Cuentos de Oz

Bruja.

Al cumplir un poco más de un año de relación con mi novio por fin me presentó a su madre.
Era una mujer ya de edad, desde que entré a su casa hubo cosas que no me gustaban, pero era
su casa, debía tener respeto. Empezando había una mezcla de olores de cigarro, inciensos y
velas por doquier. Cuando me saludó de beso en la mejilla pude sentir un olfateo, quedé
pensativa, pero seguí con mi presentación, a la señora no le importó mucho al parecer, ya que
llamó a su hijo a la cocina. Entre pensando porqué me había olfateado y su desinterés en mi
saludo oí que le decía a mi novio: Es virgen, lo sentí, mientras él le respondió que sí.
¿Por qué les importaba eso, qué hacían comentándolo en la cocina y cómo lo supo? Cuando
salieron venían con jugo y algunos snacks, amablemente los recibí. Dudaba si preguntar, pero
no quería quedar de chismosa o peleadora, mejor omití comentarios. El resto de la tarde el
ambiente se sentía pesado, me empezó a doler la cabeza, los hombros y noté demasiado
interés de mi suegra en mí. Al atardecer ya me iba y un gato negro se me atravesó, este me
miró fijamente y gruñó, mi novio lo espantó y me fue a dejar a casa.
Necesitaba urgentemente un baño caliente, que el vapor me quitara el dolor de cabeza y que
el agua me limpiara la mala vibra que sentía. Después de eso me fui a dormir. No fue buena
idea, me la pasé pesadilla tras pesadilla y en todas aparecía mi suegra, había mal olor y me
olfateaba de pies a cabeza. A los días mi novio me invitó a cenar a su casa, no quería ir más a
ese lugar y no sabía cómo decírselo sin que se sintiera mal. Insistió tanto que me convenció,
con pocas ganas me alisté y esperé a que viniera por mí. Cuando llegó bajó rápidamente y me
pasó una bolsa, le pregunté qué era y me dijo: solo entra a casa y póntelo, te espero aquí en el
auto.
Al revisar la bolsa vi que era un vestido blanco, bonito, pero ¿Cuál sería el motivo de usar este
vestido? Al subirme al auto mi novio quedó encantadísimo, pensé en preguntar su utilidad,
pero y ¿si me propusiera matrimonio?, echaría a perder el momento, mejor callé.
Ya en casa de mi suegra ella me recibió con los brazos abiertos y emocionada al verme vestida
de blanco, todo se está dando perfecto, dijo. Corriendo tomó unas copas de algún tipo de licor
que no supe identificar, nos repartió e hizo un brindis, hasta el fondo, dijo mientras alzaba la
copa, con mi novio nos miramos y hasta el fondo, dijimos. Tenía un sabor medio extraño,
jamás lo había probado, en fin, nos sentamos a la mesa, comencé a partir la carne y los dolores
de cabeza aparecieron nuevamente, el ambiente cambió radicalmente y mis ojos se cerraron
lentamente.
Entre sueños vi a mi suegra hablarme y ponerme la mano sobre la frente y cuando desperté
estaba en su cuarto, acostada mirando el techo, me dolía todo el cuerpo. Escuchaba voces en
el comedor, pensé que me había desmayado y me tenían en reposo, pero cuando quise
llamarlos mi voz era muy baja, me senté en la orilla de la cama y vi que no traía el vestido
blanco, me levanté y me miré en el espejo. Di un gran grito que hizo que mi novio llegara al
cuarto.

¡Despertó!, gritó hacia el comedor. ¿Qué hacemos con ella? Preguntó.
Asfíxiala, haremos lo de siempre, respondió mi suegra, mientras entraba a la habitación y se
besaba con mi novio usando mi cuerpo.



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En el texto hay: locura, suspenso, terror

Editado: 25.11.2023

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