Cuentos

Habitación 666

Era una noche muy ruidosa y lluviosa, los vecino Arenas de la habitación 665 habían organizado una fiesta y Jose Fernando habitaba la habitación 666. Un señor con sus treinta años de edad y con una que otra arruga en su cabello se hacía llamar como ''Cusumbo Solo'' porque nunca estuvo con una mujer o eso lo demostraba.

Eran las dos y media de la mañana cuando un extraño ruido despertó a Jose Fernando, se levanto y encendió la luz, pero esta no respondió porque recordó que no había cancelado la factura.

Regreso a la cama y cerro los ojos cayendo en los profundos brazos de Morfeo, esta vez lo despierta una mano que siente encima de su cuello.

- ¿Quién anda ahí? —pregunto, peor obviamente nadie respondió así que inspecciona la habitación incluyendo el closet por si alguien se escondió ahí, pero no encuentra a nadie. 

De regreso a la cama la siente muy calientica mira  su lado y la cara de una horrible mujer con una sonrisa aparece, se levanta de golpe y agarra lo primero que encuentra amenazandola de muerte.

Jose Fernnado lo que no se esperaba era que en sus manos lo que tenía era la mano de aquella mujer, la soltó y ella se acerco hasta él tomando de nuevo su cuello y elevantolo al lado de un cristo que poco a poco se iba girando.

Pataleaba y gritaba implorando que alguien lo ayudara, incluso un padre nuestro rezo, la mujer se río y lo lanzo a un lado de la habitación él con su piel totalmente morada por la ausencia de oxígeno se fue rompiendo poco a poco.

- Que ateo reza si se supono que para el no existe dios —habla la mujer con una voz endemoniaca, Jose se arrincono y empezó a contar hasta diez con los ojos cerrados tal como le había dicho su psicológo.

Uno, dos tres. - No funciona esta vez —decía la mujer

Cuatro, cinco y seis —Empieza otra vez —este se espanto pero la ignoro

Siete, ocho, nueve y diez, cuando abre los ojos no hay nadie en la habitación se agacha a inspeccionar debajo de la cama y closet, mientras que Jose busca un rayo ilumina la habitación dejando a la vista el verdadero rostro que atormenta al Cusumbo Solo.

La fiesta no para y el ruido tampoco Jose revisa que de su cien se desprende una capa de sangre por el golpe que recibió cuando lo lanzaron al suelo. No halla nada fuera de lugar y se dispone para ocupar su cama, se detiene cuando siente una mirada escalofriante y al mirar su vista se ciega y una tenebrosa voz dice:

- Por las muertes de las personas que no son suficientes para cubrir tu condena. ¡Jose Fernando! ¡Jose Fernando! —la uñas salen a volar

- ¡Uno! —le rompen un tobillo— ¡dos! —le rompen el otro— ¡tres! —la rodilla cambia de orientación— ¡cuatro! —siguen con la otra y los gritos siguen

Un borracho escucha los gritos y sale por el pasillo y entra en la habitación 666 y grita:

- ¡Si la estan pasando bien! —bebe de su botella— les vendo...—le da hipo— les vendo droga si quieren —nadie responde y se va. Jose pide ayuda, pero el borracho ya esta muy lejos

- ¡Cinco! —le quiebre la clavícula con el omoplato derecho— ¡seis y empieza otra vez! —sonríe ty desaparece.

Todas las cosas en la habitación se mueven para acercarse al cuerpo del magnífico Cusumbo Solo, él como no puede ver simplemente grita y en la habitación 665 la música se detiene. La cruz que estaba al revés es clavada directamente en el corazón.

La mujer aparece y vuelve a contar hasta diez, antes de terminar se lanza encima del cuerpo de Jose y con un beso se le lleva el alma.

Han pasado cinco días desde aquel acontecimiento los Arenas llaman a la policía por un olor repugnante que sienten de la habitación 666 , la policía cuando llega abre la puerta y del interior sale una daga negra y una voz habla del interior de la habitación:

- Afuera ¡Por favor! —la policía hace caso y la puerta se vuelve a cerrar.

FIN

 



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En el texto hay: juvenil, terror, infantil

Editado: 22.08.2021

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