Cuentos cortos de terror

Ebrio

Estaba ebrio en mi habitación. Había empezado a tomar desde las primeras horas de la tarde. Cuando escuché que alguien llamaba a mi puerta, ya era casi media noche. No tenía idea de quién podía ser, con todo, fui a abrir.

Era Mary, una jovencita que vivía a pocas cuadras de mi casa, de quien, admito, estaba prendado.

―Hola ―dije, sorprendido―. ¿Qué haces aquí?

―Supe que estás tomando y pensé que podrías invitarme una cerveza.

Era mi sueño hecho realidad. ¿Cuántas veces había soñado con algo así? Creo que siempre.

Le invité la cerveza encantado. Me senté en el sofá, muy cerca de ella y di un trago de mi lata. La revelación vino en el momento que daba ese trago. ¡Esperen! Mary no toma, es más, ella hasta predica en una iglesia.

Oí el glu glu de la cerveza bajando por su garganta, y fue un sonido espantoso, como de alguien que se ahoga, como de algo viscoso que se introduce por el orificio de la garganta.

La volví a ver, puestas todas mis esperanzas en que de verdad fuera Mary. ¡La que bebía la cerveza era un monstruo mitad serpiente mitad humano! Toda mi borrachera desapareció al instante. Ella sonrió, limpió la lata con su lengua bífida y se abalanzó sobre mí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.