Era el amanecer en la ciudad de los orcos cuando empezaron a sonar lo tambores, Retumbaban por toda la ciudad tambores y antorchas algunos orcos más viejos con sus caras pintadas danzaban alrededor de tindamor. El permanecía en el centro saltando y gruñendo como si un espíritu se apoderara de él.
A lo lejos edjer y lloryan ya recuperada miraban la llamativa ceremonia
–ya te encuentras mejor me tenías preocupado– dijo un serio edjer
– desde cuándo te preocupan los demás blanco que pasa te estás ablandando una simple flecha no iba a matarme–
–déjame recordarte que si no fueran por nuestros anfitriones esa simple flecha hubiera Sido tu fin–
Respondió en un tono burlón edjer
–perdón que me meta en su conversación pero los preparativos ya están listos– interrumpió eolyn
–Pueden acompañar a nuestro guerrero a la montaña en los guiará luego de que derrote al dragón podrán tomar su espada y cumplir con su misión–
–podrá el derrotarlo? Los dragones no son unas simples bestias no es demasiado para un orco solo enfrentarse a tan temible ser–
–no lo sé si él vive o muere es su destino su padre hizo lo mismo es la ley aquí si puedes derrotar un dragón puedes gobernar a las criaturas más poderosas de estas tierras–
–oíste edjer tu deberías dominar este lugar hace tiempo– dijo riéndose lloryan
– así que tú eres el famoso asesino de dragones que bendición que estés con nosotros edjer podrás aconsejar a nuestro líder durante el camino–
–fue uno solo y fue de pura suerte no tengo ningún consejo que dar y en lo posible les pido dejemos ese asunto atrás y partamos–
Y eso hicieron los dos guerreros y el joven orco emprendieron el camino a la montaña.
En el camino combatieron con algunos monstruos abriéndose paso y llegaron al pie de la gran Montaña
–sugiero que acampemos aquí y mañana subamos la pendiente estoy seguro de que lo que estamos buscando los 3 está allí arriba– dijo edjer prendieron una fogata dónde asaron un ciervo que cazo lloryan.
Mientras comían una enorme sombra paso volando por encima de sus cabezas. Era el dragón ese vuelo era un auspicio de lo que iba a acontecer
–dicen que tú has matado a uno– dijo tindamor
–mire joven guerrero todo el día estuvieron mencionando el tema solo te diré una cosa, cuando el dragón prepare su ataque dejara un punto ciego puede ser el cuello el estómago incluso la cola mi consejo es que en esa fracción de segundos lo ataques y le hagas una buena herida luego con un poco de suerte podrás rematarlo, pero por favor te pido a ti y ti también lloryan, no mencionen más el puto tema–
Dijo enojado erric y se echó a dormir
–gracias por su consejo señor edjer lo tendré en cuenta– dijo el orco ignorado por el blanco
–descansa un poco tu si tendrás trabajo más tarde– y eso hicieron se dispusieron a descansar unas horas.
Luego del largo viaje por la pendiente frente a ellos estaba por fin la entrada a la cueva un gigantesco hueco del que se escuchaba una respiración igualmente de gigante
–bueno mi destino a llegado– dijo el orco –gracias por la compañía los veré a la salida si mi suerte me acompaña– tomo su gran hacha y se adentró en la cueva
–no deberíamos ayudarlo? –dijo lloryan
–esta es su pelea si quiere ser el jefe tiene que ganarle solo, además no nos viene mal que él se deshaga del dragón por nosotros–
–Si tú lo dices blanco– respondió la joven
–igual lloryan si llegado el caso el asunto se pone feo entraremos en acción– dijo poniéndose serio edjer
–nuestro objetivo es lo que se encuentra ahí y es una cortesía nuestra respetar su tradición y dejar que vaya él solo, pero si demora demasiado yo mismo entraré en acción y al carajo con el ritual, me encargaré de ese dragón y traeré esa maldita espada–
Por suerte para edjer ese tiempo del que hablo impaciente se cortó rápido como el viento, de la cueva salió el joven orco disparado como una flecha y a su paso la mítica bestia con un hacha clavada en su ojo salió detrás de él.
La joven tomo su arco y miro a edjer –bueno blanco se terminó el ritual es hora de asesinar dragones–