Cuentos de Oz

A través del espejo.

Al abrir los ojos se encontró con una luz incandescente, fijándose bien, eran luces de un
quirófano, se sacó el suero, se bajó de la camilla lentamente y al tocar el suelo sintió los pies
húmedos.
Agachó la mirada y se vio rodeada en una poza de sangre, observó a su alrededor y vio los
cuerpos decapitados de los doctores. Era extraño... no le daba asco, ni miedo, sólo quería salir
de ese lugar.
Caminó resbalándose sobre la sangre, finalmente llegó a la salida del quirófano y se encontró
con un regalo que estaba encima de una mesita, sin importar de quién fuese lo abrió, y se
encontró con un espejo.
Se observó en él y detrás de ella vio pasar algo corriendo, se volteó y no había nada, mientras
caminaba por los pasillos del hospital una respiración al oído le hizo parar, dejando caer el
espejo, se volteó nuevamente y solo vio sus huellas ensangrentadas en el suelo, levantó el
espejo y en él se reflejaba un tipo descuartizado que estaba lamiendo sus huellas de sangre.
Miró hacia atrás y no había nada, miró nuevamente al espejo y vio pasar una persona sin
brazos chorreando sangre. Salió corriendo tratando de escapar, pero no encontró la salida, al
doblar en una esquina resbaló, cayéndose junto con el espejo, éste salió disparado contra una
pared, rompiéndose en pedazos, una parte con algo escrito cayó cerca de ella, lo recogió y
leyó:
En este espejo se encuentran los sufrimientos y venganzas de las almas perdidas en este
hospital, si accidentalmente éste se rompe, desatarás su ira y traerás a la vida ‘‘El Mundo de
los Muertos’’.
Posdata: La solución: Sobrevivir una noche.
Al dejar de leer, se levantó y se acercó a un teléfono que estaba en una oficina, llamó a la
policía y una voz agitada le dijo: No hay escapatoria... asustada soltó el teléfono y salió
corriendo, desesperada gritaba en busca de ayuda, al pasar por una sala de espera un anciano
en silla de ruedas la llamó...
Niña: Señor gracias a Dios que lo encontré, muchas cosas raras están sucediendo en este
lugar...
Anciano: Lo sé, soy parte de lo que tú iniciaste, pero descuida yo a diferencia de él (Apuntando
a una esquina de la sala donde había un tipo amarrado con unas camisas de fuerza y un bozal),
soy la víctima más pasiva en este hospital, así que te ayudaré a salir de aquí.
Niña: Gracias, pero ¿Ustedes están muertos?
Anciano: Todo lo que veas aquí es parte de la muerte y si no te cuidas serás parte también.
Ya sabes qué hacer, sé hábil, cuidadosa y saldrás victoriosa.
Niña: No lo olvidaré, pero ¿Qué hago ahora?
Anciano: Sólo corre, no mires atrás... y ahora vete que ya se dieron cuenta de tu presencia.

Cautelosa se escabulló por las escaleras, cuando se encontró con un niño baleado a
quemarropa, se quedó tirada en las escaleras mientras que el niño se acercaba para olerla, la
niña lo empujó y salió corriendo.
Subió al cuarto piso y se escondió en la oficina de algún médico, miró la pared donde había un
reloj, lo sacó y se quedó con él, y se dio cuenta de que en la oficina estaba el anciano.
Niña: ¿Cómo llegó tan rápido?
Anciano: Para eso se inventaron los ascensores, para no subir escaleras.
Niña: Tiene razón, oiga cuando desperté vi a varios médicos muertos. ¿Qué los Mató?
Anciano: El que dejó el espejo que tu rompiste. Todavía debe estar por acá, ya que él tampoco
puede escapar.
Niña: ¿Él corre el mismo peligro que yo?
Anciano: Claro que sí, aunque creo que debe estar armado, nadie en su sano juicio se metería
en esto sin protección. Y si de algo te sirve, si encuentras a esa persona y la matas todo esto
terminará.
Niña: ¿Y con qué fin hace todo esto?
Anciano: Con el fin de que alguien muera, en este caso tú, y si él logra sobrevivir esta noche
será coronado por El Señor de las tinieblas como el único en desobedecer las órdenes divinas
de quien nosotros conocemos como Dios.
Niña: ¿Qué ocurrirá después de eso?
Anciano: Después de la coronación será conocido como el sucesor de Satanás y todo lo que
conoces como planeta Tierra, será bañado en maldad, cambiando los hechos de la historia, tu
mundo se unirá con el de los muertos, tal como lo es en este hospital, teniendo los vivos una
lucha interminable con nosotros.
Sólo de ti depende que eso no suceda... ¡Escóndete!
Hombre con el estómago abierto: Vaya, vaya, miren a quién tenemos acá, al pobre corazón de
abuelita, ¿Por qué tuviste que morir? Eres una vergüenza para nuestro mundo, ¡Insectos como
tú no deberían existir! (botándolo de su silla), ja, ja, ja... (Yéndose).
Niña: ¿Está bien señor?
Anciano: No te preocupes por mí, yo ya estoy muerto.
Niña: Yo lo ayudaré a subirse a su silla.
Anciano: No, deja que yo lo haga, no creo que te guste verme los gusanos que tengo en la
espalda.
Niña: ¿Gusanos?
Anciano: Sí, gusanos, lo que pasa es que morí de una gran infección al ser apuñalado con un
cuchillo oxidado, y esto produjo la creación de larvas.

Niña: En las escaleras vi a un niño baleado a quemarropa, ¿Cree que haya alertado a los
demás?
Anciano: Lo dudo, ya que es mudo, lo mataron unos pandilleros que lo asaltaron, sin saber que
tenía los brazos muertos, creyeron que se estaba rehusando a entregar sus zapatillas,
baleándolo a quemarropa.
De pronto se escucharon disparos, ambos se miraban sin saber qué ocurriría.
Súbitamente ven pasar al hombre armado, disparando contra unos muertos que lo seguían.
Éste cayó al suelo al tropezar con un muerto lleno de cables. El arma salió volando y al caer,
emitió un tiro, hiriéndolo en una pierna.
Los muertos ya se le abalanzaban para matarlo, la niña salió corriendo en busca del arma, y
cuando ya casi la tenía en sus manos, el hombre abrió fuego contra todo, volando por el
pasillo, brazos y cabezas salpicando sangre.
Justo cuando agarró el arma y trató de escapar, el hombre la vio y abrió fuego contra ella, pero
el anciano se puso en el camino del disparo, volándole los sesos, que cayeron en su bata. En
ese momento se sintió sola, el tipo siguió disparando, pero la escopeta no tenía más cartuchos,
ella toda asustada se largó de ese lugar, escabulléndose entre extremidades, luego se percató
de que tuvo la oportunidad de terminar todo.
Se devolvió para matarlo, pero ya no estaba. Miró al suelo y un rastro de sangre doblaba al
final del pasillo...
Muy asustada lo siguió, creyendo que encontraría al hombre, pero se encontró con un
tuberculoso que estaba de espaldas a ella. Se quedó silenciosa un momento...
Pero él rompió la tranquilidad con una tos que terminó con un vómito de sangre... se tapó la
boca y procuró no hacer lo mismo. Volteó la mirada y al fondo del pasillo vio pasar al tipo
cojeando, callada lo siguió, pero de un quirófano salió una señora con el cerebro al aire,
gritando con el dolor de su pobre alma, ella la vio y siguió su camino.
Horrorizada y a punto de volverse loca cerró los ojos y siguió caminando hasta toparse con el
muerto del estómago abierto, éste la miró a los ojos y puso una cara de rareza, temblando de
nervios le apuntó con el arma en el rostro y disparó. El eco del disparo resonó por un
momento, lentamente y sin darse cuenta el muerto cayó sobre la pequeña, aplastándola y
dejándola sin aire.
Trató y trató de sacárselo de encima, pero éste era muy alto y pesado, ya cuando logró librarse
de él se vio rodeada de intestinos y su bata aún más llena de sangre.
Sentada, apoyada contra la pared se puso a llorar pidiendo que todo acabara rápido. Ya había
perdido la esperanza de salir con vida... recogió el reloj y vio que habían transcurrido cinco
horas. En medio del silencio un sonido de recarga de algún arma alertaba la hora de su muerte,
giró la cabeza rápidamente hacia la derecha y tanto el tipo que la estaba buscando como la
niña se apuntaron a la frente...
Hombre: Llegó tu hora mocosa, luego que te mate seré inmortal y el hombre más poderoso en
esta Tierra...

Niña: Ja, ja, ja ¿De eso se trata todo? Ser inmortal y poderoso... ¿De qué te servirá ser inmortal
en un mundo de muertos vivientes por toda la eternidad?
No creo que vaya a haber mucha diferencia entre tú y ellos.
Hombre: (Algo dudoso de sí mismo) ¡Cállate! No tienes idea de lo que hablas. Mi propósito es
que mueras y ya llegó tu fin.
(Disparándole).
Abrió los ojos y no veía nada, alguien a su lado gritó ¡ya despertó! Algo confundida trataba de
entender lo que sucedía, de pronto una enfermera le tomó la cabeza sacándole unas vendas
de los ojos.
Niña: ¡Mamá! (Poniéndose a llorar).
Mamá: No llores hija, todo terminó, solo fue una operación. Vamos deja de llorar que
arruinarás tus ojos recién operados.
Niña: ¿Operación?
Mamá: Mira, te tengo un regalo.
Niña: ¿Qué es? (Recordando el regalo que estaba en su sueño).
Mamá: Sólo ábrelo.
Abrió el regalo y se encontró con un espejo, ésta sorprendida, asustada y nerviosa lo lanzó
lejos, cayendo cerca del compañero de habitación.
La mamá extrañada por la actitud de su hija corrió el telón que separa las dos camas de la sala
y pidió perdón por lo sucedido.
Mamá: ¿Qué te pasa? Vamos, discúlpate con el señor.
Niña: (Al voltearse para ver a señor de al lado.) ¿Usted?
Señor: (Acostado de pecho sobre su cama, con vendas en su espalda.) ¿Qué sucede? ¿No te
gustó el espejo?
En eso llegó el doctor para verla.
Niña: ¿Ustedes? Tú eras el que me ayudó y salvó mi vida (mirando al anciano) y usted quien
me mató (señalando al doctor).
Doctor: ¿De qué hablas? Yo no te he matado.
Madre, señor y doctor se miran desconcertados.
Niña: ¡No! Esto no puede estar sucediendo, ¡Quiero despertar de esta pesadilla!
(Volviéndose todo oscuro).

Luego al abrir los ojos se encontró con una luz resplandeciente, fijándose bien, eran luces de
un quirófano, se sacó el suero, se bajó de la camilla lentamente y al tocar el suelo sintió los
pies húmedos.
Agachó la mirada y se vio rodeada en una poza de sangre, observó a su alrededor y ve los
cuerpos decapitados de los doctores. Era extraño todo le parecía conocido... (Empezando a
recordar todo lo sucedido y volviendo a repetirse lo sucedido una y otra vez, por toda la
eternidad).



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En el texto hay: locura, suspenso, terror

Editado: 25.11.2023

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