Desde hace un tiempo atrás, tal vez un par de años, no lo sé, me encuentro en las plataformas con historias cargadas de likes y comentarios, por demás efusivos, sobre lo hermosos que son los relatos volcados allí. Como cualquier lectora curiosa, me sumerjo en dichos links para ver de qué viene tanto escándalo y lo que me encuentro… Bueno, intentaré analizarlo aquí bajo mi estricta perspectiva personal.
Sé que muchos de estos relatos son escritos por personas entusiastas de la tarea, por seres que se dieron la valentía para arremangarse las camisetas y comenzar a escribir aquellas ideas que le daban vuelta por sus cabezas desde vaya a saber Dios cuándo. Hasta ahí me parece muy noble, es más, yo misma he seguido dicho impulso y de allí las innumerables cosas que me he decidido a volcar en textos medianamente decentes, muchos carentes de poesía literaria y con errores sintácticos, pero bueno, se va mejorando con el tiempo, o es la idea. Por ello no me inclinaré a analizar muchos de los escritos que uno puede encontrar encontrar las interminables plataformas de Internet, no tengo la moral de hacerlo ya que no soy escritora profesional, ya que solo me considero una más del montón, aunque no por eso dejo de agradecer a aquellos que sí se toman las molestias de no hacernos sangrar los ojos con errores imperdonables de ortografía, errores cometidos en una época de teléfonos que se autocorrigen y Google al alcance de cualquier mano. Sí, y en este a me pongo de pie, considero todo un logro que un adolescente de catorce o quince años dedique su tiempo, sus ganas, su energía, a escribir (bien, mal, mediocre, no importa), que regale al mundo su tiempo con el afán de bien lograr una historia atrapante, que guste (aunque no siempre lo logren).
Hasta acá creo que todos tenemos, más o menos, una mirada similar, por eso es que, ahora sí, me voy a centrar en lo que realmente no entiendo.
A que personas millenials y centenialls crean que es una buena historia aquellas que repiten en exceso estereotipos patriarcales de machos muy machos, de minas muy tontas, de amores tóxicos y relaciones enfermizas. No puedo entender en qué piensan cuando ocupan su tiempo en reflejar una "relación" donde a las mujeres nos dejan como los seres más patéticos y frágiles del mundo y a ellos como los seres más fríos y porquerías que han pisado la Tierra. No logro empatizar, y jamás lo haré, con relaciones donde mientras más él repite hasta el cansancio que ella "le pertenece", que "es suya", le está demostrando cuánto la ama, que en realidad por detrás de esas palabras de completa posesión denigrante se esté tratando de decir que eso es amor, que mientras más celos, más violencia (y no me refiero a la física), mientras más frío él, más sumisa ella, ¡eso es amor! ¡La puta madre! ¿Acaso todas las luchas en las calles reclamando a los cuatro vientos que no somos unas estúpidas no sirven de nada? Bueno, la gente que escribe esto parece que ni se entera.
Segundo, y acá ya termino de perderme para entrar a un laberinto de ideas que no logro entender, he encontrado historias que comienzan con mujeres fuertes, independientes, decididas, y bueno, una piensa que, por lo menos vamos bien, pero ¡no! Hacia al final de la historia, cuando ya "cazó" (y sí, con z) al protagonista, a ese que se asemeja a un Dios griego, la mujercita, la preciosa mujer valiente, que se le plantaba a quién fuera, que conocía de lucha y laburaba o estudiaba o ambas, que era todo lo que muchas queríamos ser, decide solo dedicarse a ser la esposa de… Historias en donde una mujer embarazada ya no hace más nada que solo estar embarazada, porque deja de trabajar, deja de estudiar, deja todo, solo para transitar aquella etapa, hermosa, por cierto, pero que no impide, ni jamás lo ha hecho, a que una pueda continuar con sus labores diarios con normalidad. Entiendo que hay excepciones, pero, vamos, ¿son una de cada cuántas? Al parecer las escritoras creen que cuando una se embaraza y se casa ya está, ya no hay que seguir con una vida normal, con una rutina normal. Nada más para agregar.
Pero la cuestión no termina allí, no termina en historias en donde el tipo siempre fue un hombre viril que se cogió a miles, en donde ella es una inocente muchachita virginal, ya que jamás, a mi parecer, consideran que las mujeres no tenemos una vida sexual que no involucra los afectos, que, en algunos casos, tenemos un largo historial entre nuestras sábanas, pero al parecer estas minitas no existen en la cabeza de varias escritoras, ya que ponen a mujeres que todo le causa timidez o que apenas puede formular una frase más o menos decente mientras él parece tener un diccionario de buenas frases, frías, denigrantes, bien machirulas. No termina en ciento de textos de chicos populares, muy populares, y chicas estudiosas, calladas, que causan hasta vergüenza ajena. No, por Dios que no termina allí, porque hay más, están las que, a mi entender, son mucho peor y merecen un apartado especial.
Querida lectora, si en éste momento paso a ofender su sensibilidad pido disculpas de antemano y estoy más que dispuesta a escuchar su versión de los hechos. Aclarado esto, procedo a lo que, a mi entender, está arruinando miles de cabecitas que, con buen entusiasmo, se sumergen a leer en plataformas que ofrecen tanto y tan poco a la vez: las historias con mafiosos.
mo, realmente amo, las historias de policiales (mis favoritas por lejos), las que involucra a mafiosos son bastante interesantes, entre mis libros, ordenados en varios estantes amurados a la pared de mi habitación, están "El último Don" o "El infiltrado", "El Padrino", "Omertá", en fin: libros sobre la mafia, y todos tratan sobre los tentáculos que estos sujetes tienen esparcidos hacia la política y los servicios de seguridad, hacia la política y figuras públicas relevantes. Realmente me parecen atrapantes, ricos, con entramados de poder que me retuerce el estómago de indignación. Ahora, lo que se ofrece en éstas plataformas no llega, ni por asomo, a asemejarse a estos escritos, y no tiene por qué hacerlo ya que los nombrados fueron desarrollados por periodistas especializados en el tema, mientras que acá se basan en una serie de cabecitas que les parece aceptable, de buen gusto, el relatar la historia de un hombre que por causas varias, algunas de las más inverosímiles que se les pueda ocurrir, termina obligando, sí dije obligando, a una mujer a estar a su lado. En muchas ocurren violaciones, abusos de poder, coacción, amenazas físicas y verbales, privación ilegítima de la libertad, refuerzo de estereotipos patriarcales, diferencias entre los pensamientos aceptados "para hombres y mujeres", lucha de mujeres por "atraer la atención" del mafioso en cuestión. Nunca he leído ni una sola, tampoco es que debo haber leído más de tres o cuatro capítulos de algunas antes de decidir que mi tiempo e ideas merecen ser respetados, pero con los reels de Instagram y los videos de Tiktok me puedo dar una buena idea de cómo viene la mano. Bueno, como bien había comenzado a decir, nunca he leído una historia en donde se hable de aquel hombre mafioso como lo que es: un criminal. Todo lo contrario, al hombre se lo eleva a la altura de un inalcanzable, de un semidios que solo sabe dar placer y por la que cualquier mujer caería rendida. No lo entiendo, si yo colocara a un hombre que se dedicara a la trata de personas, o peor, un sujeto que obtenga sus ingresos a través de la creación de contenido pornográfico destinado a pedófilos, doto a este personaje de todas éstas características que poseen los "buenos" mafiosos, luego pongo a una mujer, no importa su personalidad ya que el resultado siempre será el mismo, ¿también los lectores dirían que se trata de un protagonista sexy que quisieran en sus camas? ¿Acaso no es evidente que algo está mal, que algo peor está escondido atrás de una "historia de mafiosos"? Sí, en este punto soy hipócrita porque también tengo una historia de este estilo en donde mi protagonista es un traficante de armas, no me justifico, solo acepto mi propia hipocresía.