Belleza y elegancia,
no puedo desear más.
Vino y champagne,
que delicias hay por degustar.
Música y candelabros,
que precioso lugar.
Presiento la mirada,
de un hombre sin educar.
Que despistado eres.
Que coqueto eres.
Me invitas un trago
y yo niego en el acto.
Me invitas a bailar
y de ahí no escapo.
Preguntas mi nombre,
no respondo.
Pregunto el tuyo
y le dedicas un poema al cielo
Misterioso y sencillo.
Gracioso y perfecto.
Aquella noche de año nuevo,
fue donde tu sin avisar
entraste al salón sin invitación
y yo sin precaución
te deje entrar a mi corazón.