Cuentos de la vida misma

Otra oportunidad

Cuando se encontraba en su lecho de muerte Luis repasó como había sido su vida. Resulta que siempre hizo lo predecible, se encerró en su timidez, no tuvo mayor visión que lo que quiso su padre. Cuando manifestó algún deseo de hacer algo de su gusto o estudiar su carrera de preferencia, la familia siempre objetó su decisión, bien sea porque determinada profesión no le iba a dar una buena remuneración, o porque no le veían las condiciones para tener éxito en ella.

Ante esto, eligió o, mejor dicho, le hicieron escoger lo mas fácil, estudió y se graduó de abogado como su padre. A partir de ahí, trabajó bajo su sombra, eso sí, se codeo con los mejores y su padre lo enrumbo en los mejores casos. Hizo mucho dinero, se ganó cierto respeto y renombre en su gremio; pero no disfrutó, no era feliz, solo trabajó de manera incansable, no se casó ni tuvo hijos, no realizó grandes viajes, cosa que quería hacer desde niño, ni siquiera salió de su ciudad natal, siempre se mantuvo en su zona de confort, tratando de que el tiempo pasara rápido, para luego, en algún momento, tener tiempo de hacer lo que quería, viajar, escribir, estudiar historia, entre otras cosas.

En su lecho de muerte en el que se encontraba en esta hora, estaba arrepentido de su aburrida vida y le pedía a Dios, a la vida o a quien pudiese ayudarlo, una nueva oportunidad para de verdad vivir, solo deseaba disfrutar, hacer lo que quisiese, casarse, tener hijos y ser feliz.

Luis fue escuchado, murió y volvió a nacer, tuvo una nueva oportunidad, porque pese a que se olvidó completamente de su vida anterior, sus deseos de vida se mantuvieron en su conciencia., pese a que a veces tenía sus deja vu, que le hacían recordar pequeñísimo fragmentos de su pasada existencia.

En su nueva vida era siempre renuente a seguir patrones o lo convencional, era un rebelde que siempre llevo la contraria . A los 16 años se fue a la universidad, a otra ciudad, estudio historia, pese a la oposición familiar, que no veía futura en esa carrera, se graduó, se dedicó a la investigación y a la publicación de muchos trabajos que le llenaban el ego, pero no le dieron holgura económica; además de esto, se casó 3 veces y tuvo 5 hijos, uno en cada matrimonio y dos fuera de ellos, todos vivían en ciudades distintas; mientras que él vivía día a día, tratando de cumplir requerimientos con cada uno de ellos y poder seguir con su pasión qué era viajar, lo que hacía frecuentemente, algunas veces pidiendo cola, otras veces en 3ra clase de avión, pero siempre conseguía las maneras . De su padre, madre y hermanos se alejó, pero vivió muchas aventuras.

De nuevo en el lecho de muerte, sin saber que era, por lo menos, su segunda vez ahí, Luis se arrepintió de terminar solo, de los años que tuvo sin saber de sus padres y de no poderles dejar nada a sus hijos para tuviesen una vida cómoda. Se arrepintió de no haber sentado cabeza para conservar una familia, de no tener comodidades y de ser siempre un ser errante. Pidió a Dios, a la vida o a quien pudiese ayudarlo, por otro oportunidad para poder dedicarse a lo importante, la familia y a hacer dinero



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En el texto hay: microrrelatos, aventura, vida cotidiana

Editado: 26.11.2024

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