Cuentos de la vida misma

El escritor

Cuando descubrió la lectura, Ramón encontró su pasión y vocación. A partir de ese momento solo tenia un deseo, él quería y tenía que ser escritor. Comenzó a leer, estaba convencido que, a través de la lectura podía hacerse escritor. Soñaba con un premio Nobel, un Miguel de Cervantes, un Príncipe de Asturias o un Rómulo Gallegos . Sus compañeros se burlaban de él, no comprendían a ese niño que se la pasaba leyendo, mientras ellos jugaban a ser Samy Sosa o Maradona. Al crecer, ya en el bachillerato, Ramón se hizo fanático de la historia. Quería conocer como evolucionó la vida a lo largo de la historia.

En la escuela era un estudiante promedio que, sin embargo, en las clases de literatura, geografía e historia, destacaba mucho, por encima del resto y tenía un concepto propio por todo lo que había leído, muchas veces ese concepto contrastaba con lo que se enseñaba en clases.

Al momento de ir a la universidad se debatía entre estudiar arqueología, historia, antropología o periodismo, él pensaba que esas carreras lo ayudarían a concretar su gran pasión por ser escritor. Sin embargo, su familia se preocupaba por sus decisiones, lo convencieron que con esas carreras lo que iba a hacer toda la vida era mendigar, que no iba tener ningún futuro económico, lo convencieron de que lo mejor era escoger una profesión que le permitiera vivir económicamente holgado. Ramón, quien era un muchacho obediente y creía ser muy racional, hizo caso, decidió estudiar ingeniería civil.

El continuó leyendo, aunque dejó de escribir. Se graduó, dio el máximo esfuerzo que podía en su profesión, aunque sus jefes siempre lo consideraron muy inteligente, pero que no daba el cien por ciento en sus labores.

Su vida iba bien, sin lujos, pero tenía lo básico para decir que tenía una buena vida, además era respetado en su gremio, pero siempre consideró que le faltaba algo para ser completamente feliz, a veces se sentía un poco vacío. Ya viejo, en el dorado retiro laboral, con los hijos graduados en la universidad, Ramón quiso probar escribir, lo hizo por hobby, sin intención de que alguien lo leyera, solo era por satisfacción y tratar de pasar el tiempo en sus largos ratos de ocio.

Después de esto, la vida le cambió, no precisamente porque se hizo famoso o ganó mucho dinero u obtuvo algún premio importante. Simplemente cambió porque fue feliz con lo que hacía. Por primera vez desde que salió de bachillerato, hace lo que quiere y eso era muy gratificante y estimulante.

Él se dedicó a escribir cuentos, con ellos recordaba todas las etapas de su vida y les daba un toque de magia. Con los cuentos que escribió revivió su niñez, su adolescencia, la universidad, revivió viejas amistades y a muchos familiares. Poca gente los leía, solo los escogidos de su entorno cercano, ellos sentían que regresaban al pasado al leerlo y los hacía revivir su propia vida. Con su pequeño publico lector, en verdad pequeño; pero también cautivo, Ramón se sentía muy bien, él sentía que eso era más que suficiente. Ramón, ahora mas que nunca, está más que satisfecho consigo mismo



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En el texto hay: microrrelatos, aventura, vida cotidiana

Editado: 06.11.2024

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