Cuentos cortos de terror

Papá

―Papá ―dijo el niño, apuntando con un dedo―. Hay un muerto bajo tus pies.

El padre dio un salto, horrorizado. Debajo no había nada, sólo tierra y césped.

―No bromees de esa manera, pequeño ―le reprendió el padre. Pero el niño seguía apuntando al suelo, temblando, casi a punto de echarse a llorar―. ¿Hablas en serio?

El niño asintió y salió corriendo.

El padre fue por una pala y escarbó. Encontró el cadáver. ¿Cómo lo había sabido el niño?

*****

Días más tarde, el padre regresaba de un ajetreado día de trabajo. Abrió la puerta de su casa y se encontró a su hijo en el recibidor. El niño gritó, horrorizado.

―Mi amor ¿qué tienes?

―Papá, ¡tú cabeza! ―el niño le señalaba la cabeza, horrorizado.

El padre se palpó la cabeza. Todo estaba en orden.

―¿Qué pasa con mi cabeza?

―No tienes cabeza.




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