Cuentos cortos

No hay tiempo

Se levantarán los muertos de la cripta. Ella quería seguir acurrucada en su cama, mas el miedo le jugó una mala noche. Huyó despavorida hasta caer rendida en el suelo de un cementerio. Sus piernas ya no podían caminar. Pasmada en la tierra ante miles de tumbas se encontró rodeada de esqueletos que vigilaban sus movimientos. Sin saber qué expresión debió esperar, los muertos vivos bailan sin música. «¿Un ritual?» pensó ella. Sus piernas recobraron las fuerzas cuando se dio cuenta que el piso se tornaba de un color amarillo. Y no solo de ese prisma se llenó el ambiente, las tumbas comenzaron a brotar diversos colores, como si un confeti de arcoiris estuvieran sellados ahí por siglos. Se abrió una puerta hacia las catacumbas perdidas. Se suponía que era un relato para niños en noches de miedo. Sale un esqueleto, con líneas rojas talladas en sus gastados huesos, se acerca a ella. Y desde el día que aceptó tomar esa mano huesuda no se supo más de aquella joven.




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