esto fue por ayudarnos... — dije sonriendo genuinamente

Tomamos el primer autobús que vimos, Martín nos ayudaría a buscar un lugar donde quedarnos al menos hasta que encontremos un trabajo y podamos pagar un lugar que sea nuestro.

Llegamos a una casa de dos plantas, rosa y con un jardín muy bien cuidado, es su casa y les diría a sus padres que venimos de muy lejos y nuestro dinero se perdió así que necesitábamos quedarnos por algunas noches, al entrar una señora de cabello claro y muy parecida a nuestro amigo nos saludo con una sonrisa, el se acerco a ella y le susurro algo al oído ella fruncio el ceño, así que decidí hablar, le conté toda la verdad de nuestra situación ella accedió no muy convencida de todo el asunto, nos advirtió que solo nos alojaría por cinco días, en los cuales nos dedicaríamos a buscar trabajo.

Una vez "instaladas" y digo "instaladas" ya que solo tenemos un poco de ropa, salimos de la casa en busca de un trabajo, recorrimos barias librería, café-internet, tiendas, etc.

— Mikeyla, ya estoy cansada, me duelen los pies y tengo hambre - se sienta en una banca y yo me acomodo junto a ella

— reegresa a la casa, yo quiero ir a unos cuantos lugares mas

— ¿Estas segura ?

— si, no te preocupes por mi — me levanto y la veo a los ojos - te veo en unas horas

— esta bien, ten cuidado

— igual tu — comienzo a caminar y ella toma el rumbo a casa

Camine y camine, pensando y pensando, en mi distracción camine tan lejos que estoy un poco desorientada, paro un momento a ver en que calle me encuentro, la calle se me hace conocida, pero no logro saber donde estoy, así que decido preguntar

— Disculpe... — una mujer que vende dulces posa su vista en mi — podría decirme que calle es esta

— es... — dejo de prestarle atención cuando alguien golpea mi costado

— ¿ Éstas perdida ? — el chico que compraba dulces se rie

— si, no se exactamente donde estoy —contesto apenada

— hum, estas en la avenida Cervantes, dime donde vas y puedo ayudarte 

— muchas gracias, pero con eso es suficiente, puedo encontrar el camino yo sola — di media vuelta y comencé a caminar

Escuche que gritaba, tratando de llamar mi atención, no voltee, ya comence a sentir hambre y creo que es mejor regresar con Nat.

— Señorita.... — escucho su respiración agitada cuando me alcanza el paso — la acompañó, es peligroso andar sola sin conocer donde estas



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En el texto hay: amorjuvenil, venganza y mentiras, amistadincondicional

Editado: 12.06.2018

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