Cuenta Regresiva al Corazón

Capítulo 4

Chillo cuando el paramédico me levanta para posarme sobre la camilla hasta subirme a la ambulancia. Nicolás sonríe y se despide, no puede dejar su carro a mitad de la calle así que comienza a seguir la ambulancia de cerca.

Maldigo por lo bajo y me recuesto sobre mi espalda, procesando lo que mis celos estúpidos me llevaron a hacer: acabar en una ambulancia. Si mi madre lo supiera, seguro que me echa la bronca.

¿Por qué no me podía quedar quieta en La Choza?

Todo estaría más sencillo ahora.

Y Nicolás…

Sin palabras suficientes para expresar el cúmulo de emociones que están descontrolando todo en una sola noche, otra vez.

Uno quiere paz por un mes y la vida te pone a prueba.

Fantástico.

Pronto llegamos al Huntington Beach Hospital y cuando me están bajando de la ambulancia siento una mano tomar la mía. Creería que era Nicolás hasta que diviso el rostro de Nathaniel.

Está inexpresivo, con su cara de culo como siempre. Mi pulso por el contrario se vuelve cada vez peor.

─ ¿Qué haces aquí?

─ Vi cuando te montaron a la ambulancia─ dice, encogiéndose de hombros.

─ ¿Y así nomás viniste?

─ Me preocupa que tus celos por Karen te terminen matando.

Arrugo mi gesto y lo vuelvo a ver de mala forma. Claro que estaba celosa.

─ No estoy celosa de nadie. Y no deberías preocuparte.

No hubo respuesta de su parte. En cambio apartó su vista de mi y se quedó atrás cuando los médicos lo indicaron. Vi a lo lejos como Nicolás se sentaba en la sala de espera y me recosté en la camilla suspirando fuertemente.

Genial.

Ahora no solo tengo el problemita de la mentira acerca de Carter y de mí, sino que también tengo a mi madre pisándome los talones.

Seguro que Carter la llamaba.

Todo parecía empeorar.

···

─ Estoy bien, mamá─ protesto mientras ella me llevaba en la silla de ruedas que mi padre le había comprado cuando quedó embarazada de mí.

─ ¿Cómo vas a estar bien? Te atropellaron y luego se dio a la fuga.

─ No se dio a la fuga, me llevó al hospital.

─ La ambulancia te llevó al hospital, él solo sirvió de escolta.

Me cruzo de brazos y dejo que me arrastre por todo el pasillo hasta llegar a la salida. Después de eso no vi más a Nicolás ni a Carter, para mi suerte sí que llamó a mamá este último.

No había servido decirle quién fue el que me atropelló, no es que odiara a Nicolás tanto como odiaba a Carter, pero mamá es mamá y no le gusta que se metan con sus hijos.

Kevin estaba esperando fuera con el coche prendido, cuando me bajé del auto maldije el dolor que me llegó a la pierna inmediatamente. Tenía la pierna vendada, desde arriba del muslo hasta la mitad de la rodilla.

No entendía cómo no estaba en el hospital. Resulta que no era tan grave y me tocaba ir a casa con este pequeño problemita.

La fiesta resultó de maravilla.

¿Qué haría ahora?

Tenía miles de ideas en ese momento.

Tomé el teléfono y tuve un pequeño paro cuando leí el nombre en pantalla.

Carter.

Carter:

Espero que no quede marca del golpe.

Ada:

Tienes mi número.

Carter:

Nunca lo perdí.

Bufé y dejé el teléfono a un lado ignorando el revoloteo en mi estómago.

Pero llegó otro mensaje, y estaba a punto de pelear. Obviamente no fue así.

Era Nathaniel.

Nathaniel:

¿¿¿Te encuentras bien, mi hadita???

Nathaniel:

Tu mamá me contó lo que sucedió.

Nathaniel:

¿Por qué te fuiste de La Choza así de rápido?

Nathaniel:

Pude haberte llevado a casa.

Arrugué los labios y suspiré antes de meterme a nuestro chat.

Ada:
No fue nada, un pequeño golpe. Luego te llamo.

Pude haber respondido más, pero estaba agotada y quería llegar lo antes posible a casa.

Ya iba a dejar el teléfono cuando vibró de nuevo, pero justo en ese momento llegamos a casa. Subí a mi habitación a duras penas con ayuda de Kevin.

─ Dejé mi celular en el coche─ le dije, él suspiró y se dejó ir a traerlo─ Lo sientooo─ grité a sus espaldas.

Al menos tendría una historia increíble en mi diario.

Querido diario, por celosa maniática me atropellaron.

Pronto Kevin regresó y me pasó el celular, cuando se fue de la habitación me acurruqué y prendí la pantalla del aparato electrónico.

Y se me resbaló de las manos.

La estupefacción actúa de formas muy distintas.

Número desconocido:

Disculpa el atropello, me encantó verte después de tantos años Ada :)

Mi boca se entreabrió y mis manos comenzaron a temblar. Era un poco dramática, pero vaya que me habían tomado desprevenida.

Mordí mis labios y contesté al mensaje un poco más emocionada de lo que debería.

Ada:

¿Cómo conseguiste mi número?

Número desconocido:

Un mago nunca revela sus secretos.

Número desconocido:

Te veías preciosa.

Mi pulso se aceleró y una sonrisa incontrolable se asomó en mis labios. Pero no podía estar así de emocionada para él.

Ada:

Nunca habíamos hablado hasta ahora.

Número desconocido:

:)

Suspiré y me recosté totalmente en la cama.

Me decepciona ese mensaje, ¿Qué significaba una carita sonriente?

Te veías preciosa.

Sonreí y me tapé la cara con las manos.

─ Increíble.




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