Los rayos del sol iluminaban la cueva, como acariciando el rostro de Edjer con esos rayos solares, calida brisa del amanecer, un nuevo di había comenzado el blanco se sentía mejor de sus heridas y todo estaba dispuesto para que encontrar esa cueva.
Mas pronto que tarde otra vez el guerrero estaba escalando la montaña, veía restos de cadáveres colgados en ramas o en piedras filosas como la punta de su espada, un festín de cuervo se hacia con sus carnes podridas, pobres infelices que habían perecido en el camino de la ambición o de la aventura caminos que terminaban ahí, colgados como ropa recién lavada siendo devorados por cuervos, pero eso a pesar de las apariencias buena señal para el guerrero si había cuerpos estaba cerca algo, o al menos eso pensaba.
No tardo mucho en comprobarlo cuando llego a un desfiladero con una especie de camino hacia una nueva cueva, ese era el lugar reunía los requisitos para que dentro de ese oscuro lugar hubiese algún tesoro, ya estaba a una altura considerable y ese camino que se encontró tenia a sus lados piedras con grabados antiguos a su lado pero la prueba que confirmo la teoría del guerrero fue algo tan simple como un esqueleto todavía humeante que en sus manos tenia sujetada una espada, era Leon el muchacho que buscaba o lo que quedaba de el, su postura esquelética en efecto mostraba que había sido atacado por algo grande, no una bestia común.
Edjer siguió caminando y encontró a su compañero, mejor el torso de su compañero también humeando aunque este no estaba completamente quemado tenia restos de carne putrefacta, este había sido atacado por garras se notaba por las marcas que tenían, la adrenalina empezó a subir en el guerrero, sabia que dentro de esa cueva no había simple oso, estaba en el lugar indicado, escuchaba la respiración de algo gigante que salía desde dentro de la cueva, entro despacio lentamente y sus ojos confirmaron lo que pensaba, un dragón yacía dormido ante el, era una bestia inmensa con toda su escamosa piel negra con una cola larga con putas afiladas, unas garras en forma de gancho, causantes de la muerte del muchacho que se encontraba mas atrás, el guerrero estaba fascinado ante sus ojos se encontraba una bestia mítica, pocos tenían la suerte de ver un dragón de ese tipo y tener la chance de huir, se lo pensó por un momento, el cadáver que venia a buscar estaba afuera, la bestia dormía podía irse en paz y vanagloriarse de que subió la montaña de nido de dragones, vio un elemental mítico y vivió para contarlo, pero algo llamo su atención, detrás de la bestia estaba lo que hacia una leyenda realidad, la espada mágica.
Su pensamiento de huir había cambiado, se sentía raro era como si el artefacto lo llamara, deseaba poner sus manos en esa bella espada, así como entro en silencio fue acercándose de a poco hasta que la tuvo en sus manos y la alzo para admirarla, sintió como esa espada le daba una especie de fuerza se sentía como si se lo estuviera devorando, un aura negra lo envolvió y lo hizo inclinarse por la fuerza, sentía voces y lamentos en su cabeza mientras el filo lentamente se volvía oscuro, el blanco resistía como podía ese aura oscura que lo poseía pero al mirar para comprobar que la bestia seguía en su estado de sueño vio lo peor, no solo estaba despierta sino que con sus grandes ojos de color amarillo lo miraba fijamente
— tonto humano, ustedes no aprenden, solo ambicionan, esa espada no es una espada común, esta maldecida por la oscuridad de años de muerte y sufrimiento, es una parte de mi, aquel que la posea estará maldito, aquel que la blanda acortara su vida y aquel que la invoque provocara el caos sobre la tierra, la oscuridad consume todo lo que alguna vez tuvo luz, y te consumirá a ti tonto humano, no te dejare ir de aquí con vida, si quieres poseer la espada tendrás que derrotarme — exclamo el dragón y con su cola golpeo a Edjer haciéndolo volar por los aires soltando la espada y golpeando contra una de las duras paredes de la cueva
El dragón rugió con fuerza y lanzo otro golpe con su cola esta vez Edjer por poco lo pudo esquivar rodando y ataco en vano al dragón, su filo solo rebotaba en las escamas de la bestia, a pesar de que su espada estaba echa de draconium, un material especial para estas bestias no le hacia ni un rasguño, el sabia que las escamas no se iban a quebrar debía buscar una parte blanda debía hundir su filo en las carnes blandas de ese dragón que mientra analista esto la bestia se preparaba a lanzar un ataque de fuego por su boca, las llamas fueron esquivadas por Edjer pero no había sido gratis su esquive, tenia la mitad de su cuerpo quemado de echo ya ni siquiera tenia su protección solo su pantalón y botas quedaron sin quemarse por el ataque, el blanco no quería estirar un combate que sabia que lo mas probable era que terminara como los cadáveres que estaban fueras, el no había ido a morir y todavía extrañamente esa espada lo llamaba, el la quería, quería su fuerza, por lo que con la fuerza que le quedaba se acerco rodando esquivando las garras y los coletazos del dragón hasta quedar debajo de el y poder cortar su estomago.
Un ataque certero que hizo que brotara la sangre de la bestia cubriéndolo por completo, certero pero caro, cuando se quiso dar cuenta estaba en las fauces de la bestia, esta lo mordió y afrentando sus dientes en la carne del guerrero lo miro fijamente a los ojos nuevamente y de una sacudida lo tiro, haciendo que otra vez golpeara contra la pared cayendo en la parte donde estaban los tesoros que custodiaba el dragón.
Edjer sentía como la vida de a poco iba yéndose de su cuerpo, sus músculos se iban relajando a medida que se arrastraba dejando un camino de sangre, y sus ojos cada vez veían menos solo veían a la bestia ya borrosa como se acercaba lentamente hacia el, pero el no se arrastraba hacia el dragón, ese llamado que había recibido esos lamentos ahora eran mucho mas fuertes, ya prácticamente no veía nada era su ultimo aliento, solo estiro su mano como si intentase agarrar algo, lo único que veía era un fuego negro, aunque veía borroso estaba frente a el, estiro su mano y el guerrero cayo, miro una vez mas esa borrosa flama frente a el y cerro sus ojos.