Cuentos de Oz

El vacío.

Acababa de salir del mar, era una tarde calurosa donde el verano no daba tregua, había ido a
refrescarme y a tratar de olvidarme de ella. Venía pasando por un término de relación que me
tenía sumido en una gran depresión, fueron muchos años a su lado y dolía demasiado ya no
estarlo, debía seguir con mi vida, pero ¿A este costo?
Mientras solo flotaba en el mar veía el puente y los barcos pasar bajo él y pensaba, y ¿Si salto?
No sería el primero ni el último, total, ya nada tiene sentido para mí. Seguí caminando y la idea
esa me seguía de cerca, podía oír su susurro en la nuca, lo pensé tanto que inconscientemente
caminé hasta el puente.
Desde ahí podía observar los barcos y a la gente bañarse, capeando un poco el calor del
verano, más allá había un tumulto de personas observando mar adentro, seguí con la vista
para ver que había llamado su atención y solo se veía alguien flotar. No le di mucha
importancia y continué mirando el vacío, hipnotizado por el oleaje que hacían los barcos, luego
la persona que estaba flotando se cruzó en mi vista y entre mis pensamientos, y pensé, ese
podría ser yo si saltara ahora.
Me bajó una pena enorme de solo pensarlo, lloré desconsoladamente, las lágrimas nublaron el
vacío al que miraba, pero pude sentirlo.
Salí del mar y los pensamientos esos aún me seguían.



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En el texto hay: locura, suspenso, terror

Editado: 25.11.2023

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