El rumbo que debíamos tomar era en la dirección contraria, eso descubrí el día que abrí el libro con las pistas de el asesinato de mis padres, el perfil del testigo, la declaración del mismo, lo que el tipo del libro guardo en sus últimas paginas... Los dígitos de una placa de automóvil, una llave, un número celular, una noticia vieja del periódico local; una tercer familia sufrió lo mismo que nosotras, en este caso terminó con lo comenzado, la chica fue encontrada enterrada en el patio de su casa después de que la policía la buscará por días. Una pared libre sirvió para colocar cada una de las pistas, en el orden que de alguna lógica en toda esta locura.
— ¿crees que ese era el destino del que nos salvamos?
Golpeo con mi puño la mesa varias veces — no lo se... si era así, ¿porqué no lo hizo?
El timbre de su celular no la deja responder a mi pregunta, ella lo coge de su bolsillo y mira una vez la pantalla del móvil, luego la pizarra delante nuestro y de nuevo la pantalla, su rostro palideció y colocó el móvil sobre la mesa.
— es... es el número
No comprendía a que se refería, la llamada terminó, cogí el móvil para entender y mi reacción fue igual a la de mi amiga, la sorpresa e incertidumbre era tal que no pronuncie palabra alguna, una vez más el celular timbro, pulse para responder y lo dejé sobre la mesa en altavoz, Nataly se encontraba sentada con la mirada perdida en algún punto de la habitación, al darse cuenta de lo que había hecho, giro lentamente como si en el lugar que yacía el teléfono móvil se encontrará la persona que hacia la llamada.
— el final del juego comienza ahora, están listas para enfrentar su destinó — una voz robótica provenía de aquel aparato
— eres tú... — Nat habló
Su risa es siniestra — Nataly, aún recuerdo tu aroma... ya tendremos tiempo para recordar, por ahora, los número de la placa son la primera pista que tienen para llegar a mí...
— maldito, ¿a que juegas? — creí tenerlo frente a mí
— Mickeyla... preciosa, tú vivirás un infierno, jamás me olvidarás...
La llamada finalizó, pude ver que su locura va más allá, ¿Qué asesino te llama para pedir que lo busques? No lo sé, y hay muchas cosas que no sé, preguntas sin respuestas, acertijos que forman un laberinto sin salida, uno en el cual la única solución es encontrarlo.
Decidimos mantener a Martín lejos de esto, ya lo hemos involucrado mucho, y puede correr peligro... buscamos por nuestros medios, Nataly hackeo la base de datos de tránsito, la placa del auto debe estar registrada ahí, y así fue, los mismo dígitos estaban en una lista de autos abandonados y el lugar donde lo encontraron, por la tarde fuimos al sitio donde lo tienen, nuestra excusa sirvió de mucho, "mi padre murió y quiero recuperar su auto", fue fácil pasar...una vez dentro nada me impresionó, es un carro común y corriente, intente abrir sus puertas pero estas estaban cerradas, el teléfono de Nataly volvió a sonar, era el mismo número y supimos que era él.
— tienen que usar la llave, dentro del carro encontrarán la siguiente pista — él sabia en donde estábamos, quizás y nos observaba en este mismo momento, miré a todos lados queriendo encontrar algo o a alguien pero estábamos completamente solas.
Por eso la llave, lo tenía todo perfectamente calculado, parecía saber que pasó daríamos inclusive antes de darlo; Nataly había decidido llevar en la bolsa de su jean la llave que venía en el cuaderno, hicimos lo que escuchamos de aquella voz robótica a través del teléfono, la puerta cedió, el guardia no se encontraba cerca, buscamos dentro del carro, el compartimento estaba vacío, debajo de los asientos por todos lados y nada, me recline en el asiento del acompañante, fije mi vista sin ningún objetivo en el retrovisor, el espejo de esté se encuentra quebrado a la mitad, una parte faltaba mientras que la otra permanecía en su lugar, intente quitarla lo cual no fue posible, una llave entre los asientos me dio una idea, rompí el espejo provocando que cayera en varios trozos pequeños, Nataly quien revisaba la cajuela llego hasta mí preguntando si me encontraba bien; entre mis dedos sostenía lo que el llamo la próxima pista.
Un hueso tallado con mi nombre, mis manos temblaban y el sudor comenzó a ser insoportable, ¿como descifra algo así?, ¿que espera que hagamos con esto?, la espeluznante imagen me hizo saltarme al punto de casi no poder respirar y mucho menos pensar, era un hueso humano; en mi trance escuche el timbre del celular el volvía a llamar, esta vez lo tomé sin percatarme antes del número remitente.
— imbécil deja de jugar con nosotras, te vamos a encontrar y te darás cuenta que ya no podrás hacer...
La voz al otro lado me interrumpió, no era él.
— Mickeyla, de que hablas... — Edwart preguntó — están bien, me estás asustando... — no podía decir nada, está vez no tenía ninguna excusa para darle — ¿dónde están?