Podréis llamarme miedica, pero tengo que reconocer que de pequeña me daba miedo jugar al escondite, en especial cuando me tocaba buscar. Seguro que ahora mismo os estáis riendo de mí o preguntados si no será más que un contexto ficticio para contaros una historia. Pero es verdad: me asustaba jugar a este juego infantil.
Cuando te tocaba esconderte, lo que te podía dar más “miedo” era que te encontraran y te asustaras, pero, en mi opinión, lo que daba más miedo era buscar.
Cuando te toca este rol, no tienes más remedio que buscar. Adentrarte en aquellos lugares más escondidos, nunca mejor dicho. Y nunca puedes estar del todo seguro de que se esconderá al otro lado. Al mirar dentro de un armario, debajo de la cama, o en las escaleras al sótano; no sabes si todo estará como debería estar, o habrá alguien, o algo, al otro lado.
Así que sí, podéis reíros de mí si queréis, pero la próxima vez que juguéis al escondite, tened cuidado con donde buscáis.
Editado: 16.02.2024