Cuentos de la vida misma

JOB

Yo estaba muy feliz con mi vida, tenía una familia numerosa y amorosa, estaba muy tranquilo sobre el porvenir, solo me preocupaba que podría tener preparado Dios para mi futuro porque mi base familiar y económica estaban muy bien. De repente, sin previo aviso, de manera fulminante, mi hermano sufre un infarto y, para consternación nuestra, muere. El dolor en la familia fue muy grande todos nos llenamos de infelicidad, sentimos que la vida nos cambió, ninguno fue indiferente a ello. Mi hermana, en medio de la búsqueda de una explicación para algo que no lo tiene como lo es la muerte, me dice que varios vecinos envidian nuestra felicidad y esa envidia nos puede traer desgracia, me pide que recemos mucho para echar eso atrás. En mi intento de racionalidad, le digo que las cosas pasan porque pasan, no hay lógica en ello, y menos influencias externas, le pido que seamos fuertes para ayudar a nuestros padres. Ahora reflexiono que ella pudo haber tenido razón, la maldad, la envidia, quizás hasta la brujería crean, para las personas que la sufren un ambiente negativo propenso a las desgracias..

Mi padre no soportó la tristeza, para él todos sus hijos eran el pulmón de su existencia. Poco a poco fue perdiendo vitalidad, dejó de ejercer el derecho, se quedaba en casa pensando, con la mirada perdida, adelgazó muchísimo, dejó de salir con los colegas y amigos, de forma inexplicable comenzó a caminar con bastón. Finalmente su agonía existencial culmina seis meses después de la muerte de mi hermano cuando él fallece, tenia solo 62 años.

A nosotros se nos acrecentó el luto, solo me consuelo pensando que mi padre dejó atrás ese inmenso dolor que quedó impregnado en nuestra casa . Para desgracia nuestra no solo fue el dolor emocional por la pérdida de mi padre y hermano, económicamente nos empezó a ir muy mal. el negocio de mi hermano se fue a pique, mi padre y mi madre dejaron de trabajar, yo tuve que dejar la universidad para conseguir algo que nos permitiera seguir a flote. Vendimos el carro de mi padre y el de mi hermano para intentar subsistir.

Ahí no acabó todo, al año de la muerte de mi hermano, muere mi madre, no quiso dejar solo a mi padre, pero esta muerte no fue inesperada, todos sabíamos que mi madre estaba viviendo un tiempo prestado. Se la pasaba en cama, no comía, tenía lagunas mentales e incluso ya era habitual que olvidara el rostro de sus hijos. El médico que la trató solo tenia una explicación para su situación mental, su cerebro trataba de bloquear el dolor, por eso olvidó todo lo que podría hacerla revivir el sufrimiento

De mi hermosa familia solo quedamos mi hermana y yo. Ya no estoy feliz, ninguno de los que quedamos en la familia somos felices. Ya no creo en un futuro esperanzador. En lo único que creo es en las desgracias vienen todas juntas, de golpe y que en algún momento de nuestras vidas, todos somos susceptibles de convertirnos en el bíblico JOB



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En el texto hay: microrrelatos, aventura, vida cotidiana

Editado: 13.11.2024

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