-Es la primera vez que vengo a un lugar así, pensé que iba a ser más tétrico, ya sabe, siempre vi películas de terror, me fascinaban y mi idea de un psicólogo o, en este caso, psiquiatra siempre fue distinta, creí encontrarme con personas locas, que veían cosas, gente que está mal de la cabeza, o ver a personas gritando o peleando, no sé, pero esto es completamente distinto. Es bastante similar a ir a cualquier doctor para que te atiendan cuando tienes algún malestar -dijo Willy mientras observaba el lugar con detenimiento.
-Entiendo el concepto que me planteas, siempre nos imaginan así, pero no estamos aquí para que me describas el lugar, sino para que me hables de todo lo que paso y si tu historia es verídica, quizás la ley pueda reducirte la condena. -dijo el doctor que era igual de joven que él.
-Bueno, comenzaré con la historia desde el inicio... -dijo Willy de manera pensativa. Éramos cinco amigos, nos conocimos hace un par de años, todos fuimos parte de un grupo AA, en parte por obligación de nuestras familias y en parte por decisión propia; cuando nos conocimos, yo tenía 20 años, Edgar 22, Lucía 18, Roberto 28 y Raquel 23. Como se dará cuenta, todos éramos jóvenes, aún estábamos experimentando el mundo y ninguno de nosotros tenía del todo claro responsabilidad o sabiduría en cuanto a la toma de decisiones, pero claro, sé que eso no es justificativo para lo que hicimos, no pretendo que lo sea -Willy sonreía de manera intranquila y tenía la mirada perdida.
-Lo que hicimos comenzó con decisiones en parte inocentes y alocadas, como las de cualquier grupo de jóvenes, pero creo que ninguno de nosotros quería que todo esto acabe de la manera en la que lo hizo... Es decir, soy el único sobreviviente de todos ellos -dijo Willy mirando al suelo para esconder sus ojos que empezaban a humedecerse.
-Sé que los extrañas y que ninguno esperaba que todo esto suceda así -dijo el doctor con tono comprensivo.
-No me diga palabras vacías, jamás comprenderá por completo el dolor que siento, que todos nosotros sentimos cuando sucedieron las cosas. Mis manos están manchadas de sangre y las suyas limpias, solamente alguien que las tenga manchadas de la misma manera puede comprenderme -dijo Willy ya con lágrimas en los ojos sacando el dolor que cargaba.
El doctor trató de tranquilizarlo ofreciéndole un vaso de agua que ya estaba preparada con anterioridad. Quizás porque ya sabía la gravedad del caso y que la iba a necesitar o porque al ser una clínica de salud mental, vive casos similares y de cierta forma ya está acostumbrado a las reacciones errantes e inesperadas de las personas.
-Por favor, continua con la historia Willy -dijo el doctor después de recibir el vaso de agua ya consumido.
-Entre nosotros todos teníamos una personalidad distinta, pero creo que las dos cosas que principalmente nos unieron fueron que a todos nos gustaban las películas de terror, Halloween, las fiestas de disfraces y la otra fue que todos teníamos esa fascinación con lo oculto, la oscuridad, lo tenebroso. Fuimos juntos a un par de fiestas de disfraces desde que nos conocimos, la primera bastante tranquila. Drogas, alcohol, sexo, lo normal. Todo comenzó en la segunda que fuimos, ahí conocimos a Richard, quien nos invitó tres rondas de tragos y se notaba que le gustaba Lucía a pesar de que él era mucho mayor que ella, pues tenía alrededor de 45 años. Pero como los cinco siempre estábamos juntos, tuvo que incluirnos en su conquista o algo así. -Dijo Willy.
-Según los registros que me dio la policía de tus declaraciones, Richard fue quien, de cierta forma, los impulsó a cometer los crímenes, ¿Cierto? -dijo el doctor leyendo un par de hojas que tenía en la mano derecha.
-Es mucho más que eso, ese hombre... Jugó con nuestra mente, él sabía las cosas que nos gustaban, en sus palabras: "hizo realidad lo que estaba en nuestro interior, la fantasía se disfruta, pero la realidad se disfruta mucho más". -afirmó Willy con tono lúgubre, como de ultratumba.
-¿Qué fue lo que les dijo la vez que lo vieron por primera vez? -preguntó el doctor.
-Bueno, después de invitarnos los tragos se sentó en nuestra mesa; conversamos todo bien y normal y después de un rato sacó a bailar a Lucía con quien después de dos canciones ya se estaba besando en medio de la fiesta. -dijo Willy con la mirada perdida de nuevo. Luego, se acercó de nuevo a nuestra mesa, debieron ser las 4 de la madrugada, nos dijo que podía llevarnos a su casa a todos para descansar ahí, además que tenía ganas de conocer más a fondo las travesuras que podía hacer esa diablita refiriéndose a Lucía a quien tenía sujeta de la cintura.
-¡Ah! olvidé decirle nuestros disfraces, es un detalle creo que importante, ya que vestidos así cometimos los crímenes. -dijo Willy recordando lo más posible de sus disfraces. Yo estaba con un disfraz negro entero y una máscara de Jason, Lucía con el típico disfraz rojo de diabla, falda corta, escote, capa y diadema con cuernos. Luego Richard le dio una máscara para cubrir su rostro. Edgar tenía un traje como de oficina y la cara pintada como el Joker. Roberto tenía el disfraz de It, como de payaso, cara pintada siniestramente y peluca. Finalmente, Raquel tenía como un vestido negro igualmente corto y sombrero como una bruja. A ella también Richard le dio una máscara. ¡Ah! y Richard era el clásico vampiro con capa, dientes y traje negro.
-Esa noche dormimos en casa de Richard, por la mañana nos invitó a desayunar a su sala. Su casa era bastante amplia, casi como una mansión. -dijo Willy pensativo. En ese momento nunca supimos sus verdaderas intenciones, parecía un buen tipo, alguien decente, quizás por fuera todos nos vemos así, pero las intenciones del corazón son las que realmente cuentan y las que no vemos con la vista. Creo que todos tenemos una oscuridad en nuestro interior que todo el tiempo lucha por salir al mundo.
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Editado: 18.02.2025